Nación

En procedimiento oficial, un agente de la Policía mató a un hombre que agredía a una mujer

Los hechos ocurrieron en Rionegro y la persona fallecida amenazaba a la mujer con arma blanca.

6 de septiembre de 2022
Tulua
Policía Nacional. | Foto: AP

Este lunes, 5 de septiembre, el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI) anunció que asumirá la investigación por los hechos en donde un hombre perdió la vida mientras se enfrentaba con un integrante de la Policía en el municipio de Rionegro.

Según las versiones oficiales, la víctima murió luego de recibir un impacto de bala propinado por el agente de la Policía, mientras se realizaba el procedimiento en donde el uniformado trataba de quitarle un arma blanca, la cual utilizaba para amenazar a una mujer, quien no fue identificada, así como el hombre fallecido.

Asimismo, las autoridades judiciales confirmaron que los hechos ocurrieron el pasado sábado 3 de septiembre a las 9:30 de la noche en el municipio de La Galería, donde se estaba llevando a cabo una fuerte discusión entre la pareja.

De igual manera, la pelea fue reportada a la Policía por las personas que se encontraban cerca del lugar de la discusión, con el propósito de evitarle una tragedia a la mujer involucrada. En ese sentido, los agentes se acercaron al lugar y uno de ellos intentó desarmar al agresor y comenzó el forcejeo; acto seguido, en el piso el uniformado le disparó al agresor, causándole la muerte minutos después.

Por último, Daniel Mazo Cardona, comandante de la Policía de Antioquia, confirmó que la persona fallecida se abalanzó sobre el agente, razón por la cual le causó golpes en la clavícula y en las muñecas.

“El personal uniformado atendió un procedimiento en el sector de La Galería; allí una persona agredía a una mujer con arma cortopunzante. Al ver al personal policial, este se abalanza sobre uno de los policiales, quien en pleno forcejeo pierde el bolillo. Por ello se hace necesario para el agente la utilización del arma de fuego, quitándole la vida a esta persona”, aseveró el comandante Mazo.

Bandas delincuenciales de Medellín estarían en tregua

El Instituto Popular de Capacitación (IPC) y la Corporación Sinergia dieron a conocer que en el Valle de Aburrá estaría activo un cese al fuego entre las organizaciones delincuenciales. Prueba de ello sería la disminución en la tasa de homicidios y otros delitos de alto impacto, junto a las acciones de las autoridades para reducir el riesgo.

El acuerdo se habría gestado desde el segundo semestre de 2019 en los pasillos de los establecimientos carcelarios de Medellín y puesto en marcha en las calles de las comunas. Sin embargo, en las últimas semanas se habría acogido con mayor respaldo como una supuesta muestra de disposición para transitar hacia la legalidad.

Por ejemplo, en los últimos días de agosto se mantuvo vigente una racha de seguridad que, en los tiempos recientes, no había estado en el radar de la administración del distrito: durante siete días no se presentaron muertes violentas en la ciudad. El buen tiempo terminó con homicidios asociados a ajuste de cuentas y faltas de convivencia.

Ambos grupos que analizan el conflicto urbano en esta región del país reconocen que entre las bandas ilegales hay disposición para subirse al bus del acogimiento que impulsa la oficina del alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, en todos los rincones de Colombia. Algunas organizaciones ilegales del Valle de Aburrá ya levantaron la mano.

Los integrantes de La Oficina y Los Pachelly enviaron un comunicado público al presidente Gustavo Petro, en el que muestran su voluntad para sumarse a la política de la ‘paz total’, con miras a cesar la violencia que han protagonizado en la capital de Antioquia y que han multiplicado en los últimos tiempos por otras regiones del departamento.

Finalmente, la Corporación Sinergia fue nombrada por algunos actores armados como la interlocutora ante el Gobierno nacional en los primeros acercamientos, pero todavía no han sido reconocidas como tal. Los integrantes de este grupo tienen experiencia en el trámite de pactos de paz, como lo empezaron a hacer en 1995 en las calles del Valle de Aburrá.