ECONOMÍA
Embalses: en vez de subir, los niveles de agua siguen bajando. Lo que se espera para fin de año
Para este 19 de octubre, nueve de los embalses mantienen una tendencia descendente y sólo dos se conservan estables. No hay ninguno ascendiendo niveles.
En la capital del país, los ciudadanos cruzan los dedos para que llueva. La mayoría de los embalses, en vez de subir niveles de agua, se mantienen en la tendencia descendente, lo que no deja de preocupar, pues se acerca el fin de año, cuando el consumo en los hogares podría ser mayor debido a la temporada de vacaciones, que moviliza turistas y visitantes a las familias capitalinas.
Según la información de la Corporación Autónoma Regional (CAR), que monitorea a diario la situación, nueve de los embalses están en descenso, mientras que dos más se conservan estables, y no hay ninguno en el que se mueva siquiera una gota hacia arriba.
Para que se aleje definitivamente el escenario de racionamiento que ha habido hasta el momento en el interior del país y que, inclusive, se hizo más intenso con la reciente medida de la administración distrital, tendrían que llegar al 70 %.
No obstante, el sistema Chingaza, uno de los más importantes para el abastecimiento en el interior del país, registró este sábado niveles inferiores al 50 % (44,54 %) y con tendencia a disminuir, pues para este día tenía un 0,5 de diferencia con la medición anterior.
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De hecho, en septiembre, la gerente del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, había señalado que la situación continuaba siendo compleja y que, por lo tanto, de no cambiar la tendencia en el clima, había riesgo de tener que endurecer el racionamiento para diciembre y enero.
El 2024, contrario a lo que se esperaba en materia climatológica, ha sido el año más seco desde 1995, el cual aparecía en los registros como el de menores afluencias del preciado líquido en el sistema Chingaza.
Aunque muchos ciudadanos estén viendo y celebrando algunos días esporádicos de lluvias, el agua no está donde debe estar, que es en las zonas de los embalses. Por lo tanto, el ahorro sigue siendo lo único controlable que pueden hacer los ciudadanos para aportar en esta situación deficitaria de agua.
Recientes declaraciones del alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, destacaron como positivas las medidas de ahorro aplicadas. De hecho, de no ser por ellas, la escasa agua que hay en los embalses habría durado menos tiempo.
Agosto fue un mes de sequía, lo que tradicionalmente no ocurre en otros años. En este, cuando se esperaban lluvias intensas por cuenta del fenómeno de la Niña, que —en realidad— poco o nada ha hecho su aparición, pese a que su llegada estaba prevista para el primer o segundo trimestre del año. Septiembre continuó en la misma tendencia, sin que las nubes se desgajen en precipitaciones que alimenten los embalses. A partir de esto que en el Distrito, el mandatario local volviera a apretar aún más las clavijas con el racionamiento.
¿Qué esperar en el fin de año?
La expectativa es que los embalsas tengan recuperaciones, para no tener que llegar a la hora cero, que ha sido establecida en un tope mínimo al que se podría resistir la baja de los niveles de embalses: 36 % de llenado.
De no llover pronto y de manera suficiente, el racionamiento de agua tendría que ser incrementado.
De acuerdo con los más recientes análisis del Ideam, autoridad metereológica en el país, han predominado las condiciones secas, aunque se perciben nubosidades parciales en gran parte del territorio nacional.
No obstante, los pronósticos del famoso Max Henríquez apunta a que pronto se revertirá la tendencia y la capital del país tendrá lo que tanto claman los ciudadanos que han sufrido el racionamiento: la lluvia.