PROCESO DE PAZ

El ELN y las bacrim desacomodan el rompecabezas de la paz

El aumento de los ataques y la presencia en territorios que habían ocupado las FARC llevó al Gobierno a defender el plan que tiene para atajar esa avanzada.

6 de septiembre de 2016
| Foto: Cortesía Gaula de la Policía Nacional

Después de que el accionar del ELN fuera prácticamente nulo, los colombianos volvieron a sentir su poderío militar. Atentados contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, "ajustes de cuentas", enfrentamientos, extorsiones y secuestros vienen disolviendo su oportunidad de paz con el Gobierno Nacional.

En el radar de las autoridades quedó este lunes esa guerrilla, después de que se conoció un panfleto firmado por la Compañía Jaime Toño Obando, del Frente Comuneros del Sur, en el que amenaza con realizar un "paro armado" al sur del país.

Aunque no se ha comprobado la autenticidad del documento, la ofensiva comenzaría el 14 de septiembre y se prolongaría hasta el día 18 del mismo mes, dijo a la agencia EFE el secretario de Gobierno de Pasto, Mario Lima.

"Puede ser que sea esa fecha por la que ese grupo envió el panfleto pero no hay garantía de que sea original o que venga con esa finalidad específica", comentó Lima.

Al panfleto y a los más recientes ataques, se le suma un informe publicado por el El Tiempo que detalla uno de los mayores temores de cara al proceso dejación de armas de las FARC. Según detalla el diario, información de inteligencia militar, apunta a que en regiones como Arauca, Nariño, Cauca, Chocó y Norte de Santander ha aumentado la presencia de otros grupos armados, seducidos por la extorsión, la coca y la minería. Una información que le confirmaron fuentes de la Defensoría del Pueblo a Semana.com. 

En Arauca la situación es particularmente preocupante, apuntan esas fuentes, pues en el trascurso de apenas 15 días (contados desde el 20 de agosto) se presentó prácticamente una acción diaria protagonizada por el ELN, que significó un riesgo o una vulneración a los derechos humanos de la población civil.

En Norte de Santander, los municipios más vulnerables son el Catatumbo, San Calixto, Teorama y Tibú, donde el fin de semana pasado se presentó el atentado contra al oleoducto Caño limón coveñas.

Y en Nariño existe la amenaza de paro armado, cuya autenticidad está verificando la Defensoría. Allí el mayor riesgo está en municipios como Tumaco, Samaniego y Llorente.

Con rapidez el presidente Juan Manuel Santos le salió al paso al tema, y encaró las denuncias que apuntaban a que miembros del ELN estarían empezando a ocupar los espacios en los que históricamente habían estado los miembros de las FARC que empezaron a dirigirse a las zonas de concentración.

"Los tenemos identificados, sabemos dónde están y estamos actuando en consecuencia", dijo el el mandatario sobre el plan que tienen para atacar a los grupos armados ilegales que intenten ocupar las zonas que abandonarán las FARC tras la firma del acuerdo de paz.

Incluso, una de esas ofensivas se presentó este domingo en Fortul (Arauca), donde miembros de las Fuerza Aérea bombardearon un campamento de los elenos. Los hechos, que son materia de investigación por la Defensoría, habrían provocado daños a una escuela y al centro de salud del municipio.

Aunque el anuncio de las conversaciones entre el Gobierno y los hombres comandados por Gabino, hace más de cuatro meses, despertó la esperanza de que cayera la ofensiva, las cosas no han sido así. Por el contrario, aumentan el temor no sólo de que esta guerrilla empiece a ocupar las zonas que dejen las FARC una vez se concentren, sino también que se convierta en el principal receptor de disientes.

Sobre ello, el mandatario dijo que en lo corrido de 2016 "han neutralizado", lo que incluye muertos en combate, heridos o detenidos a más de 3.000 de sus integrantes. En su intervención el presidente Santos dijo que el Gobierno sabe que "las regiones donde la minería ilegal está operando con mayor peligrosidad" están cobrando fuerza, por lo que están "haciendo operativos contundentes" en su contra.

"Estamos encima de ese problema porque sabemos que ese era uno de los grandes retos", subrayó. Asimismo, dijo que Estados Unidos está ayudando "en la parte de inteligencia y en la parte militar" para poder hacer frente a "ese reto".

No todos los observadores coinciden en una visión alarmante sobre el avance de las bandas y el ELN sobre los territorios que dejan las FARC. Jorge Restrepo, del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), la considera una interpretación superficial y simplista.

“Claro que es un riesgo, pero no es un riesgo nuevo”, dijo Restrepo a Semana.com. “No creo que haya nada nuevo bajo el sol, el ELN ha estado buscando expandirse y donde estaba consolidar su presencia. Antes no ha podido hacer más y hay que darle crédito a la fuerza pública por haberlo mantenido contenido”.

La instalación de la mesa de paz entre el ELN y el Gobierno sigue dilatada mientras esa guerrilla pone el dedo sobre la llaga. El secuestro y los ataques indiscriminados están envenenando la posibilidad de que las partes pongan a andar la negociación.