NACIÓN
Encuentran dos cuerpos sin vida en plena vía pública de la zona rural de Palomino, La Guajira
Los cuerpos fueron identificados como Jhon Silva Jiménez y Johan Rodríguez Amaya.
En la tarde de este martes, 30 de mayo, fueron encontrados dos cuerpos sin vida en la vía que conecta la vereda La Sierrita con el corregimiento de Palomino.
Los cadáveres correspondían a dos hombres y estaban tendidos al costado de la carretera con varios impactos de arma de fuego. Las versiones preliminares y extraoficiales, indicaron que las víctimas se encontraban atados. Además, los impactos de bala serían en el tórax y la cabeza.
Por otro lado, los cuerpos fueron identificados como Jhon Silva Jiménez y Johan Rodríguez Amaya, y se sabe que, al parecer, trabajaban como conductores de buses intermunicipales.
Estos hechos se suman a la ola de violencia que azota al departamento de La Guajira, puesto que el pasado 21 de mayo, sobre el Jarillón del río Tapias, en jurisdicción del corregimiento de Pelechúa, en la zona rural del Distrito de Riohacha, departamento de La Guajira, fueron encontrados los cuatro costales que en su interior contenían restos humanos en avanzado estado de descomposición.
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Aunque, el hallazgo ocurrió en la tarde del pasado domingo, solo hasta este martes 23 de mayo, surgieron las primeras pistas sobre las identidades de las víctimas.
Los cuerpos de sexo masculino, fueron trasladados a la Unidad Regional del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Barranquilla, para dar con su identificación, pero el clima, la temperatura y las condiciones de tortura y maltrato a los que evidentemente fueron sometidos, dificultaron las labores, sin embargo, al parecer se trata de un grupo de sucreños que habían sido reportados como desaparecidos.
Para las autoridades, de manera preliminar podría tratarse de los cuerpos de Jaime Monrroy, Carmelo Badel Gómez y Julio Ordóñez, todos desaparecidos desde el pasado 29 de abril, cuando salieron con destino a Barranquilla.
Además de las pistas sobre las presuntas identidades de las víctimas del macabro crimen, se logró establecer, que se trataba de un trato comercial, que, según, iban a realizar los sucreños fuera de su territorio.
Monrroy, era un reconocido ganadero que iniciaba a comercializar un producto de alto costo utilizado para la fabricación de medicamentos relacionados con tratamientos hepáticos e incluso para elementos tecnológicos, que estaba directamente relacionado con cálculos biliares bovinos.
Badel Gómez, fue el conductor contratado para llevarlos hasta el sitio, donde concretarían el negocio del producto, y quien dio pistas a sus familiares de las vías que tomaría para ello, incluso alcanzó a avisar que en medio del camino se había desviado a Santa Marta y de ahí, hacia la zona de Buritaca.
Por último, Julio Ordóñez, era la persona que había realizado el enlace del negocio entre el ganadero y los compradores del producto.
¿Cómo confirmarán sus identidades?
Ya los cuerpos en Medicina Legal, la Fiscalía General de la Nación comenzó a contactar a los familiares de las presuntas víctimas para que llegaran hasta la capital del Atlántico en donde se encuentran los restos.
El hallazgo
En la tarde del pasado domingo 21 de mayo, la comunidad de Pelechúa, zona rural del Distrito de Riohacha, alertó a la Policía sobre la aparición de cuatro costales que, al parecer, tenían cuerpos humanos.
SEMANA se comunicó con el departamento de Policía Guajira, que aclaró lo sucedido en el municipio.
Inicialmente, el caso fue atendido por la central de comunicaciones de la Policía Nacional, quienes recibieron un reporte desde el Jarillón del río Tapias en el caserío de Pelechúa. Inmediatamente, uniformados adscritos al Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, confirmó la ubicación de los costales, y procedieron en acordonar el lugar de los hechos.
Según el teniente coronel Jeysson López, comandante (e) departamento de Policía Guajira, la Seccional de Investigación Criminal, en compañía de una comisión interdisciplinaria de Criminalística de la Región de Policía n.° 8 de la ciudad de Barranquilla, realizaron la inspección ocular y de manera superficial de los actos urgentes.