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Cuatro secuestros tienen en vilo el proceso con el ELN

La cuerda de la paz está más tensa que nunca. Alemania, Suecia y Francia le piden a ese grupo que ofrezca un gesto para la mesa. ¿Por qué no devuelven a los secuestrados?

24 de octubre de 2018
Además de la reticencia histórica que frente a este tema, las dinámicas de la guerra son complejas en este momento en que no existe una unidad en el mando de todas sus estructuras.

Esta semana, el país tuvo un Déjà vu. El drama del secuestro revivió con su cara más conmovedora. En la JEP, algunos de los políticos que fueron víctimas de ese vejámen relataron de manera detallada lo que vivieron por décadas bajo el poder de las Farc. Mientras tanto, en las complejas negociaciones que se adelantan con el ELN, el secuestro de cuatro colombianos tiene en jaque cualquier posibilidad de volver a sentarse en la mesa. 

Se trata de cuatro personas que fueron retenidas ilegalmente por ese grupo armado durante el proceso de diálogos. Diana María Toro Velez, la primera de ellas, fue secuestrada el 27 de septiembre en Amagá, Antioquia. Es madre de tres hijos. De acuerdo con varias versiones, la mujer se encuentra en poder de esa guerrilla y es la primera secuestrada bajo la administración del gobierno de Iván Duque.  

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Rafael Andrés Riaño Barrera es la segunda persona que se confirma está en poder de ese grupo. Fue secuestrado el pasado 13 de enero en la frontera con Venezuela. Pese a las liberaciones que se han llevado en la zona, la guerrilla no da razón de su paradero. Versiones de los pobladores aseguran que el contratista de una empresa que trabaja con Ecopetrol está en poder del bloque que lidera el comandante del frente Domingo Laín, Pablito, en el vecino país. Se exige una alta suma de dinero por la liberación. 

El tercer secuestrado que se encuentra en manos del ELN es José Leonardo Ataya Rodríguez. Se trata del director de las empresas públicas municipales de Arauca que fue raptado por esa guerrilla el pasado 28 de marzo cuando fue interceptado por miembros de este grupo en una de las veredas del departamento.“Este mensaje es para decirle a mi familia que estoy bien físicamente, que no he recibido ningún tipo de maltrato. Me estoy alimentando bien, me están tratando bien”, manifestó el hijo del exgobernador de Arauca Luis Eduardo Ataya, en un video divulgado el pasado 11 de agosto. 

El último caso, es el de Freddy Arlendy Rangel Cardona que se encuentra, según las autoridades, en poder del ELN desde el pasado 24 de julio. Al igual que Diana María Toro, Rangel también se encuentra en poder del Frente Occidental de Guerra que comanda alias Fabián. 

La resistencia del grupo guerrillero de liberar a estos cuatro colombianos tiene la mesa congelada. En el proceso se dice que la cuerda de la paz con el ELN está más tensa que nunca. Los contados avances que se tienen y la exigencia del gobierno de no continuar la negociación hasta que se liberen a todos los cautivos están terminando de robarse el poco oxígeno que le queda a la mesa de diálogo en La Habana. Mientras el ELN alega que es un tema que se debe discutir en el camino y no se puede "imponer" porque altera las reglas del juego que ya habían sido pactadas con Juan Manuel Santos, para Iván Duque "hay voluntad de diálogo si entregan a todos los secuestrados". 

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"Todo lo que el gobierno quiera decir, que lo diga en la mesa. Las víctimas y su dolor no es un tema para discusiones públicas. Que vayan a la mesa, nombren sus delegados, y allí se tocará lo que sea", dijo el líder de esa guerrilla, Pablo Beltrán en una reciente entrevista. Agregó que pueden garantizar que las personas están a salvo, pero que no entregarán detalles de su condición hasta que el gobierno vuelva a sentarse a la mesa. 

Es muy díficil que esa guerrilla pueda sostener esa posición más tiempo. Esta semana, tres de los cinco países que acompañan el proceso con esa guerrilla le exigieron que cesen los secuestros. El embajador de Alemania, Peter Ptassek, aseguró que están de "acuerdo en que el ELN debe acabar con el secuestro. Creo que un compromiso definitivo del ELN facilitaría retomar las conversaciones". En el mismo sentido habló el embajador de Suecia y el de Francia. "Es cierto que es muy díficil negociar con un grupo que todavía está secuestrando personas", aseguró Gautier Mignot.  Teniendo en cuenta que ese tipo de dialogos no pueden adelantarse sin la comunidad internacional, el llamado del cuerpo diplomático seguro tendrá un peso importante. 

En términos prácticos, es díficil que el grupo guerrillero entregue a todas las personas que tienen en su poder. Además de la reticencia histórica que frente a este tema, las dinámicas de la guerra son complejas en este momento en que no existe una unidad en el mando de todas sus estructuras. Así, como un sector se niega a ceder en ese aspecto, otro -como los hombres comandandos por Gabino- recientemente liberaron a dos menores de edad, a seis militares que tenían en Chocó y tres en Arauca. 

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A la fecha, de acuerdo con altos funcionarios del Gobierno, se han presentado en el país 72 secuestros extorsivos y 55 simples. Cauca, Norte de Santander, Chocó, Arauca, Valle y Condinamarca, son los departamentos con más casos reportados. Y es que, según las estadísticas, al menos 65 zonas urbanas y 65 rurales estan doblegadas a esta estrategia de guerra que no solo involucra a colombianos sino también extranjeros. Cerca de cinco venezolanos, dos costarricenses y un argentino han sido secuestrados en lo corrido del año. El ELN, las bandas criminales y el Clan del Golfo aparecen como los principales perpetradores de un práctica que aunque muchos creían estaba a punto de desaparecer, en el 2018 volvió a nacer. 

Para nadie es un secreto que los últimos meses no han sido fáciles en la lucha contra ese grupo insurgente. Ataques, secuestros y asesinatos reviven los temores del precio de negociar en medio del conflicto. Como no ocurría desde hace varios años, el secuestro político como arma de guerra vuelve a protagonizar los más oscuros capítulos del conflicto armado en el país. A pesar del precedente que el 26 de febrero de 2012 sembraron las Farc cuando prometieron dejar el secuestro extorsivo, la decisión ahora le pasa cuenta de cobro al ELN por más de querer plantear un proceso más a su manera. 

El secuestro envenenó como una enfermedad maligna el tejido social. Hubo años en los que llegó a haber casi 2.000 secuestrados en el país. Un récord estremecedor en el que ninguna nación en el mundo rivaliza, ni de lejos, con Colombia y sus guerrillas. De allí, también, el impacto del anuncio y la decisión del gobierno de tratar de frenar la posibilidad de que ese flagelo tome nuevamente vuelo. 

Así las cosas, ¿qué sigue ahora? Estratégicamente, desenredar la madeja de la guerra en Colombia hacia una salida pactada no será nada fácil. Falta ver qué efecto tiene no solo la visita del presidente Iván Duque al Vaticano, sino también la carta que la guerrilla hace algunas semanas le envío al papa Francisco pidiéndole que interceda. Aún así, el anuncio de terminar con la funesta práctica del secuestro permitiría que el país por fin empiece a creerles a Gabino y sus hombres, un escenario muy distinto para pensar en el final negociado del conflicto.