Conflicto
ELN: ¿diálogos sin futuro?
Aunque el Gobierno reveló acercamientos exploratorios, la coyuntura y la división interna de esa guerrilla hacen poco viable que vuelvan a negociar. Las partes fijaron sus posturas. ¿Quién cederá?
El 17 de enero de 2019, el ELN cometió una matanza que cambió su futuro: el atentado terrorista contra la Escuela General Santander, al sur de Bogotá, que dejó a 22 cadetes muertos y más de 87 personas heridas. Eso voló por los aires cualquier posibilidad de diálogo con el Gobierno. El presidente Iván Duque interrumpió las conversaciones que se habían iniciado con esa guerrilla en Quito (Ecuador) en 2017, bajo el mandato de Juan Manuel Santos.
Aunque desde un principio se supo que el ELN estaba detrás del atentado, los negociadores de paz de esa guerrilla, que permanecen en Cuba, tardaron meses en reconocerlo. No obstante, manifestaron desconocer ese acto porque “desde Cuba no tienen conocimiento de las acciones militares de quienes están en Colombia”. Esa frase de Pablo Beltrán, jefe de la delegación guerrillera, tuvo varias interpretaciones: la posible desconexión de los mandos con los insurgentes en Colombia, o la posibilidad de que desde la isla estuvieran planeando actos terroristas.
A partir de allí inició una tensión diplomática con el Gobierno cubano porque se pidió la extradición de los guerrilleros que estaban en la isla para que respondieran ante la Justicia colombiana por el asesinato de los 22 cadetes. La puja se dio por los protocolos establecidos para el regreso a Colombia de los jefes guerrilleros, en caso de que fracasaran los diálogos. El Gobierno Duque desconoció ese protocolo argumentando que se hizo con integrantes del Gobierno Santos, mientras que Cuba decía que no entregaría a los guerrilleros porque se debía respetar lo firmado. La tensión diplomática ha aumentado y los negociadores del ELN siguen en la isla.
Por eso, sorprendió la más reciente declaración del comisionado de paz, Miguel Ceballos, al asegurar que desde hace 17 meses se solicitó la mediación de la Santa Sede y de la ONU para adelantar unos diálogos exploratorios con el ELN. Para ello, se hicieron 28 reuniones, cuatro de ellas en La Habana. Pero la crisis social que se vive en Colombia hizo pensar a muchos que fue un as bajo la manga del Ejecutivo para evitar el desborde de la protesta social.
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Al margen de esa discusión, todos los Gobiernos han tenido diálogos exploratorios con el ELN. Algunos avanzaron más que otros, pero lo cierto es que ningún presidente ha logrado sostener una mesa de conversaciones debido a la complejidad de esa organización criminal, que tiene una estructura federal de más de medio siglo.
Juan Camilo Restrepo, exjefe negociador del Gobierno Santos, fue uno de los sorprendidos por las revelaciones, ya que una regla de oro en estos acercamientos es precisamente no hacerlos públicos. “No creo que esto vaya para ninguna parte, y no entiendo por qué se divulga la información en el pico del paro y de la pandemia. No veo viable ese diálogo”, aseguró Restrepo, quien tampoco ve condiciones para negociar porque la guerrilla sigue cometiendo acciones terroristas, reclutando menores, y, además, con secuestrados en su poder.
Allí se enredarán los acercamientos porque Ceballos reiteró que si el ELN no deja de delinquir, no habrá diálogos de paz. “Si hay proceso de paz, se pueden levantar las órdenes de captura”, explicó el comisionado. A pesar de los buenos oficios de la Iglesia y del organismo internacional, el ELN ya respondió a Ceballos y dijo que está “lista para negociar, pero sin condiciones”.
Quieren diálogos de paz, aunque sin renunciar a las acciones delincuenciales que cometen a diario en el país. Otro punto que pone en duda el futuro de este acuerdo es la participación del ELN en los bloqueos que se han presentado en Cali. El senador Rodrigo Lara denunció “la presencia de ese grupo guerrillero en las protestas”. El fiscal FranciscoBarbosa reveló ante la plenaria de la Cámara que dos integrantes de esa guerrilla fueron capturados por participar en los actos vandálicos de esa ciudad.
No está claro cómo podría haber un diálogo con el ELN si el Gobierno ha dicho reiteradamente que hay infiltraciones de integrantes de ese grupo en la protesta social. En el campo político, el ELN sabe que tampoco es rentable abrir una mesa de conversaciones con un Gobierno que está en la recta final, y mucho menos sin tener claro el panorama electoral para 2022.
Otro aspecto es que, si hipotéticamente se reactivara la mesa de diálogo, muy seguramente Cuba no querrá ser sede de las conversaciones, y conseguir un país que quiera albergar al ELN, después del episodio de los protocolos, no será nada fácil.
El panorama está tan desdibujado que ni siquiera Tulio Gilberto Astudillo Victoria, conocido como Juan Carlos Cuéllar, integrante del ELN y quien se desempeñó como gestor de paz por la guerrilla, quiere volver a asumir ese papel. Ese grupo ha desaprovechado las oportunidades de paz que ha tenido de una salida negociada, mientras que el Gobierno dice que “el balón está en la cancha de ellos”, según Ceballos. Sin duda, la paz también formará parte de la campaña presidencial de 2022.