Vaupés
En imágenes: travesía de soldados para llevar tableros a niños indígenas en la selva
Ejército Nacional llevó dotación a escuelas del Vaupés donde los pequeños llevaban 15 años reciclando tableros en pésimas condiciones.
En Piedra Ñi habita el pueblo indígena Makuna, en el que se reconocen más de 600 personas como pertenecientes y quienes, según su cosmovisión, son hijos de la Anaconda de Agua, creencia que se transmite a través de la leyenda del Güio-dios. A esta comunidad solo es posible llegar por vía aérea desde Mitú, cabecera municipal del departamento de Vaupés, pues viven en medio de una de las selvas más espesas de Colombia, solo en el área en la que habitan hay más de 200 kilómetros de vegetación nativa y algunos afluentes hídricos.
Los niños en edad escolar que viven en la comunidad, aproximadamente el 25 % de la población, no cuentan con condiciones dignas en elementos educativos didácticos, tanto así que llevan recibiendo clases en los mismos tableros hace más de 20 años. Teniendo en cuenta que por la humedad y el clima en la zona selvática presentan mayor desgaste. Lo que hacían los profesores era que reciclaban los pedazos de tablero que les iban quedando, así lo hicieron por década y media en promedio.
La situación era tan deplorable que la Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales Indígenas del Río Pirá Paraná donó dotación para la escuela, compró ―entre varios elementos― unos tableros de 3 metros de largos. Algo que llenó de emoción a los niños, sin tener en cuenta que por la espesa selva era imposible que tales elementos llegaran por tierra a la comunidad.
La única manera era por vía aérea, pero para esa comunidad en particular cualquier aeronave no puede llegar, así que la solución para hacer llegar los elementos fue con ayuda de los soldados de la Brigada N.º 31 del Ejército Nacional, quienes transportaron por aire los tableros acrílicos donados que beneficiaron a más de 150 niños que reciben clases en la escuela de la comunidad Piedra Ñi y sus sedes.
El helicóptero Mi-8, trabaja al servicio de la fuerza, contratado por la División de Aviación de Asalto Aéreo. Salió de San José del Guaviare a Mitú: una hora de vuelo. Realizó una parada técnica en el municipio de Carurú para tanquear la aeronave y continuar con el vuelo.
Luego de aterrizar la aeronave en la zona y bajar los elementos, fue necesario movilizar la carga a bordo de embarcaciones para cruzar el río Pirá Paraná.
“Somos su Ejército y por eso disponemos de todas nuestras capacidades para el beneficio de nuestro pueblo indígena, en este caso, helicópteros que trabajan al servicio de la fuerza, transportaron los tableros hasta este lugar lejano”, dijo el coronel Cesar Baquero, comandante de la Brigada N.º 31.
Gracias a esta donación de la Asociación ACAIPI, tableros rotos y con años de uso, fueron cambiados por tableros acrílicos de 3 metros que facilitarán la enseñanza a los menores. También fue transportado combustible y útiles de aseo necesarios para suplir necesidades básicas de la comunidad.
De regreso se requirió otra hora de vuelo. “Una vez más, el Ejército Nacional pone al servicio de las comunidades indígenas del Vaupés todas sus capacidades, velando por su seguridad y bienestar”, indicó el coronel Baquero.
Cabe recordar que, el pasado 23 de marzo, un pelotón de 20 soldados soltó los fusiles y los cambió por escobas, palas, cepillos y baldes. La misión era clara: combatir la indiferencia que viven los adultos mayores del hogar geriátrico de la región. Cincuenta abuelos necesitaban de su ayuda.
“Los adultos mayores representan la sabiduría y la experiencia de una nación, por eso los soldados del Ejército Nacional llegaron hasta el centro de bienestar Hogar San Rafael con alimentos y disposición para adelantar jornada de embellecimiento y mantenimiento de instalaciones”, dijo el mayor Jaír Leandro Moreno, oficial de Acción Integral de la Brigada 31.
Desde hace un tiempo, el Gobierno y las instituciones encargadas de la seguridad de Colombia han escuchado a las comunidades que advierten que la guerra no solo se combate con guerra, sino que es necesario mostrar que la principal motivación es el bienestar de las poblaciones más vulnerables, y desde entonces la apuesta se ha volcado a un trabajo integral.