Estos son algunos de los congresistas recién elegidos, algunos en cuerpo ajeno con herederos, que tienen cuestionamientos. En la foto Álvaro Ashton quien puso a cuñada  Laura Ester Fortich; Piedad Córdoba; Arturo Char; Claudia María Pérez, cuñada del condenado Eduardo Pulgar; John Moisés Besaile, hermano del condenado Musa Besaile; el corrupto Mario Castañeda del Partido Liberal; Milene Jarava esposa de Yair Acuña.
Estos son algunos de los congresistas recién elegidos, algunos en cuerpo ajeno con herederos, que tienen cuestionamientos. En la foto Álvaro Ashton quien puso a cuñada Laura Ester Fortich; Piedad Córdoba; Arturo Char; Claudia María Pérez, cuñada del condenado Eduardo Pulgar; John Moisés Besaile, hermano del condenado Musa Besaile; el corrupto Mario Castañeda del Partido Liberal; Milene Jarava esposa de Yair Acuña. | Foto: Semana

Nación

En el Congreso estaba cantado, los cuestionados fueron elegidos

En los tarjetones electorales había candidatos al Congreso investigados o eran herederos de políticos condenados o con antecedentes en escándalos como parapolítica, coimas de Odebrecht, Cartel de la Toga y hasta el Proceso 8.000. Casi todos lograron la curul.

14 de marzo de 2022

Aunque tiene investigación en la Corte Suprema, Arturo Char fue reelegido en el Senado, aunque esta casa política vio la caída de su principal líder, Álex Char, quien fue derrotado en la consulta del Equipo Colombia por Federico Gutiérrez.

Sobre el expresidente del senado Arturo Char, la prófuga excongresista Aída Merlano ha asegurado que fue él quien pagó para su fuga desde un centro odontológico al norte de Bogotá. En este grupo político de los Char también está el candidato a la relección en la Cámara Modesto Aguilera, acusado de abuso sexual, quien tuvo la segunda votación de Cambio Radical en el Atlántico asegurando la curul.

A otro que no le hizo mella el descarado complot criminal que tenía fue el senador del Partido Liberal Mario Castaño, investigado por la Corte Suprema luego de que SEMANA revelara una sofisticada red que comprometía más de 70 personas en departamentos como Caldas, Cauca, Chocó, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca, dedicados a saquear el erario, pese a las evidencias, recibió los votos para mantenerse en el Congreso, siendo el número 13 de la lista de la colectividad, con cerca de 60 mil votos.

En la lista de Castaño estaba su fórmula a la Cámara, el exalcalde de Popayán, César Cristian Gómez. Los audios son demoledores, dan cuenta de millonadas en corrupción, pero no importó, a las urnas llegaron los votos y fue el primero en la lista del liberalismo en el departamento de Cauca.

En Córdoba cambiaron los nombres, pero los hilos del poder los siguen manejando los mismos que han estado involucrados en escándalos de corrupción, parapolítica y hasta compra de votos para la reelección del presidente Juan Manuel Santos, con dinero de la constructora Odebrecht.

Musa Besaile también involucrado en el escándalo de Odebrecht, el cartel de la Toga, el cartel de la Salud, lanzó a su hermano Jhon Moisés Besaile, quien tuvo una alta votación, la tercera del Partido de La U, superando los 90 mil votos. No pasó lo mismo con su socio Bernardo Miguel “el ñoño” Elías, quien puso en el tarjetón a su hermano, Julio Alberto Elías Vidal que al cierre de esta edición se iba quemando por menos de mil votos.

Piedad Córdoba hoy con los reflectores encima por las denuncias del presunto uso de sus gestiones en la liberación de secuestrados, para buscar beneficios políticos para ella, las Farc y el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez; y por los comprobados negocios que habría tenido con denominado testaferro del régimen Álex Saab, también fue elegida. El Pacto Histórico la tendrá como senadora pues llegaron a 16 curules y ella ocupaba el puesto ocho en la lista.

El exsenador Eduardo Pulgar, célebre por su frase “qué hay pa mi”, quien además fue condenado por tratar de torcer a un juez del municipio de Usiacurí hizo una “jugadita” a tres bandas, tal como lo había hecho en el pasado cuando, al estar sancionado puso a su exesposa Karime Motta en dos ocasiones, una en Senado y otra en Cámara. Lo hizo de nuevo, esta vez es Claudia María Pérez, esposa de su hermano Fredy Pulgar, quien con más de 90 mil votos votos, fue elegida por el Partido Liberal, que en estas elecciones no tuvo pudor para dar el aval a cuanto candidato cuestionado pudo.

Lo mismo ocurrió con el exrepresentante sucreño Yair Acuña, que puso a su esposa, Milene Jarava, en el tarjetón y le dio resultado. Acuña vuelve al Capitolio, en cuerpo ajeno, con la mayor votación del Partido de La U en la región, y casi 60 mil apoyos a nombre de su pareja.

El exsenador Álvaro Ashton quien tiene el combo completo en cuanto investigaciones y condenas: Cartel de la Toga, Odebrecht y parapolítica y trató de expiar sus culpas metiéndose a la JEP de donde fue expulsado Puso a su cuñada Laura Ester Fortich, esposa de su hermano David Ramón Ashton, quien actualmente es senadora y logró la reelección con casi 60 mil votos.

El que sí se quemó en la búsqueda de su reelección fue el flamante presidente de la Comisión de Ética del Senado, Laureano Acuña, conocido como “el gato volador”, los audios en los que en su propia voz hablaba de compra de votos y de fraude electoral no lo afectaron. Este congresista que en sus inicios aseguran era un líder encargado de comprar votos y que fue acumulando poder hasta llegar al Capitolio, pero esta vez sus movidas no le dieron para repetir, tuvo más de 50 mil votos, estuvo muy cerca de lograr la última curul del Partido Conservador pero no le alcanzó, lo superó Esperanza Andrade.

Es la misma historia cada cuatro años, los escándalos pasan y los políticos se quedan, así sea en cuerpo ajeno, en 2022 las urnas lo ratificaron, no importan los cuestionamientos, son los ciudadanos los que con sus votos los mantienen en el Congreso.

La lista de cuestionados tiene un largo etcétera, no están todos y seguro en la legislatura aparecerán nombres nuevos. El panorama no es nada halagüeño, y se puede presagiar que en estos cuatro años habrá un nuevo desfile de congresistas por los pasillos de la Corte Suprema de Justicia con investigaciones abiertas. Otros renunciarán a su cargo para que su investigación la asuma la Fiscalía, dejando “la silla vacía” en el Congreso.