ENCUESTA
Santos gana, pero solo con el 28% de los votos
El presidente Santos puntea con menos de 30% y casi la mitad de colombianos aún no define su apoyo. ¿Qué pasará?
La sorpresa de los resultados de la primera medición de la Gran Encuesta no fue el liderazgo del presidente Juan Manuel Santos sino el nivel de su apoyo dentro del electorado. A pocos días de haber oficializado su intención de buscar la reelección, el primer mandatario registra una intención de voto que en el mejor de los escenarios alcanza el 28 %. Ese bajo porcentaje le basta no sólo para puntear en primera y segunda vuelta sino también para duplicar a su más cercano competidor, el uribista Óscar Iván Zuluaga.
Ese cuarto del respaldo de los votantes es muy similar al que obtiene el voto en blanco y al de los que aún no han definido su apoyo. Es decir, casi la mitad de los colombianos no encuentran atractiva ninguna de las alternativas sobre la mesa, incluida la del actual jefe del Estado, o no están convencidos de sus bondades. No sorprende que al terminar un 2013 marcado por paros, protestas y descontentos, el electorado no se inscriba todavía bajo la sombrilla de las opciones que hoy compiten: el continuismo santista, la oposición uribista y la tercería.
Esta primera foto instantánea de la carrera por la Casa de Nariño abre esperanzas e interrogantes para cada uno de esos bloques. Si bien era de esperarse que Santos encabezara los sondeos, su primer lugar disipa en la opinión pública inquietudes sobre el real tamaño de su respaldo y el efecto de un difícil año en materia de imagen y favorabilidad. No obstante, marcar por debajo del 30 por ciento, abre un campo amplio para que sus contendores crezcan. En un entorno reeleccionista, la campaña no la ganan los opositores, la pierde el mandatario en ejercicio.
La oposición uribista también recibe noticias agridulces en esta Gran Encuesta. Zuluaga, el candidato del Uribe Centro Democrático, se posiciona después de Santos lo que le asegura un puesto en la segunda vuelta presidencial. Hasta hace una semanas, los sondeos reflejaban la posibilidad de que una tercería de la polista Clara López o del progresista Antonio Navarro pudiera desterrar al uribismo de la competencia en primera vuelta. Ese escenario hoy se ve poco factible. A pesar de ello, la encuesta ratifica una de las desventajas de la aspiración de Zuluaga: casi 6 de cada 10 colombianos no conoce al exministro de Hacienda. No es tan fácil ganar la segunda vuelta con esos índices tan altos de desconocimiento popular.
El Polo Democrático con Clara López ocupa el tercer lugar de la contienda 2014 con un apoyo ligeramente superior al 5 por ciento. Si se suman los apoyos de Antonio Navarro Wolff o de Enrique Peñalosa y los de Aída Abella de la UP, los registros de esa tercera opción alcanzarían a los uribistas. Sin embargo, esa alternativa de unión no da muestras de avanzar y, en el caso de Navarro y Peñalosa, de Alianza Verde, está comenzando a minar sus apoyos en las más recientes encuestas. Mientras todas las fuerzas definen sus aspirantes, mantener dudas o indefiniciones les impide crecer a estos dos candidatos. La ventana de oportunidad para un camino distinto al santismo y al uribismo, que se abría hace unos meses en medio de los paros, no sólo se ha estancado hoy sino que parece cerrarse.
Una mirada más cercana a los resultados evidencia asimismo diferencias regionales en los apoyos electorales. La Costa Caribe y Pacífica, con ejes en Barranquilla y Cali, se confirman como áreas santistas mientras que la oposición uribista registra mejor en la región Antioqueña y los Santanderes. Bogotá, por su tamaño, será un “campo de batalla” crucial para las elecciones de 2014.
De regreso al bloque de indecisos y del voto en blanco, su futura dinámica constituye una incógnita. Los votantes que aún no se han decidido, un 25% de los encuestados, son un preciado botín para todas las campañas ya que marcarían la diferencia ante los bajos respaldos de los aspirantes. Aunque el presidente Santos tiene en su gestión de gobierno una poderosa herramienta de persuasión para este grupo, un error de campaña o un mensaje equivocado podría enviarlos hacia los otros contendores. Se espera que los indecisos irán reduciéndose en las siguientes mediciones.
El comportamiento del voto en blanco es otra historia. El 2013 fue un año caracterizado por paros y protestas y esta opción, que también se acerca a un cuarto del electorado, podría representar esa porción descontenta. Los opositores, desde el uribismo hasta la izquierda, tendrían en teoría, más posibilidades de atraer ese apoyo. Los altos porcentajes de ambos grupos, indecisos y blanco, en la medición los convierten en un “factor X” que podría inclinar la balanza tanto hacia el presidente-candidato como acercar a los otros aspirantes. Será un resultado a revisar en las próximas mediciones de la Gran Encuesta Colombia Opina.