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NACIÓN

En masacre de Cali, policías y hombres con machetes y rastros de sangre

Los familiares de los cinco niños asesinados en Llano Verde continúan denunciando la presencia de policías en el lugar de la masacre. El ministro de Defensa anunció un grupo élite para la investigación. Que se sepa la verdad.

16 de agosto de 2020

Tan solo eran niños: Juan Manuel Montaño, Jean Paul Perlaza y Leyder Cárdenas tenían 15 años; Jair Andrés Cortez y Álvaro José Caicedo tenían 14 años. Aparecieron asesinados en un cañaduzal de Cali esta semana, a 2,5 kilómetros de las casas del barrios Llano Verde, el último del Distrito Agua Blanca, que limita con los corregimientos de Navarro y Hormiguero, y que conectan finalmente con Puerto Tejada, norte del Cauca. Los muchachos eran artistas y bailarines, y los encontraron torturados, en una escena de horror que las autoridades aún no esclarecen. En el barrio aseguran que hay negocios turbios entre las mafias que abastecen el microtráfico en Cali y la Policía.

Justo el senador del Polo Democrático, Alexánder López Maya, deslizó en una entrevista la posibilidad de la participación de uniformados en los hechos, pidiendo que se investigara “la manera como procedió la Policía en el lugar de los hechos (…) Deja muchas dudas frente a lo que pasó”. Sobre este tema, el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, le dijo a SEMANA: “Los cuestionamientos por parte de las familias son acogidos con mucha apertura y son integrados al trabajo investigativo".

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, anunció que desde Bogotá se reforzarán las investigaciones sobre el caso con cinco funcionarios del Gaula, cinco investigadores de la Dijín, diez de inteligencia y 50 investigadores de la Policía Nacional. Además, para atender los clamores de seguridad de la capital del Valle, que cuenta 617 homicidios desde el primero de enero, 180 hombres de las Fuerzas Militares reforzarán el pie de fuerza.

"Estos hombres serán parte de un equipo especial que va a esclarecer los recientes hechos de violencia ocurridos en el barrio Llano Verde. La dirección del puesto de mando unificado ha quedado en manos del general Jorge Luis Vargas, director de Seguridad Ciudadana de la Policía, y uno de los oficiales de mayor conocimiento y experiencia de la Institución”, dijo Holmes Trujillo, quien también se refirió a las denuncias que rodean a la Policía, señalando que no se puede establecer aún dicha conexión.

Por su parte, el general Vásquez aseguró: “Quiero manifestar que nada se ha dejado de vincular a la investigación. En la noche era muy difícil preservar esa escena y lo que dispuse fue que, luego de la inspección de los cuerpos, se asegurara la zona para que no se alterara absolutamente nada. Mantuve la seguridad y en la mañana entró un equipo especializado del CTI y la Policía para investigar y encontrar muchas evidencias que se han incorporado al proceso”.

Por ahora las respuestas parecen lejanas, en un país donde las masacres vuelven con la temeridad de los peores años del paramilitarismo, en los que los ejércitos de las mafias trabajaban en llave con miembros de la Policía y el Ejército. Mientras tanto, los familiares continúan cuestionándose la presencia de uniformados en el sector donde hallaron los cadáveres. “Había dos patrullas y estaban con dos cuidadores de ese cañaduzal, que tenían los machetes en las manos y manchas de sangre en la cara. Necesitamos que esta situación se esclarezca y que la Policía nos explique por qué tenían una actitud sospechosa”.