NACIÓN
Enfrentamientos entre ELN y Clan del Golfo en Catatumbo habrían dejado cerca de 80 familias desplazadas
El Ejército movilizó tropas a zona rural de Tibú para verificar la situación denunciada por organizaciones campesinas.
En las últimas horas, campesinos de Tibú (Norte de Santander) denunciaron una fuerte guerra entre el Clan del Golfo y la guerrilla del ELN en la vereda La Silla, en ese municipio.
De acuerdo con Ascamcat, la Asociación de Campesinos del Catatumbo, “desde tempranas horas del día de hoy se presenta una incursión paramilitar en la vereda La Silla, perteneciente al municipio de Tibú, desencadenando fuertes enfrentamientos con el ELN que se han extendido hasta el lugar conocido como Cerro Mono”.
Según la organización campesina, la intención del Clan del Golfo es recuperar el terreno que se encuentra en disputa con la guerrilla del ELN, en una de las zonas con mayores problemas por el negocio del narcotráfico.
“Situación que tiene bajo el riesgo inminente de desplazamiento forzado al menos 80 familias del sector”, señaló Ascamcat.
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Por su parte, SEMANA consultó fuentes militares e indicaron que se desplazaron tropas a la zona para verificar la denuncia campesina. Sin embargo, indicaron desde la institución castrense que no se han presentado enfrentamientos entre los ilegales.
Lucha contra el Clan del Golfo
De acuerdo con el nuevo director de Investigación Criminal, el general Fernando Murillo, esta organización criminal será una de las prioridades de su administración.
“He tomado el mando de la operación Agamenón, con el único objetivo de que toda la capacidad de la fuerza pública, las Fuerzas Militares y la Policía en el liderazgo de la Dijín, retomemos las acciones para desarticular completamente esta estructura que tanto daño le hace al país”, dijo el oficial.
Frente a los cabecillas del Clan del Golfo señaló que: “Principalmente las acciones van contra los objetivos de alto valor, como son alias Otoniel, alias Marihuano, alias Felipe y alias Gonzalito”.
Hay que recordar que el Clan del Golfo es una organización criminal que no solamente tiene su actuar delictivo en Norte de Santander.
Después del asesinato de Miguel Tapí Rito el 4 de diciembre, las comunidades de Bacurrú Purrú, Boroboro, El Brazo y Posamanza –norte de Bahía Solano– empezaron a repetir la frase “yo me voy”. Las 906 personas, entre adultos y niños, sin pensar mucho, arrancaron río abajo y llegaron hasta el corregimiento El Valle, donde se encuentran albergadas con familiares, unas, y en el colegio Santa Teresita, otras.
La comunidad no había vivido una situación de estas, por más que ven cruzar grupos armados ilegales por los caseríos. Es la primera vez que sufren un desplazamiento a pesar de que el año pasado estuvieron a punto de salir de sus tierras porque encapuchados llegaron a intimidarlos, según contó uno de los afectados, que prefirió omitir su nombre. En esa ocasión, lograron pedir ayuda a tiempo a las autoridades y la Armada Nacional hizo presencia durante cerca de dos meses.
“Tenemos miedo, tenemos esa psicosis de lo que vamos a encontrar allá. Al Gobierno le estamos pidiendo seguridad permanente, porque nadie conoce a nadie; allá llegan esas personas encapuchadas, entonces no sabemos quiénes son”, cuenta mientras insiste en que uno de los afanes de estar en los caseríos es cuidar los cultivos de plátano y las aves de corral que dejaron a su suerte al salir para proteger sus vidas.
Allá nadie quiso quedarse. Pero ahora el cansancio hace mella, pues desean estar en la comodidad que ofrecen sus hogares y no en salones de clase compartiendo espacio con otras familias y durmiendo en el piso.
Carlos Mario Cardona, personero de Bahía Solano, dijo que se ha estado brindado acompañamiento a las comunidades para el restablecimiento de sus derechos y que se están buscando las garantías para que todas las personas puedan regresar bajo la seguridad y tranquilidad a sus hogares.
El representante del Ministerio Público comentó que la situación de esta comunidad ya había sido advertida, pero no se le prestó la atención debida. Ahora, con las familias que se encuentran en el corregimiento El Valle, el panorama que preocupa es el de la salud.
“El llamado que vengo haciendo desde la semana pasada que llegaron las comunidades es para evitar un posible contagio masivo de covid. Algunas personas de la comunidad han presentado síntomas asociados con el virus”, destacó el personero, y agregó que las condiciones de higiene son precarias, no hay un protocolo de bioseguridad y se han presentado situaciones como brotes en la piel y problemas intestinales, por lo que solicitan una brigada de salud urgente.