Ejército Nacional
En video: soldados salvan la vida de Sultán, un canino que permanece fiel a la tropa
En el municipio de Mesetas, situado en el departamento del Meta, una escuadra del Ejército Nacional salvó la vida a un perro criollo. Ahora el pequeño animal, sin un ojo, acompaña día tras día a los soldados que lo rescataron.
Hace unos cuantos meses, llegó un perro callejero a una escuadra militar que por su forma de ser se convirtió en la mano derecha de la tropa y fue bautizado Sultán. Pero un día el animal desapareció. Los soldados creyeron que había regresado a donde sus dueños o tristemente había muerto. Unos días después apareció ante el pelotón gravemente herido. Ellos no pensaron dos veces en hacer todo lo posible por salvarle la vida.
Bien se sabe que el perro es el mejor amigo del hombre, su fidelidad y compañía nunca es puesta en duda. En los comandos militares un perro es más que un amigo, es parte de la fuerza militar, un soldado más que cumple su rol en la institución. Incluso ponen su pecho, con mucha valentía y sin flaquear en ningún momento. Se convierten en un ángel guardián.
Cada escuela militar tiene sus propios caninos, quienes apoyan a los soldados en cuestiones de búsqueda, desarme, identificación de sustancias psicoactivas, entre otras. Sus habilidades son tan requeridas que incluso cuentan con jubilación y se les trata como a un soldado común y corriente. Y si alguien les hace daño, como a cualquier individuo, se debe hacer todo lo posible para salvarles la vida.
Por lo general este tipo de perros son criados e instruidos para ejercer su labor desde que son apenas unos cachorros. Pero el caso de Sultán es distinto, parece que hubiera nacido con el valor y la valentía para acompañar a los soldados en sus misiones. Él es un perrito criollo y se distingue por seguir pacientemente los pasos de los soldados del Batallón de Construcción N.° 51.
El canino llegó a la tropa hace unos cuatro meses mientras la escuadra prestaba seguridad a la maquinaria y al personal que trabaja en la construcción de la Transversal de la Macarena. Allí recibieron la visita inesperada de este perro que no solo se conformó con el alimento y las caricias que le dieron, sino que no se despegó, ni por un segundo, de ellos. Estuvo varios días rondando el lugar, buscando comida y algo de afecto. Fue cuestión de días para que se ganara el cariño de todos los soldados quienes por votación optaron por llamarlo Sultán.
“Sultán es un perro que nos acompaña todos los días, es muy fiel. Vamos a ver hasta cuando está con nosotros, es todo un guerrero”, afirma Yoimer Eduardo Montenegro, soldado profesional de la escuadra.
Sin embargo, después de unos meses de estar junto a la tropa, Sultán, siguiendo su instinto aventurero, fue tras un amor fugaz y se perdió. Desafortunadamente, a los tres días regresó malherido. Sus compañeros de tropa nunca supieron si fue golpeado o si sufrió algún tipo de accidente, lo cierto es que necesitaba una operación urgente.
Inmediatamente, los soldados no dudaron en llevarlo a un centro veterinario. Como su mascota no estaba oficialmente registrada a su escuadrón, no contaba con un seguro de asistencia médica. Pero eso no fue un problema. La escuadra completa recolectó dinero para poder pagar la operación de Sultán, que, debido a la gravedad de las heridas, perdió el ojo izquierdo.
“Cuando él sufrió ese accidente nosotros lo mandamos a una veterinaria y lo hicimos revisar del médico para que le hiciera la cirugía. Cuando le hicieron la operación nosotros lo cuidamos y de ahí en adelante lo hemos cuidado y apreciado porque él es un fiel compañero, es muy táctico, ha sido muy bueno con nosotros”, afirmó el soldado Avilés Pérez.
Luego, el soldado Darío Montenegro fue quien se postuló para liderar el cuidado del perro, y quien vigiló su recuperación después de la operación.
A partir de ese momento, Sultán no se separa de la tropa, es fiel a sus nuevos amigos que lo salvaron de morir y deambular por las calles. De hecho, aún con los posibles traumas que podría causar el suceso, la alegría del “peludito”, como lo llaman a veces, se mantuvo intacta. Con un solo ojo, su amor y fidelidad son tan grandes que se ha ganado su lugar en la escuadra completa de los soldados del Ejército Nacional, quienes le brindan protección, comida, y, lo más importante, afecto.
En la actualidad, Sultán patrulla hombro a hombro con los soldados; apoya la seguridad de la vía alertando sobre la presencia extraña de algún objeto dudoso o de algún extraño. La pérdida de su ojo no ha sido impedimento para conquistar el corazón de las personas que transitan por la vía, quienes se detienen a menudo para saludarlo y acariciarlo.