Nación
Encuentran parte del carro en el que desapareció Javier Velilla, en La Calera; su esposa, con un detector de metales, fue pieza clave
Se espera que al interior del vehículo se pueda encontrar el cuerpo del vigilante, que fue arrastrado por una avalancha.
Las esperanzas de Luz Ángela Ríos, de encontrar el cuerpo de su esposo Javier Velilla, quien desapreció desde el pasado 12 de noviembre de 2022, arrastrado por una avalancha en la tragedia de La Calera, tras varias horas de fuertes lluvias, están hoy más vivas que nunca.
En las últimas horas, los vecinos del barrio, donde vive Luz Ángela con sus cuatro hijos, encontraron una llanta del carro en el que Javier Velilla se encontraba en el momento exacto en el que la avalancha lo sorprendió y lo arrastró abismo abajo junto con su otro compañero, Hollman Rodríguez, quien era el que iba conduciendo el vehículo al momento de la tragedia, mientras que Javier iba en la parte trasera del carro.
Es de mencionar que, en cuestión de horas, bomberos de Bogotá encontraron, dos kilómetros abajo, el cuerpo sin vida de Hollman Rodríguez, pero hasta la fecha, Javier sigue sin aparecer, ni tampoco había aparecido el carro. A ambos, literalmente, se los tragó la tierra, por eso la importancia de que parte del vehículo haya sido encontrado en la tarde de este lunes festivo.
En diálogo con SEMANA, Luz Ángela aseguró que nunca perdió la fe de encontrar a su esposo. “En todo el terreno donde sucedió la avalancha yo había metido detector de metales y logré identificar varios puntos y en el lugar donde se halló parte del carro, es uno de ellos”, indicó.
Sin embargo, fueron unos vecinos quienes dieron la ayuda final. “Ayer, una chica del barrio y su familia bajaron a la iglesia, pero estaba cerrada, por lo que se fueron a caminar por Las Lajas y en ese recorrido vieron la llanta, me contactaron, y yo de inmediato bajé con ellos ayer a las 4:00 p. m. y efectivamente es una parte grande del carro”, agregó Luz Ángela.
Lo irónico del caso, según contó la mujer a SEMANA, es que ella había identificado los puntos con el detector de metales desde hace varias semanas y a pesar de que pidió ayuda a la administración distrital para introducir maquinaria amarilla al lugar, esta ayuda le fue negada en su momento, pues desde el Distrito le advirtieron que ella debía sustentar esos puntos con un estudio previo.
Ahora, en la mañana de este martes 13 de junio, Luz Ángela se encuentra en el lugar de los hechos con el hermano de Javier Velilla, con otros vecinos del barrio y con personal de Bomberos.
“Tengo muchas ansias, miedo a enfrentarme a una realidad, pero tengo muchas ganas de encontrar a mi esposo como mi Dios me lo quiera entregar. Yo sé que ni mi Dios, ni la Virgen de Santa Marta me van a fallar y yo sé que voy a encontrar a mi esposo”, afirmó Luz Ángela.
Una búsqueda, hasta ahora, sin éxito
El 13 de noviembre de 2022, prácticamente 24 horas después de lo ocurrido, fue que empezaron a llegar los organismos de socorro al lugar de la tragedia. Muy cerca de la zona, la administración Distrital, en cabeza de la propia alcaldesa Claudia López, instaló un Puesto de Mando Unificado, para coordinar todas las labores de búsqueda, tanto de Javier, como de Hollman Rodríguez, quien era el que iba conduciendo el vehículo al momento de la avalancha, mientras que Javier iba en la parte trasera del carro.
En cuestión de horas, Bomberos de Bogotá encontraron, dos kilómetros abajo, al cuerpo sin vida de Hollman Rodríguez, pero Javier seguía sin aparecer. Las horas y los días pasaban y la alcaldesa López alimentaba las esperanzas de Luz Ángela: “Ella me prometió que no se iban a ir hasta encontrar a mi esposo, que como fuera lo iban a sacar de ahí”. Pero no fue así.
El 20 de noviembre, ocho días después de ocurrida la tragedia, los organismos de socorro dieron por terminada la búsqueda, sin éxito alguno. A Javier Velilla y al carro en el que iba, literalmente se los tragó la tierra. Lo único que se encontró por esos días fue la puerta derecha de la parte delantera del vehículo, la puerta izquierda de la parte trasera, una llanta y el bómper del carro, además del cuerpo de Hollman.
Es así como Luz Ángela, en cuestión de días, pasó de tener la atención de todo el mundo, hasta de la propia alcaldesa López, a quedarse sola mientras su esposo quedó enterrado a la deriva, quién sabe dónde.
Al ver que la búsqueda de su esposo se detuvo por completo, Luz Ángela llevó el caso hasta el Instituto Nacional de Medicina Legal, en donde dejó el reporte de la desaparición de su esposo y allí irónicamente, dice ella, la única respuesta que le entregaron fue que si les llegaba algún cuerpo o un NN, ellos procedían a cotejar si se trataba de un desaparecido como Javier, o no.
Así mismo, el 23 de noviembre, Luz Ángela acudió a la Fiscalía General de la Nación a poner una denuncia por la desaparición de su esposo. En ese momento, según narra ella, le prometieron que al día siguiente, el 24 de ese mes, investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) se iban a dirigir al lugar de la emergencia a tratar de hacer una búsqueda por su parte, pero le incumplieron.
Fue hasta el jueves 19 de enero que el procedimiento se hizo realidad. SEMANA se encontraba en la casa de Luz Ángela hablando con ella acerca del drama que ha tenido que vivir durante estos meses, cuando de repente, sin ella esperarlo, recibió una llamada de un investigador del CTI quien le pidió acercarse al lugar de los hechos porque iban a iniciar la búsqueda. Esta revista la acompañó.
Efectivamente, a la zona llegaron no solo investigadores del CTI, sino también uniformados del Cuerpo de Bomberos de Bogotá y personal de la Cruz Roja Internacional. En el lugar aún quedan inmensas huellas que dan muestra de la magnitud de la tragedia, que terminó acabando con la vida de Hollman y de Javier.
Para tratar de ilustrar la manera en que sucedieron los hechos, aquel 12 de noviembre, y poder tener una pequeña idea de hacia dónde fue expulsado el cuerpo, los investigadores ubicaron un carro en el mismo punto en el que estaba Javier cuando la avalancha lo sorprendió y con un dron al aire, empezaron a hacer la búsqueda y la esperanza de Luz Ángela de encontrar a su esposo resurgió de nuevo, pero el destino era otro.
Tal y como sucedió el día de la emergencia, en la tarde de ese jueves, las torrenciales lluvias se apoderaron del lugar, lo que obligó a la evacuación inmediata de todo el personal para evitar otra tragedia aún peor, y fue así como el último intento por encontrar a Javier fue en vano.