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Así llegó el cuerpo de Darío Gómez al Atanasio Girardot: en medio de la lluvia y con un sentido homenaje
Más de cinco mil personas están congregadas en el lugar. Allí, el cadáver permanecerá en cámara ardiente.
Sobre las 9:20 de la noche, la caravana que transportaba el cuerpo del cantante Darío Gómez llegó al estadio Atanasio Girardot, en el occidente de Medellín.
Más de cinco mil personas se dieron cita en la infraestructura deportiva, en medio del sentido homenaje que se le realiza al artista, considerado el Rey del Despecho.
La caravana partió desde la funeraria La Esperanza, en el norte de la ciudad, y desde allí recorrió las calles de Medellín, escoltada por más de 100 vehículos y una multitud que busca protegerse de la lluvia.
Se ha dispuesto el coliseo de voleibol Yesid Santos, ubicado en la Unidad Deportiva, donde el cadáver permanecerá en cámara ardiente desde este 27 de julio y hasta el sábado 30 de julio a las 11:00 de la mañana, según información suministrada por la alcaldía distrital.
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La muerte de Darío Gómez generó la reacción de muchas personalidades en el país. “Noche triste con Darío Gómez ya llegando al cielo. Sus canciones y su personalidad quedan alojadas en el corazón de millones. Gracias, maestro Darío”, publicó el expresidente Álvaro Uribe Vélez en su cuenta de Twitter.
“Que descanse en paz el Rey del Despecho. Mis oraciones están con él. Un abrazo para toda su familia y sus seguidores”, escribió Daniel Quintero Calle en la misma red social.
Por su parte, el gobernador Aníbal Gaviria apuntó: “Hoy decimos adiós al Rey del Despecho, a un destacado antioqueño que nació en San Jerónimo y se convirtió en referente mundial de la música popular. Paz en la tumba de Darío Gómez y solidaridad con sus familiares. Su recuerdo seguirá vivo por siempre en nuestros corazones”.
Trabajó como mecánico, mientras conseguía apoyo para incursionar en la música. Tenía 12 hermanos, por lo cual era tan difícil decirles a sus padres que se iría de la vereda Los Cedros para cantar.
Sin embargo, su abuelo materno le regaló un tiple y se aventuró con su voz, sus composiciones de joven y su amor a la música, a buscar oportunidades en Medellín, Armenia y hasta en Venezuela.
De tanto probar suerte, un día la vida lo llevó hasta la puerta de Codiscos a finales de la década de los setenta. En la disquera vieron en su talento un diamante por pulir y le dieron la oportunidad de grabar con su hermano Heriberto Gómez a dúo, bajo el nombre de Los Legendarios.
Empezó a tocar el cielo del éxito cuando le dedicó a su hermana Rosángela Ángel perdido, quien había fallecido, y en medio del dolor logró vender más de medio millón de copias.