NACIÓN
Los colombianos dudan de las promesas del Acuerdo de Paz
Los resultados de la encuesta Gallup Poll demuestran que la población desconfía de que el gobierno y la Farc cumplan con lo pactado en la Habana, aún cuando considera que el diálogo es la mejor opción para terminar con el problema de los grupos armados organizados y la guerrilla.
La última encuesta Gallup Poll refleja que el país ve el vaso casi vacío cuando se habla de paz, actuación de la JEP y disminución de la violencia después de la firma del Acuerdo de paz con las Farc.
El pesimismo brota de forma generalizada en estos temas de la misma manera que ocurre en la popularidad del presidente Iván Duque, las instituciones del Estado y la calidad de vida en Colombia.
El primer indicador de alerta proviene de un 68 por ciento de la población que cree que la implementación del acuerdo de paz con las Farc va por mal camino, respecto de un 27 por ciento que ve de forma positiva lo hecho en estos últimos tres años.
Ese resultado desfavorable está a dos puntos de llegar al máximo porcentaje registrado durante el gobierno de Juan Manuel Santos (en abril de 2018 con 70%) y que podría deducirse de los altibajos de la justicia transicional y las peleas entre el Ejecutivo y la rama legislativa por sancionar la ley estatutaria; entre otros hechos.
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La falta de credibilidad, tanto en el gobierno como en las Farc, es otro de los aspectos que inciden en esa percepción negativa sobre los logros alcanzados por el Acuerdo.
Los encuestados consideran que la desmovilizada guerrilla solo cumplirá con el 29 por ciento de lo pactado y dejará de lado un 68 por ciento de los compromisos adquiridos.
Las cifras del gobierno actual no son más alentadoras, según la encuesta esta administración cumplirá 40 por ciento de lo firmado y quebrantará el otro 57 restante, en donde estarían aquellos temas a los que Iván Duque se opuso desde su campaña presidencial.
Asimismo, el panorama se oscurece en otros escenarios donde se plantea una mejor distribución de la riqueza en el campo y un clima de seguridad en las zonas que alguna vez fueron azotadas por el conflicto. En ambos ítems el negativismo supera el sesenta por ciento.
A la pregunta de "¿está usted de acuerdo o en desacuerdo con sacrificar parte de la justicia por negociar la paz?" la encuesta revela un dato interesante. Los porcentajes a favor y en contra son casi idénticos a los registrados en 2012 cuando se dio el inicio de las negociaciones con la guerrilla de las Farc.
En aquella época, 43 por ciento de la población estaba dispuesta a sacrificar algo de justicia con tal de acabar con un conflicto de medio siglo; mientras un 54 por ciento se oponía. Ahora, en junio de 2019, el resultado se diferencia en un punto para cada lado: 44 por ciento de acuerdo y 53 en desacuerdo.
De otro lado, los colombianos creen que la capacidad del gobierno de Iván Duque, para devolverle las tierras a los campesinos desplazados por la violencia, es cada vez más baja.
Al finalizar el segundo mandato de Juan Manuel Santos, un 64 por ciento estaba convencido de que el gobierno lograría la restitución de tierras, pero ese porcentaje ha disminuido desde que Duque comenzó a gobernar, llegando a 50 por ciento de aprobación en junio de este año. Número que iguala el resultado de aquellos que están de acuerdo con pagar impuestos para darle ese dinero a las víctimas de la violencia.
La reintegración de los desmovilizados es un paso que para algunos representó otro sacrificio de negociar la paz con las Farc y al cual todavía existe resistencia. Tan solo un 29 por ciento de los colombianos considera que su resocialización a la vida civil va por buen camino frente a un 48 por ciento que cree lo contrario.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el positivismo sobre la reintegración tiene su tope histórico en 55 por ciento, cifra que no se alcanza desde diciembre de 2008, durante el gobierno de Álvaro Uribe y que casi logra igualar Juan Manuel Santos, ocho años después, con un 52 por ciento en el mismo mes.
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Esto se relaciona con la percepción negativa sobre la guerrilla, que aumentó en tres puntos con respecto a la última encuesta al llegar a 58 por ciento en junio de este año, siendo el segundo porcentaje más alto de desaprobación de los grupos armados durante el gobierno Duque, pues el primero se registró después del atentado a la Escuela General Santander con un 67 por ciento.
Sin duda, la liberación de Jesús Santrich (con un 84 por ciento de desaprobación) y su posesión como congresista, tuvieron un fuerte impacto en las instituciones que de una u otra forma intervinieron en su caso.
Por ejemplo, la opinión desfavorable sobre la Corte Suprema de Justicia aumentó en diez puntos al mes siguiente de que ordenara la libertad del exguerrillero (66 por ciento). De igual forma, la JEP bajó a un 36 por ciento de aprobación (diez puntos menos que en mayo). Mientras que las Farc, como partido de Santrich, se mantuvo con una opinión negativa por encima del ochenta por ciento.
La única pregunta en donde el positivismo arrasó fue en la que los encuestados debían escoger cuál sería la mejor opción para solucionar el problema de la guerrilla o de los grupos armados organizados en Colombia. En este caso el 67 por ciento cree que insistir en el diálogo, hasta lograr acuerdos de paz, es la alternativa más sensata, respecto de un 28 por ciento que preferiría derrotarlos militarmente.