CARIBE

Alcalde para Cartagena: duro de elegir

Después de tener nueve alcaldes en seis años, algunos presos o renunciados, los cartageneros acudirán a las urnas, de nuevo, para elegir alcalde. Preocupa que los opcionados no ofrecen mayores vientos de cambio y que nadie espera un milagro que mejore su destino.

7 de abril de 2018

Los cartageneros votarán primero que el resto del país, pero no para definir la campaña presidencial que esta semana entró en su recta definitiva, sino para escoger al nuevo alcalde de la ciudad. Lo harán el próximo 6 de mayo, en unas elecciones atípicas para escoger al reemplazo de Manolo Duque, quien tuvo que dejar su cargo por graves casos de corrupción y está preso. Pero no hay mayores esperanzas de un cambio positivo en el manejo de la ciudad, y, por el contrario, la contienda cayó en una guerra sucia y una incertidumbre que desanima.

En el tarjetón, los votantes tienen para escoger entre nueve candidatos; pero ya los partidos y las familias políticas tradicionales, así como un grupo importante de empresarios están alineados en torno al exconcejal conservador Antonio Quinto Guerra Varela. Él ha sido cuatro veces concejal y perdió la pasada contienda frente a Duque por 26.000 votos; muchos lo dan como el candidato ganador si supera algunos nubarrones.

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A Guerra lo apoyan los senadores Lidio García Turbay (del Partido Liberal), Andrés Felipe García y Alonso del Río (de La U), Karen Cure y Hernando Padaui (de Cambio Radical), Nadia Blel y Emeterio Montes (del Partido Conservador) y los 11 concejales hoy detenidos por participar, junto al exalcalde Duque, en la elección irregular de Nubia Fontalvo como contralora distrital. Para esto, al parecer repartieron prebendas burocráticas e inmunidades. También están con él los polémicos exsenadores Javier Cáceres, Juan José García Romero, William Montes y Vicente Blel.

Como segundo en la lista de aspirantes aparece Andrés Betancourt, exconcejal conservador, quien también aspiró a la Alcaldía en 2015 y quedó tercero, con 48.879 votos. Este exconcejal y comerciante cuenta con el respaldo de la senadora Daira Galvis, del exgobernador de Bolívar Juan Carlos Gossaín y de numerosos líderes cívicos y barriales. Además, lo apoya buena parte de la elite del Corralito.

Adicionalmente, están en el tarjetón, aunque muchos los descartan, los también exconcejales Germán Viana Guerrero, por el Partido Reivindicación Étnica; Javier Bustillo Pertuz, del movimiento Somos Región; y David Múnera Cavadía, del Polo. De igual forma, aspiran los dirigentes cívicos Lía Muñoz, candidata de la UP; César Anaya, por Opción Ciudadana; Jorge Quintana, por el movimiento Todos Somos Colombia; y Armando Córdoba, por el Partido Verde.

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Sin embargo, todo podría cambiar abruptamente. El 26 de marzo el Consejo Electoral recibió una solicitud de nulidad de la inscripción de Guerra porque habría suscrito y ejecutado, en Bolívar y en Cartagena, un contrato con el Ministerio de Vivienda el 17 de enero de 2017, con un otrosí del 31 de octubre que prolongó la asesoría hasta el 31 de diciembre pasado.

El demandante, el abogado Óscar Alberto Saavedra, alega que de acuerdo con la Constitución y la ley, “no podrá ser elegido alcalde quien dentro del año anterior a la elección haya intervenido en la gestión de negocios ante entidades públicas del nivel municipal o en la celebración de contratos con entidades públicas de cualquier nivel en interés propio o de terceros, siempre que los contratos deban ejecutarse o cumplirse en el respectivo municipio”. El Consejo Electoral admitió la solicitud de revocatoria, pero no se ha pronunciado aún. Lo cierto es que si a Guerra lo sacan de la contienda, se podría presentar un revolcón del que no se sabe quién saldría ganando.

A esto se suma que la elección cayó en medio de acusaciones de guerra sucia entre Quinto Guerra y Andrés Betancourt. Hace unos días, un supuesto influenciador de redes, Keny Hurtado, publicó una declaración en la que afirmaba haber sido contratado por directivos de la campaña de Betancourt para difundir informaciones contra Quinto Guerra que resultaron falsas.

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Uno de esos presuntos asesores de campaña de Betancourt, Óscar Brieva, exsecretario de Hacienda del Distrito y asesor de Campo Elías Terán, desmintió asesorar la campaña de Betancourt. Lo cierto es que el presunto influenciador de redes, días después, apareció en una foto durante un acto público con Quinto Guerra, quien había anunciado denuncias contra los autores de la divulgación de falsas informaciones.

Contra Betancourt han sacado avisos con su foto con el título de “Se busca, por querer engañar a Cartagena”, sin dar motivos ni razones. También han aparecido mensajes de xenofobia, pues en los mismos carteles lo llaman el Cachaco, porque es antioqueño, pero vive desde niño en la Heroica y está casado con una cartagenera.

A todo esto se suma la tutela interpuesta por personas cercanas a Manolo Duque ante el Tribunal Superior de Bolívar, en la que solicitan suspender las elecciones atípicas en Cartagena porque se habrían vulnerado los derechos al debido proceso, derecho de defensa, a la igualdad y a participar en la conformación y control del poder político. Esto porque el abogado demandante, Óscar Carrasquilla, alega que el presidente Juan Manuel Santos nombró alcalde encargado a Sergio Londoño, desconociendo el derecho del movimiento Primero la Gente a escoger al burgomaestre encargado. Lo curioso es que el tribunal admitió la demanda y el magistrado sustanciador, Óscar García Santamaría, vinculó al presidente Juan Manuel Santos, al alcalde encargado y al comité del movimiento Primero la Gente.

En medio de este ambiente, se está desarrollando la campaña en una ciudad que en los últimos seis años ha tenido tres alcaldes elegidos, dos exalcaldes muertos: el entonces titular, Campo Elías Terán, y su encargado, Carlos Otero Gerdts, ambos de cáncer, y una excandidata también fallecida, María del Socorro Bustamante.

La clase política y los financistas siguen controlando el poder de una ciudad en la que el 45 por ciento de sus habitantes se sienten inseguros, el 67 por ciento cree que los cambios constantes de alcalde afectan la calidad de vida y el 21 por ciento de los ciudadanos consultados por el programa Cartagena Cómo Vamos consideran que las cosas van bien. Es decir que el 79 por ciento de los habitantes creen que la ciudad va por mal camino.

Todo indica que los cartageneros no han aprendido la lección de los malos gobiernos y que, si se cumplen los pronósticos, la ciudad seguirá capturada por los grupos políticos de siempre y por los financistas de campañas que van tras las concesiones por renovar y los macroproyectos. Si la demanda contra la elección ante el Tribunal Superior y la nulidad de la inscripción del candidato Quinto Guerra no prosperan, el próximo 6 de mayo el histórico Partido Único del Concejo habrá recuperado la Alcaldía eligiendo a uno de los suyos.