“En el momento del estruendo uno de los cuerpos cayó en la cama del niño”

Un día después de que el pequeño avión que en la tarde de este domingo 15 de septiembre se chocó, con nueve personas a bordo, luego de despegar del aeropuerto de Popayán, Cauca, siguen apareciendo detalles de un accidente que pudo ser una tragedia mayor.

Si bien, ese accidente aéreo dejó el saldo fatal de siete muertos y dos heridos, se considera un verdadero milagro que la cifra no fuera superior, ya que la aeronave cayó sobre el barrio Junín, un humilde sector cercano a una de las cabeceras de la pista del aeródromo Guillermo León Valencia, de la capital caucana.

Lo más sorprendente es que entre los sobrevivientes que salieron ilesos, se cuentan los residentes de la vivienda donde cayó el avión tipo Piper de matrícula HK-5229 PA31, de la empresa Transpacífico, que cubría la ruta Popayán-López de Micay.

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Se trata del pequeño Juan David Astaíza Valencia, de 10 años de edad, y su tía Valeria Moriones. El niño estaba dentro de la casa cuando la aeronave se vino a tierra; mientras que su tía recién había salido a comprar un refrigerio para su sobrino.

Este portal contactó a la familia del pequeño que vive solo con su padre, Carlos Astaíza, un vigilante que se hizo cargo del menor desde que nació, porque su madre los abandonó. Cuando el padre no está, Juan David queda bajo el cuidado de sus cinco tías; el chiquillo cursa quinto de primaria y es hincha del América de Cali.

Pese a que el menor estuvo hospitalizado, “porque lo iban a tener en observación, por si de pronto tenía alguna parte afectada del cuerpo. Pero no tenía rasguños, ni moretones, nada”, ya fue dado de alta y está junto a su familia.

“A él le dieron salida anoche y está conmigo, está bien, pero en estos momentos no quiere hablar con nadie, está asustado, no quiere tocar el tema”, explicó la joven Valeria Moriones tras aclarar que sabe del impacto que le causó el accidente a su sobrino, “porque uno le pregunta por el tema y él se queda callado, empieza a temblar, a respirar fuerte, la mirada no es fija”.

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Pero Valeria recuerda con exactitud los segundos de pánico que vivieron en su barrio, cuando ocurrió el siniestro y del por qué su sobrino se salvó de morir en medio de esa tragedia.

“Solamente dice que él estaba en la pieza cuando vio que se empezó a caer el techo y entonces fue ahí cuando salió corriendo y yo me lo encontré afuera”, recordó tras agregar que “porque es que yo estaba con él, sino que yo me fui para la tienda y en ese momento cuando yo me dirijo a la tienda fue cuando pasó todo eso”.

La joven tía no dudó en explicar por qué ella también está viva, “yo también me salvé de milagro. Porque salí a comprar el refrigerio, porque como el papá nos deja plata para la media tarde (merienda), entonces el niño me dijo que quería un pastel y una gaseosa”.

Y agregó, “en el momento que me devolví, cuando escuché el estruendo, él (Juan David) ya estaba afuera y también en ese momento salió mi hermana (Tatiana), porque todos vivimos cerca”.

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Valeria narró que su hermana Tatiana está muy afectada, “porque ella entró a la casa y como uno de los muertos cayó en la cama del niño, entonces alcanzó a verlo y quedó muy afectada psicológicamente”.

La joven tía describió que el avión se le metió al cuarto de su sobrino, “porque todo el accidente ocurrió prácticamente en la pieza del niño y él vio los cadáveres”.

Dijo tras detallar que “el avión dañó el techo y quedó dentro de la pieza de él (Juan David) y en el momento del estruendo uno de los cuerpos cayó en la cama del niño”.

Mientras los sobrevivientes narran esos detalles, el gobernador de Cauca, Óscar Campo, reveló a través de su cuenta de Twitter, que algunos de los pasajeros muertos eran funcionarios de su administración que iban a fortalecer la ruta de atención a la mujer en el pacífico caucano.