INTENCIÓN DE VOTO EN MEDELLÍN
Medellín, ¿regresará el uribismo?
Alfredo Ramos, del Centro Democrático, le saca 11 puntos de ventaja a Daniel Quintero, del movimiento Independientes. Pero todo está por verse, ya que en la capital antioqueña las encuestas nunca han tenido la última palabra.
Desde que se definieron los candidatos a la Alcaldía de Medellín, el excongresista Alfredo Ramos —hijo del exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos— ha punteado en todas las encuestas. Sin embargo, nunca había logrado escaparse del lote como hoy. De acuerdo con la última encuesta Invamer, aparece con una intención de voto del 36,2 por ciento, más de 11 puntos por encima del segundo en la lista, Daniel Quintero, del movimiento Independientes, quien tiene el 25 por ciento. A juicio de las cifras, todo parece apuntar a que estos dos candidatos disputarán el poder. Pero en Medellín todo puede cambiar en el último momento.
A muchos los sorprende el repunte de Ramos, quien siempre ha tenido la intención de voto en los estratos 4, 5 y 6, como miembro de la clase paisa alta. Pero esa favorabilidad se viene extendiendo ahora a los estratos 1 y 2. Tal éxito puede explicarse en que en unas semanas logró la alianza más importante de todas las posibles en la carrera por llegar al Centro Administrativo La Alpujarra. En efecto, llegó a un acuerdo con el ahora excandidato Jesús Aníbal Echeverri, quien aparecía segundo en todas las encuestas pero renunció a sus aspiraciones por el Partido de la U para unirse a la postulación de Ramos.
Aunque los dos punteros crecieron entre la medición pasada y esta, Alfredo Ramos empieza a tomar una distancia frente a Quintero que no será fácil de revertir
Echeverri ha beneficiado a Ramos en forma más que evidente, pues ha sido concejal por más de diez años y ha trabajado con las bases sociales de las comunas de Medellín, cuyos intereses ha defendido en varias oportunidades. Por ejemplo, en el barrio San Blas, de la comuna de Manrique, lo conocen porque impidió que en el desalojo de varios habitantes para construir un parque lineal, el municipio les pagara sus casas y predios por valores inferiores al avalúo comercial. Echeverri le dio a Ramos lo que tanto le hacía falta: roce con los barrios, la calle y con el ciudadano de estratos bajos con quien no había logrado conectar.
Pese a esta alianza, y a los buenos números en las encuestas, aún no puede cantar victoria. Basta mirar que hace cuatro años Federico Gutiérrez no repuntaba en medición alguna y en la última semana aglutinó apoyos, reforzó el trabajo y, finalmente, ganó la alcaldía por encima del candidato del Centro Democrático en ese momento, Juan Carlos Vélez.
Carlos Builes, director de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPB, recuerda que las encuestas en Medellín nunca han acertado con un candidato, lo que se debe —en buena medida— a que hay un voto oculto que pesa y cuenta: el de los ciudadanos que viven en municipios vecinos pero que tienen la cédula inscrita en la capital antioqueña.
“La encuesta no es ninguna sorpresa. Evidencia lo que se ha venido gestando en la carrera por la alcaldía: Alfredo se mantiene en el liderato y sigue creciendo; Daniel también crece de una manera más reposada y quizá la sorpresa es Santiago Gómez, que aparece con el 15 por ciento de la intención de voto. En el análisis no se puede ignorar que Beatriz Rave va muy bien, cada vez crece más, es una mujer fresca, agradable e inteligente. Tampoco se puede despreciar a Juan Carlos Vélez, que cuenta con el voto escondido de otros municipios, ni a Juan David Valderrama, que tiene mucho trabajo en las comunidades. Aquí nada está dicho”, advierte Builes.
Por su parte, el politólogo Santiago Leyva aclara que todo puede cambiar en las últimas semanas, pues los medellinenses apenas se acomodan para elegir a sus candidatos en las urnas. “Aunque Ramos tiene el 36 por ciento de la intención del voto, es probable que se encuentre con un panorama como el de hace cuatro años, en el que ninguna encuesta pudo acertar con el ganador”, recuerda Leyva.
Evidentemente todo puede cambiar y más ahora que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le abrió investigación y formuló pliego de cargos contra Santiago Gómez y el comité promotor de su movimiento Seguimos Contando con Vos: Juliana Gutiérrez, Manuela Zuluaga (hermana y prima del alcalde Federico Gutiérrez, respectivamente) y Hernando Muñoz.
Esta decisión es una piedra en el zapato que Gómez no vio venir y que se une a la indagación que abrió la Procuraduría contra el alcalde Gutiérrez por presunto proselitismo. En dado caso, ¿quién se quedaría con estos votos? ¿Ramos, el candidato con quien se ha aliado Gómez en casi todos los debates?
Por otro lado, no se puede negar que Daniel Quintero se ha convertido en un fenómeno político para los jóvenes de Medellín, gracias a un discurso antiestablecimiento que logra calar. Según la encuesta, tiene el favoritismo de los votantes entre los 18 y 34 años y empata con Ramos en la intención de los votantes con edades entre los 35 y 44 años de edad. En la población más adulta, el candidato del Centro Democrático es el rey absoluto.
“Lo de Quintero lo leo como una continuidad de lo que tuvieron Sergio Fajardo, Alonso Salazar y Federico Gutiérrez, que fueron candidatos frescos y modernos. Él recibe esa herencia. Quintero es un hombre carismático, vital, lo que le puede resultar muy bien a última hora”, asegura Builes.
Tampoco se puede despreciar el apoyo de los empresarios, que han tenido siempre intereses divididos: algunos están con el uribismo, otros con el Partido Conservador y los más modernos con candidatos independientes. Y han encontrado en estas últimas elecciones una propuesta interesante con Juan David Valderrama, quien sin embargo no ha podido repuntar.
Puede que en la recta final los ‘cacaos’ se unan a uno de los punteros, aunque las encuestas parecen no entender del todo la dinámica cambiante de las elecciones en Medellín.
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