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“Los conservadores no vamos a presentar terna para Procurador”: David Barguil

Los senadores conservadores le mostraron los dientes al presidente Santos enviando una terna propia. La cabeza de los azules dice que la decisión no es de todo el partido.

3 de agosto de 2016

Si la pelea por la Fiscalía despertó todo tipo de pasiones en la política, la lucha que comienza por la Procuraduría promete generar la misma o más expectativas. Mientras en la elección del fiscal siempre hubo un favorito, Néstor Humberto Martínez, en esta carrera no se sabe aún que pueda pasar.

La noche del martes, en la casa del senador Samy Merheg, los conservadores hicieron una especie de conclave. Todos los senadores de ese partido se reunieron para enviarle al presidente Santos sus candidatos para esa elección. Finalmente los seleccionados fueron el expresidente de la Judicatura Wilson Ruiz, el expresidente de la Corte Suprema Jaime Arrubla y el expresidente del Consejo de Estado Enrique Gil.

La reunión de los senadores conservadores manda un mensaje muy fuerte al presidente Santos. La elección del próximo procurador se da por una terna que construyen conjuntamente la Presidencia, el Consejo de Estado y la Corte Suprema. Como el Estado está en cierto modo dividido en cuotas burocráticas para los diferentes partidos políticos, hoy casi todas las fuerzas tienen interés en ganar esa entidad. Sin embargo, como Alejandro Ordoñez es conservador, los azules sienten que tienen derecho a heredar esa posición.

Sin embargo, ese deseo no tiene aún consenso entre los azules. A la reunión de los conservadores la noche del lunes no asistió su presidente, el representante David Barguil. “Nosotros no vamos a tener terna. Respetamos la decisión que tomen el presidente, la Corte Suprema y el Consejo de Estado para elegir a sus candidatos a la Procuraduría”, le dijo a Semana.com.

Durante varias semanas se había rumorado que el candidato de Santos para cumplir con esa expectativa sería un conservador: Juan Hernández. El abogado rosarista fue secretario privado del presidente Andrés Pastrana y durante muchos años, una de las personas más cercanas a él. Sin embargo, desde hace unos meses están muy distanciados. Y Hernández había hecho migas en la Casa de Nariño. En medio de la pugnaz pelea que tiene el expresidente conservador con el actual mandatario, se decía que Hernández había logrado conquistar los afectos del Ejecutivo para ser postulado a la Procuraduría.

Sin embargo, los senadores azules no le dieron el respaldo a Hernández. Por el contrario, se adelantaron al presidente y en su reunión sacaron sus propios candidatos. Como los senadores son los mismos que tendrán que votar, el mensaje es claro. En esas toldas no apoyan la postulación de Hernández ni lo reconocerían como propio en caso de que Santos lo terne.

El principal ganador de la reunión del lunes fue el Palacio de Justicia. Los senadores eligieron tres expresidentes de las altas cortes. A Wilson Ruiz, el expresidente de la Judicatura, fue al que mejor le fue en esa jornada. Logró el apoyo de todos los senadores. Ruiz se mueve bien en el mundo político y se cree que si lo ternan, puede ganar.

Los otros dos expresidentes gozan de un alto prestigio en círculos judiciales. Jaime Arrubla fue presidente de la Corte Suprema en un momento de transición en la pelea que tuvieron las cortes y el Palacio de Nariño. Y Enrique Gil Botero fue presidente del Consejo de Estado y hoy es magistrado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los tres son candidatos viables.

La terna conservadora cayó mal en ciertos sectores. Por un lado, porque algunos consideran que estos altos cargos del Estado no deberían ser objeto de una repartija entre los partidos.

La selección de los candidatos en las altas cortes está igual de agitada. En la Corte Suprema de Justicia hay dos nombres fuertes: Jorge Perdomo y Humberto Sierra Porto. El que más chance puede tener es Sierra. El expresidente de la Corte Constitucional es uno de los abogados más respetados del país y tiene un amplio conocimiento en la protección de los derechos humanos. Por cuenta de esa trayectoria fue elegido juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, organización que presidió hasta hace poco tiempo.

Sierra es uno de los pocos de la baraja que combinan el prestigio jurídico con el talento político. Además, tiene la ventaja de ser cartagenero, lo cual le daría un apoyo importante de esa región. Por eso muchos lo ven como favorito. El exfiscal Perdomo también tiene trayectoria jurídica, pero es más joven y se puede ver perjudicado por la imagen de su exjefe, Eduardo Montealegre. El penalista tiene acceso a esa corte y también ha trabajado en su candidatura. 

En el Consejo de Estado la carrera está un poco más despejada. Allí se dice que el candidato es el exministro de Justicia Fernando Carrillo. El abogado javeriano llegó al país hace meses después de ser embajador en España y se sabe que ha trabajado esa aspiración desde entonces. Se sabe que los primeros acercamientos se hicieron en la celebración de los 25 años de la Constitución en Rionegro (Antioquia). Carrillo fue invitado a dar un discurso y luego varios magistrados se acercaron a él y se comenzó a concretar esa postulación. En ambas cortes, se vence el plazo de postulación de candidatos el próximo 18 de agosto. 

El problema de la elección de la Procuraduría no estará solamente en elegir un nombre entre este amplio abanico, sino en el momento en que se va a realizar la elección. En el Congreso este es un semestre definitivo. Se vivirán la campaña por el plebiscito y la reforma tributaria. Ambos temas espinosos, importantes, complejos y taquilleros.

Las fuerzas políticas seguramente condicionarán su apoyo al Gobierno en ambas iniciativas con los cargos que hay a proveer, que son bastantes. En los próximos meses se elegirá procurador, defensor del Pueblo y probablemente cinco magistrados de la Corte Constitucional, pues se ha hablado de seleccionar los reemplazos de quienes completan su período el año entrante.

En el alto poder algunos han interpretado que la terna conservadora manda también el mensaje de que si el presidente no elige uno de los suyos, el apoyo de ese partido a la agenda del Gobierno puede peligrar. Ahora cuando se sabe que el uribismo va a hacer campaña por el "No" en el plebiscito, la posición de los azules puede tener un valor fundamental en esa contienda.