ELECCIONES 2018
Los azules: dos siglos detrás de la Casa de Nariño
Los conservadores quieren aplazar su convención para después de las consultas del 11 de marzo. A pesar de que quisieran tener candidato propio, por ahora todo apunta a que se irían con Germán Vargas. SEMANA reconstruyó la historia presidencial de este partido.
Desde que Andrés Pastrana fue presidente, el Partido Conservador no ha tenido un solo habitante en la Casa de Nariño. Los godos han querido volver, pero sus candidatos no han alcanzado a tener el impulso para disputarse el primer cargo de la Nación, ni siquiera para pasar a la segunda vuelta. Y en esta carrera para 2018, esa posibilidad ya está casi descartada. Pues en el caso de que ganara Marta Lucía Ramírez, quien ha militado en ese partido, esa victoria no se debería al esfuerzo del partido, sino a la suma de una coalición que lidera el uribismo. Por ahora, en esas toldas los apoyos se dividen entre ella y Germán Vargas. Si el guiño a este último se concreta, el partido conservador apoyaría por primera vez abiertamente a quien fue un militante de su eterno rival, el liberalismo.
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Lo que vive actualmente el partido, traiciona un poco su historia. A lo largo del siglo XX, contando a Pastrana Arango, lograron avalar a 15 jefes de Estado. El primero de ellos fue, en 1900, José Manuel Marroquín. Sin embargo, esas épocas de gloria en las que le disputaban el poder al Partido Liberal y que despertaban un fervor masivo parecen haber llegado a su fin.
Los godos tuvieron mandatarios como Mariano Ospina Pérez (1946 - 1950) y Laureano Gómez (1950-1951), que marcaron un momento de la historia por su mano dura. Y tuvieron a otros recordados por ser poetas, como a Guillermo León Valencia (1962-1966) o por buscar la paz negociada con las guerrillas y la tragedia del Palacio de Justicia, como Belisario Bentancur (1982-1986).
Cuando Pastrana estaba terminando su mandato, en 2002, en medio de un desprestigio altísimo por el fracaso de los diálogos con las Farc del Caguán, y el nombre de Álvaro Uribe Vélez tomaba fuerza por su ferrea lucha contra la subversión, el Partido Conservador sabía que no podría repetir presidencia. De hecho, el entonces candidato Juan Camilo Restrepo declinó su aspiración ante la poca probabilidad que tenía de jugar un papel destacado.
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Para esas elecciones, el 26 de mayo de 2002, los conservadores se sumaron a la campaña de Uribe, quien ganó la Presidencia en primera vuelta con 5’862.655 votos. Eso, por supuesto, les dio participación directa a los ‘hermanos godos’ en el Gobierno.
Para el 2006, cuando el hoy senador Uribe buscó la reelección presidencial tras haber cambiado un “articulito” de la Constitución, la historia fue muy similar. El Partido Conservador evitó una candidatura propia, se sumó a la coalición que apoyó al entonces mandatario para estar otro periodo en la Casa de Nariño y aseguró otros 4 años de burocracia oficial.
Ya en el 2010 su vocación de poder se recuperó un poco, pues ante la imposibilidad de una segunda reelección de Uribe, el ajedrez político volvió a moverse con fuerza. En estas toldas se realizó una consulta interna entre Noemí Sanín, Andrés Felipe Arias y Marta Lucía Ramírez.
Arias, a quien se llegó a apodar ‘uribito’, era el favorito de Uribe, pues había sido su fiel escudero y Ministro de Agricultura, pero el triunfo finalmente se lo llevó Sanín. El escándalo de Agro Ingreso Seguro, que hoy tiene al exministro ad portas de una deportación desde Miami para que pague una condena de 17 años de cárcel, y el deseo de atajar a Uribe influyeron para el triunfo de la exembajadora.
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El 30 de mayo de 2010, el ganador fue Juan Manuel Santos, con el apoyo no confesado de la oficialidad del Partido Conservador, mientras que Sanín quedó en el quinto lugar con 893.819 votos. Nuevamente, la burocracia azul quedó garantizada en el gabinete ministerial y en otras entidades del Estado.
En el 2014, cuando el país fue convocado de nuevo a urnas con la posibilidad de que otro presidente se reeligiera, esta vez Santos -el mismo que luego de ganarla la abolió-, los conservadores no tuvieron candidato y apoyaron a quien hoy es el reelecto jefe de Estado. Y, de nuevo, su participación burocrática siguió en firme.
Ahora, en el actual proceso electoral, cuando las cargas políticas no están del todo definidas, el Partido Conservador se la vuelve a jugar por no tener candidato y esperar a ver cuál repunta tras las elecciones de Congreso -el 11 de marzo- para sumarse a su campaña. Esta semana hicieron un sondeo interno y las preferencias se las llevaron Germán Vargas Lleras y Marta Lucía Ramírez, ambos candidatos por firmas.
Tienen convocada, en principio, una convención para el 4 de marzo, pero SEMANA supo que están analizando aplazarla para después de que en las elecciones del 11 se sepan también los resultados de la consulta de la derecha, en la que se están midiendo Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez. Lo que ha trascendido es que su gana el aspirante del Centro Democrático, preferirían irse con Vargas, pero que si gana la única candidata, pues piensan seriamente en sumársele.
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Actualmente tienen 18 senadores y 27 representantes a la Cámara gracias a los 1’884.706 votos que sacaron en las elecciones de Congreso del 2014, por lo que están analizando fórmulas para que esa participación parlamentaria no se vea reducida y puedan ser una fuerza decisoria y apetecida en las presidenciales. Se quieren cotizar.