La madre de la menor, señalando que la pequeña, identificada como Arely, de ascendencia latina, estaba bajo el dominio de entidades paranormales, recurrió a dos de sus familiares, para adelantar lo que denominaron como ‘un acto de liberación’
La madre de la menor, señalando que la pequeña, identificada como Arely, de ascendencia latina, estaba bajo el dominio de entidades paranormales, recurrió a dos de sus familiares, para adelantar lo que denominaron como ‘un acto de liberación’ | Foto: Getty Images / David Wall

Nación

En un pueblo de Colombia la Iglesia prohibió escuchar una canción, donde el diablo desató su furia. Esta es la historia

Una de las leyendas urbanas que ronda en el país se presentó en Ibagué.

Redacción Nación
1 de febrero de 2024

En Colombia son varias las canciones que han generado polémica por el contenido de sus letras, el ritmo o mencionar la palabra diablo en ellas. Algunas historias con relación a los temas musicales han trascendido en el folclore del país, como las que enmarcaron a las leyendas del vallenato.

Una de ellas fue la de Francisco Antonio Moscote Guerra o ‘Francisco El Hombre’, quien según los relatos en Valledupar, venció a Satanás ejecutando el acordeón. Un juglar que se convirtió en toda una leyenda del vallenato al recorrer la península amenizando jolgorios con el acordeón, un amante de la parranda.

Acordeon
Monumento Francisco El Hombre, Riohacha, noviembre 10 de 2009. Fotos: Juan Pablo Gutiérrez / Revista SEMANA. | Foto: Juan Pablo Gutierrez

La leyenda cuenta que en uno de sus viajes por la Costa se encontró con el diablo y, en una apuesta, le ganó en una de sus mejores contiendas al tocar el acordeón.

Según el archivo de RTVC y en su página web citan a la investigadora y filósofa Giomar Guerra, quien afirmó que la historia, que hace parte de la tradición oral de la provincia de Padilla y en cada latitud del Caribe, se narra de generación en generación.

“El diablo desafió a Francisco Moscote a tocar el acordeón, para demostrar cuál de los dos lo hacía mejor; y reza la leyenda que, tocando El credo al revés, Francisco El Hombre ganó la contienda y el diablo huyó vencido y malgeniado”, afirmó Guerra. Un hecho que fue recreado en la serie Escalona producida por Caracol Televisión.

Pero esta no es la leyenda en la que la Iglesia tuvo protagonismo al prohibir escuchar una canción.

¿En dónde se prohibió escuchar una canción?

Una de las leyendas urbanas que ronda en el país se presentó en Ibagué, en donde sus habitantes aseguran que el diablo se apareció durante un baile en el club Baltazar, que ya no existe y estaba ubicado en la vía que conduce a Armenia, entre los barrios La Hoyada y El Amé, hoy conocidos como Combeima, Baltazar y El Libertador.

Según los registros de los años 50 y el voz a voz de esta historia, todo esto ocurrió cuando en una celebración de mitad de año, una bailarina extranjera llegó a Ibagué y se instaló en la “Casita de Margot”, un burdel de la zona de tolerancia del barrio El Amé.

Las supuestas posesiones demoniacas luego terminan siendo estados de histeria de la persona afectada
Las supuestas posesiones demoniacas luego terminan siendo estados de histeria de la persona afectada. | Foto: Getty Images / David Wall

La mujer cautivaba a todos los clientes del club por su belleza, llegando a ser muy popular, y haciendo que hombres de varios sitios viajaran solo para conocerla. Un hombre proveniente de Cajamarca le ofreció toda su riqueza y ella maravillada aceptó, pero uno de los requisitos era bailar durante varias horas en el sitio de moda, el Club Baltazar.

Pero algo inesperado ocurrió. Cuando a la medianoche sonabaEl ron de vinola’, canción de Guillermo Buitrago y sus Muchachos, apareció un hombre alto, de piel morena, vestido de blanco y con la cara oculta bajo el ala del sombrero, quien llegó hasta la mesa donde departía la pareja y le arrebató la mujer al minero.

Varias horas se repetía la misma canción, mientras el hombre y la mujer no paraban de bailar hasta que ella miró sus pies y se dio cuenta de que se convirtieron en pezuñas. La mujer gritó aterrorizada, al igual que quienes estaban allí, encendiendo la furia del diablo que, según dicen, generó una avalancha en el río Combeima, que se llevó a varias personas por estar bailando una canción prohibida por la Iglesia.