Encuentran en Ecuador a bebé que fue raptado por una ciudadana venezolana hace cuatro meses en Cali

El robo de niños de padres venezolanos en Colombia, por personas que los trasladan hasta Ecuador para luego llevarlos a Europa, es una problemática que en los últimos meses se ha acrecentado.

De acuerdo con un informe realizado por el Grupo de Articulación Operacional de Policía Judicial de Migración Colombia, en conjunto con la Fiscalía General de la Nación, actualmente existe una banda dedicada al robo y tráfico de menores que son trasladados hasta el país vecino, para después ser vendidos a personas en otros continentes.

“La organización delincuencial estructuró su portafolio de servicios criminales, abordando mujeres en estado de gestación; especialmente venezolanas, para que una vez nacidos los menores estos fueran entregados para ser vendidos”, es uno de los fragmentos expuestos en el documento.

Ahora bien, no todos los casos de esta banda de roba niños terminan siendo exitosos. Ejemplo de esto es la historia de una mujer identificada simplemente como Paola, quien hace algunos días se pudo reencontrar con su pequeño de tan solo dos años que había sido raptado en agosto de este año en la ciudad de Cali.

Según detalló la mujer, de origen venezolano, el pasado 14 de agosto, debido a sus obligaciones como ama de casa, tuvo que dejar a su hijo con una compatriota que prometió lo cuidaría hasta esa noche cuando Paola regresaría por el bebé; sin embargo, al llegar a la casa de la niñera, ni ella ni el pequeño estaban. Fue ese momento en que el viacrucis de la mujer inició.

Por supuesto, lo primero que hizo la madre desesperada fue intentar contactar a su “amiga” por medio de una llamada telefónica, pero la mujer nunca atendió ninguna de las llamadas que llegaban a su celular.

Así pasaron varios días sin que Paola tuviera conocimiento del paradero de su hijo, y sabía que cada día que pasaba era una oportunidad menos para poder reencontrarse con él. La esperanza se esfumaba de a poco.

No obstante, tal como lo dicta el viejo refrán: la esperanza es lo último que se pierde, y en Paola tuvo efecto justo después de una llamada de una persona anónima que le aseguró que había visto a su bebé en el Puerto Principal de Guayaquil, en Ecuador.

Inmediatamente, la madre emprendió su viaje hasta dicha ciudad; un recorrido de 1.136 kilómetros desde Cali en busca de su hijo.

Al llegar a Guayaquil, Paola se acercó hasta la Unidad de Personas Desaparecidas de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased), entidad ante la que entabló una denuncia con el fin de que las autoridades ecuatorianas estuviesen al tanto de la situación y de esta forma pudiesen colaborar en la búsqueda y rescate de su bebé.

Un mes después de su llegada a Guayaquil, las buenas noticias empezaron a llegar: miembros del hospital infantil Francisco de Ycaza Bustamante habían reportado el abandono de un pequeño que se encontraba en cuidados intensivos, con clara evidencia de golpes en su cuerpo. El estado del menor era grave.

Según dijeron los empleados del centro médico, ubicado al sur de Guayaquil, las personas que llevaron al bebé lo dejaron internado en el hospital, pero luego de salir del lugar no regresaron nunca más.

Al conocer la noticia, Paola viajó rápidamente hasta el hospital en donde, al ver a su pequeño, lo reconoció como su hijo. “La madre reconoció al menor como su hijo; se realizó una prueba de ADN en coordinación con la Fiscalía General del Estado. Se concluye que los donantes de las muestras son madre e hijo”, dijo Fausto Buenaño, comandante de Policía de Guayaquil.

Finalmente, el pasado primero de diciembre, las autoridades entregaron el bebé a Paola, después de que el niño fue dado de alta. Por el momento, no se conoce el paradero de los presuntos ladrones del menor, aunque la Policía aseguró que ya se están adelantando las investigaciones correspondientes.