ENCUESTA
En sus marcas, listos...
SEMANA revisó el panorama electoral de cara a las elecciones regionales y analizó el futuro de los candidatos en las principales ciudades del país. Estos son los resultados de la encuesta Invamer.
¿Por cuáles de estos candidatos a la Alcaldía de Bogotá votaría?
Para muchos, Claudia López es la virtual alcaldesa de Bogotá. Pero puntear con tanta anticipación no es bueno, y las elecciones cada vez dan más sorpresas en la recta final.
En Bogotá, Claudia López es la favorita, pero falta ver si la candidata sabe manejar su ventaja de manera exitosa y la traduce en votos.
Las elecciones para la Alcaldía de Bogotá recibirán una atención especial. No solo porque en ellas se escogerá un líder y un gerente –o una administradora– para la ciudad más grande del país, sino por su significado político. En esa competencia surgen nombres que van a sonar durante mucho tiempo, incluso en futuras luchas por la presidencia de la república.
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Una vez más, todo indica que los bogotanos están en busca de un cambio. En la lista de favoritos aparecen candidatos que están llegando a la política, jóvenes, y personas que no tienen una larga trayectoria porque están en las primeras etapas de su vida en el ámbito electoral: Ángela Garzón, Miguel Uribe, Hollman Morris, Jorge Rojas, Luis Ernesto Gómez, Celio Nieves, María Andrea Nieto. Y los de más trayectoria –Claudia López, Carlos Fernando Galán, Luis Eduardo Garzón, que ya fue alcalde, o Ángela María Robledo– están dando sus primeros pasos en el Ejecutivo, en este caso local.
La nómina de precandidatos llama la atención por la juventud de sus integrantes. La baraja de jóvenes es extensa. En la pregunta sobre intención de voto, Claudia López alcanza una mayoría amplia, tal vez sin antecedentes en otras competencias para llegar a la alcaldía de la capital. La exsenadora obtiene una intención de voto de 45,9 por ciento, seguida por Carlos Fernando Galán, con 16,1 por ciento. Después, casi empatados, aparecen el exmandatario Luis Eduardo Garzón y Ángela Garzón, y luego Miguel Uribe y Hollman Morris, rondando el 5 por ciento.
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La campaña apenas comienza. Es muy probable que en el tiempo que falta hasta las elecciones –27 de octubre– haya una depuración de la larga lista de aspirantes, o que se produzcan fusiones o alianzas. La nómina es, por ahora, muy extensa. Aun así, desde ahora se pueden percibir algunas características que al final van a resultar definitivas para entender el comportamiento del electorado capitalino.
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Algunas son auténticas paradojas. El actual alcalde, Enrique Peñalosa, fue quien lanzó a la política a Claudia López en su primera alcaldía. Ahora Peñalosa tiene un registro pobre en la encuesta: un 79,1 por ciento desaprueba su gestión y solo un 16,8 por ciento la aprueba. Y López, sin embargo –una estrecha colaboradora de Peñalosa en el pasado–, lleva una ventaja arrolladora. Si el electorado capitalino es favorable al cambio y con tendencia a la izquierda, esa realidad es aún más clara en la presente elección, por lo menos en el momento de partida.
Falta ver si los actuales registros en la encuesta son estables o si van a cambiar. López tiene elementos para respirar tranquila y otros para estar muy atenta para introducir ajustes en su campaña. Entre los primeros, que su perfil –una política que encarna la vocación de cambio de manera natural– encaja con lo que está buscando el electorado. Entre los segundos, la llegada de competidores como Carlos Fernando Galán o Luis Eduardo Garzón con vocación reformista, pero con personalidades más moderadas que intentarán oponerse a Claudia con una propuesta de ‘cambio tranquilo’. En todo caso, el perfil de esta última en las encuestas le da un favoritismo, en la línea de partida, nada despreciable.
Otra característica de las elecciones de alcaldes en las grandes ciudades es que son cortas y, en consecuencia, en periodos breves se pueden producir cambios. El liderazgo de la actual puntera –Claudia López– es sólido en la medida en que su magnitud es muy amplia, y está respaldada por su credibilidad en temas como la lucha contra la corrupción, en el que se concentra buena parte de las preocupaciones de los electores capitalinos.
Y está, por supuesto, el factor de su género. Si las elecciones fueran hoy, Claudia lideraría el voto femenino en una magnitud nada despreciable: un 48,2 por ciento. Por estratos y por edad, su liderazgo está distribuido en todos los grupos. Al menos en esta encuesta, Claudia López no tiene ningún flanco particularmente crítico. Solamente por grupos de edad: entre los mayores de 55 años, su intención de voto se reduce, pero se mantiene en 35 por ciento. Galán sube en ese segmento y alcanza un 25 por ciento, todavía 10 por ciento por debajo de ella.
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Claudia López es, en fin, la gran favorita. Falta ver si la candidata sabe manejar su ventaja de manera exitosa, y convertirla en una preeminencia definitiva, traducida en votos. Ella es vendedora por su lenguaje duro en temas como la corrupción y la politiquería y en favor del ejercicio de una ‘nueva política’. Cuenta con más credibilidad que sus competidores en ese tema fundamental.
También tiene su talón de Aquiles. El de ella está en ella misma: su temperamento, que con frecuencia la traiciona y le permite una curiosa transformación de una académica seria en una política con más temperamento que cabeza fría. Y ella, su propia cabeza, puede ser el único enemigo capaz de frenarle una victoria que, según los números de esta encuesta de Invamer, la tiene muy cerca.
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MEDELLÍN
Más continuidad que cambio
La proliferación de candidatos en la capital de Antioquia hace imposible vaticinar un ganador. La probabilidad de que sea uribista es alta.
Las primeras semanas de campaña se suelen caracterizar por la abundancia de candidaturas y por la falta de un liderazgo contundente. Ese es el caso de la Medellín de hoy, con su casi veintena de candidatos, que, en más de la mitad, no han podido construir un liderazgo firme. Solo cinco se apartan del resto del grupo: Alfredo Ramos, Ana Cristina Moreno, Jaime Mejía, Jesús Aníbal Echeverri y Daniel Quintero. La mayoría de los aspirantes son jóvenes, no tienen reconocimiento nacional y dejan la sensación de que después de una campaña breve, en la que se darán a conocer, pasarán a otra competencia con mejores posibilidades. Los tres punteros son uribistas.
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En general, la mayoría de estos aspirantes tienen un bajo reconocimiento en su tierra. Solo Alfredo Ramos supera el 50 por ciento de identidad. Y hay candidatos de un mismo partido –el Centro Democrático– para un mismo cargo o que dejan la sensación de que hay una competencia uribista para definir una candidatura única que, al final, contará con el apoyo de todos, y, por esa razón, tendrá grandes posibilidades de ganar. Un camino heterogéneo para seleccionar un aspirante único del uribismo, en un electorado que le gusta elegir uribistas. Como es de esperarse, ese electorado aprueba la gestión del actual alcalde, Federico Gutiérrez, y en más de la mitad –53,9 por ciento– considera que bajo la actual administración la capital de Antioquia está mejorando.
¿Cuáles son las prioridades de este sector? ¿La de quienes anhelan gobernar y la de los electores de esta corriente? Fieles a la tradición uribista, las mayores preocupaciones son la inseguridad, la violencia y el desempleo. En el corto plazo, su mayor inquietud es encontrar un sucesor de Federico Gutiérrez que se comprometa con una bandera de continuidad. Es decir, que no cambie sus ideas ni prioridades de gobierno.
Según la encuesta, las mayores preocupaciones de los paisas en relación con Medellín tienen que ver con la inseguridad, la violencia y el desempleo, que consideran los principales problemas de la ciudad. La seguridad, en síntesis, vuelve al primer lugar de las inquietudes de los paisas. La gestión del alcalde Gutiérrez tiene un 76,9 por ciento de aprobación.
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CALI
Dos escapados del lote
Aunque Roberto Ortiz –el Chonto– y Jorge Iván Ospina lideran la intención de voto, es previsible que Alejandro Éder dé la pelea.
Roberto Ortiz y Jorge Iván Ospina encabezan la intención de voto para la elección del alcalde de Cali en el presente año. Siguen, después de casi 30 puntos de ventaja, Alejandro Éder, Roberto Rodríguez y Michel Maya. La campaña apenas comienza. Sin embargo, Ortiz y Ospina llevan un terreno recorrido, pues según la encuesta de Invamer gozan de un mayor nivel de reconocimiento por los futuros votantes. El sondeo demuestra que, al día de hoy, así se distribuyen las preferencias de los caleños.
El liderazgo de Roberto Ortiz está repartido con Jorge Iván Ospina. El primero es empresario del sector de las apuestas y ya fue candidato. El segundo está avalado por la Alianza Verde, fue senador y alcalde de Cali. La diferencia entre los dos –que son, a la vez, los candidatos de mayor reconocimiento– es mínima. Y ambos tienen una ventaja notoria frente al resto del lote. Los dos superan a los demás en el reconocimiento por género y estrato. Eso sí, a medida que aumenta el nivel de ingresos de los electores, Ospina goza de mayor apoyo. En los estratos 4, 5 y 6 le saca 10 puntos de diferencia a Ortiz. Falta ver cómo las estrategias de publicidad de las campañas logran sacar ventaja de estos hechos. Si no hay cambios significativos en su posición, es casi seguro que mantendrán el carácter de grandes favoritos para pelear por la candidatura.
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¿Cuáles son los problemas más graves de Cali? Igual que en otras regiones del país, la inseguridad, el tránsito, el empleo y el transporte aparecen entre las mayores preocupaciones de los ciudadanos. Y en cuanto al desempeño de las autoridades, los caleños consideran que los mejores logros se han alcanzado en el aseo y recolección de basuras, la creación de oportunidades para el deporte y la recreación, la realización de eventos culturales y el cuidado del medioambiente.
La imagen del alcalde saliente, Maurice Armitage –que ha tenido subes y bajas a lo largo de su mandato–, finaliza en un término medio: 38 por ciento aprueba y 53,1 por ciento desaprueba. 31,6 por ciento cree que las cosas en la ciudad están mejorando y 52,3 por ciento, que están empeorando. Un escenario que no es el más óptimo para un mandato de cambio, pero que tampoco estimula un alcalde continuista. El electorado caleño tendrá libertad para escoger al sucesor de Armitage.
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BARRANQUILLA
Los Char, indestronables
Los barranquilleros están felices con el rumbo de su ciudad y quieren continuidad. El candidato cercano a los Char barre en las encuestas.
Los nombres que aparecen en el listado de candidatos a la alcaldía de Barranquilla con posibilidades de victoria son conocidos. En cualquier momento, todos ellos tendrían opciones de estar en un lugar privilegiado. En la actualidad, sin embargo, esos cinco –Jaime Pumarejo, Gustavo Bell, Antonio Bohórquez, Rafael Sánchez y Horacio Brieva– ejercen algún liderazgo en la costa.
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El reconocimiento de Pumarejo es claro. Lo es en las preferencias electorales. Es el candidato de los Char, el favorito por género, estratos y grupos de edad. Y eso que su registro en las encuestas no es el mejor. Sus calificaciones, más bien, han sido oscilantes, con momentos en los que se destaca y otros en los que se desploma. En balance, sin embargo, la sumatoria de sus registros son buenos. Dentro del grupo de candidatos que han ejercido cargos en el Gobierno, logró salir del pelotón, adquirió visibilidad y se apoderó de un liderazgo. ¿Lo conservará?
Pumarejo tiene el primer lugar entre los precandidatos. No está solo. Gustavo Bell, exembajador en Cuba, está en el grupo y registra bien: es el segundo en intención de voto. Su imagen es también favorable, y su nivel de conocimiento, alto. El panorama completo es positivo, en consecuencia, para el grupo de Pumarejo y sus aliados. La encuesta de Invamer, no por accidente, demuestra que la imagen de Char llega a un 89 por ciento de aprobación a su gestión.
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En las últimas elecciones, las alianzas entre candidatos han sido fundamentales. El grupo Char se ha consolidado como una fuerza que no ha perdido elección alguna y que ha ganado con facilidad aquellas en las que ha participado. La ciudad tiene problemas: para 59,7 por ciento, la inseguridad es el principal; para 8,6 por ciento, los servicios públicos; y para otro 8,6 por ciento, el desempleo. ¿Será esto suficiente para cambiar las agujas de la brújula?
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BUCARAMANGA
Todo está por definirse
La capital de Santander es la otra ciudad donde una mujer es la gran favorita para ganar la alcaldía y devolverle al liberalismo el mandato de la ciudad.
Bucaramanga es la única ciudad además de Bogotá –en las principales capitales– en que una mujer encabeza las encuestas de intención de voto para la alcaldía. Claudia Lucero López, de tinte liberal, esposa de Miguel Ángel Pinto –senador de ese mismo partido– y tía del gobernador Didier Tavera, ejerce una clara ventaja frente a los otros candidatos que pelean por el segundo lugar: Jhan Carlos Alvernia, hermano de un exconcejal de La U; Sergio Isnardo Muñoz, candidato del Mais; el exconcejal Jaime Andrés Beltrán, y Ludwin Mantilla, de la Alianza Verde.
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Claudia Lucero López tiene varios puntos a su favor. Por grupos y estratos, las mujeres superan su apoyo a los hombres (que también es muy alto). Por estratos lleva una ventaja considerable en los 4, 5 y 6. Por grupos de edad, es sólida en todos. Pero la situación en la ciudad se caracteriza por sus problemas. Los encuestados dicen que en temas como aseo y recolección de basuras, la limpieza de la ciudad y los eventos deportivos y culturales las cosas están mejorando. Pero están desmejorando en inseguridad, desempleo y corrupción.
Al alcalde saliente, Rodolfo Hernández, le fue bien después de un mandato con altibajos. Pero termina con 52,8 por ciento de bumangueses convencidos de que las iniciativas que lideró están mejorando, frente a 36,7 por ciento que cree que están empeorando. Y 68,2 por ciento de ciudadanos que aprueba su gestión como alcalde de Bucaramanga, frente a 27,7 que la desaprueba.
Los candidatos también deben considerar que 27,9 por ciento de bumangueses creen que la inseguridad es el peor problema de la ciudad, 16,1 considera que es el desempleo y 8,8 por ciento, la corrupción. Un cuadro de opinión que en un tema tan crucial como el orden público conduce a la preferencia por un cambio. Falta ver si la opinión pública bumanguesa se mantendrá.
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POLÍTICA
Ciudades antagónicas
Mientras que en la capital del país banderas del presidente como las objeciones a la JEP son rechazadas, en la capital antioqueña gozan de relativo respaldo.
A la pregunta, ¿está usted de acuerdo o en desacuerdo con las objeciones a la JEP presentadas por el presidente Iván Duque?, el 47,4 por ciento de los colombianos se mostró en desacuerdo, mientras que el 31,6 por ciento se manifestó de acuerdo.
Aunque, en general, los colombianos rechazan las objeciones, la excepción se registró en Medellín donde el 45,4 por ciento se mostró de acuerdo, mientras que el 31,6 por ciento estuvo en desacuerdo. Este resultado se puede explicar porque en la capital antioqueña el uribismo tiene mayor respaldo; prueba de ello es que en la medición de intención de voto para la alcaldía ganan candidatos del Centro Democrático (Alfredo Ramos, Ana Cristina Moreno, Jaime Mejía) y el 29,5 por ciento de los encuestados tiene afinidad con el partido de Álvaro Uribe.
Los resultados obtenidos en Medellín contrastan con los de Bogotá, donde más de la mitad de los encuestados, el 51,5 por ciento, critica las objeciones, mientras que el 27,4 está de acuerdo. La capital se ubica en la centroizquierda del espectro; prueba de ello es que en la primera medición de intención de voto gana Claudia López y el 25,3 por ciento de los encuestados manifestó tener afinidad con el partido Alianza Verde.
Otra de las banderas que polariza es la fumigación aérea de cultivos ilícitos. El 45,9 por ciento de los encuestados se mostró de acuerdo, mientras que el 51 por ciento la rechaza.
En la capital antioqueña, el 55,4 por ciento se muestra a favor de las fumigaciones aéreas, mientras que el 40 por ciento está en desacuerdo. Resultados que contrastan con los de Bogotá, donde el 56,5 por ciento está en desacuerdo con las fumigaciones y el 41,1 por ciento las respalda.
