ENTREVISTA

“Si Germán Vargas está arrepentido, bienvenido”: Paloma Valencia

La senadora Paloma Valencia, precandidata del Centro Democrático, habló con SEMANA sobre el proceso del uribismo para escoger candidato y sus razones para aspirar a la Presidencia.

2 de diciembre de 2017

SEMANA: Los cuatro candidatos del Centro Democrático que quedan en competencia después del retiro de la candidatura de María del Rosario Guerra replican los planteamientos de su jefe, Álvaro Uribe. ¿Qué los diferencia?

PALOMA VALENCIA: Todos compartimos la misma visión de país y nos diferencian cosas particulares como la personalidad, el enfoque sobre ciertos temas y la forma de priorizar. Pienso que es el momento de las mujeres y de hacer un cambio generacional en el gobierno. Mi edad y ser mujer me diferencian de los otros candidatos de mi partido. Tengo la energía y los conocimientos para liderar la nación. Quiero ser presidenta porque creo que Colombia puede ser un país mejor, porque represento bien las ideas del uribismo de mano firme contra la violencia y la corrupción, y tengo un corazón grande para construir una economía próspera y un país en el que sí es viable vivir y soñar.  

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SEMANA: ¿Qué piensa del mecanismo de encuesta con el que están eligiendo al candidato del Centro Democrático?

P.V.: Me parece muy bueno. Es muy discreto, no genera polarización y nos va a permitir tener un solo candidato sin que haya una sola herida para estar juntos y apoyar al que resulte elegido.

SEMANA: Según los datos de las primeras mediciones, revelados la semana pasada, los precandidatos del Centro Democrático tienen cifras similares de intención de voto. ¿Esa realidad terminará incidiendo en que el candidato sea ‘el que diga Uribe’?

P.V.: Dentro del partido habríamos querido que él hubiera seleccionado a uno, pero él vio el potencial en todos y dijo que no le correspondía tomar esa decisión. Somos cuatro candidatos que representamos bien unas ideas que transformaron al país, y que hoy actualizadas podrían sacarnos de la crisis que quebró la economía y acabó con la confianza en las instituciones.

SEMANA: ¿Cuáles son esas ideas que actualizaría?

P.V.: Sin duda, la seguridad democrática. Con la presencia de tantas bandas criminales, la extorsión, el crecimiento de las hectáreas de coca y de la inseguridad en las ciudades estamos perdiendo el control. Tenemos que volver a fortalecer el Ejército y la Policía, los sistemas de inteligencia y la colaboración con informantes. Además, necesitamos una reforma a la Justicia para que se pueda actuar con prontitud y que los procesados reciban un castigo y ese proceso no sea un simple saludo a la bandera. También se tiene que recuperar la confianza inversionista a nivel nacional e internacional, impulsando el crecimiento económico de esos sectores en los que podemos ser competitivos a nivel mundial. Y alianzas académicas entre la academia y los sectores productivos.

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SEMANA: De todas esas ideas, ¿cuál es el aspecto central de su propuesta política?

P.V.: En mi gobierno uno de los ejes será la recuperación de la economía. Generar empleos en el sector privado, hacer que los sectores que tienen potencial en el país puedan competir a nivel mundial con otros. Creo que somos capaces de mejorar, por ejemplo, el sector agropecuario, capacitar a las personas para que puedan generar capital privado y capital de riesgo. Pienso que esto se puede lograr si se unen el Estado, la academia y los grupos de ciencia, de investigación, tecnología, para darle un valor agregado a nuestros productos. Además, pienso que es necesaria la regulación del oligopolio de los bancos. Que se puedan bajar las cargas de impuestos y de trámites para los empresarios y emprendedores que hoy son el 80 por ciento de los generadores de empleo.

SEMANA: ¿Cómo reducir los impuestos justo en una época en la que hay déficit fiscal?

P.V.: El hueco fiscal se puede solucionar recortando los gastos innecesarios del gobierno, reduciendo la burocracia y haciendo más eficientes las instituciones. También es necesario controlar la evasión y elusión de impuestos. Esto se logra con un sistema más simple y menos impuestos. Si se reducen las tributaciones, también se promueve la formalización de los trabajos y la creación de empresa.

SEMANA: ¿Cuál sería la participación de Uribe en su gobierno?

P.V.: Toda la que él quisiera tener. Él promueve nuevos liderazgos, es un consejero, una inspiración y un apoyo.

SEMANA: Algunos consideran que el tipo de liderazgo del expresidente implica que, más allá de quien gane, él terminará gobernando…

P.V.: Esas afirmaciones son una falta de respeto con los que estamos en el partido. Todos los precandidatos somos personas que hemos mostrado una coherencia ideológica. Somos personas formadas y preparadas con una personalidad definida. Nos caracteriza que creemos en las ideas del expresidente Uribe. Colombia debe dejar de ridiculizar a los candidatos del uribismo. Ningún otro partido puede responder tan bien y con un programa completo como el Centro Democrático a la crisis económica, de seguridad, educación y salud.

SEMANA: ¿Va a hacer trizas el acuerdo?

P.V.: Del acuerdo de paz hay que salvar el hecho de que haya algunos hombres desmovilizados, pero tenemos que cambiar algunas cosas. La primera es la JEP porque no es aceptable que personas que hayan cometido crímenes de lesa humanidad no tengan sanciones. La segunda: no es posible que los militares sean juzgados por personas de ideologías de izquierda que no se compadezcan con los miembros de las Fuerzas Armadas. Tercero, la representación política de las Farc tiene que ser de integrantes que no hayan cometido delitos de lesa humanidad y que tengan que ganarse su puesto en el Congreso, que no sean curules regaladas.

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SEMANA: ¿Cómo lo haría? ¿Cree que en este momento es posible renegociar estos puntos, que son el eje del acuerdo?

P.V.: Desde el Centro Democrático estamos promoviendo un referendo para modificar los acuerdos. Se tendrían que hacer renegociaciones con las Farc garantizándoles el proceso de reinserción, pero teniendo claro que las personas que cometieron crímenes de lesa humanidad van a tener penas de privación de la libertad. Esa es también una forma de mostrarle a la sociedad colombiana que esas conductas son reprochables y que el crimen no paga, como pasó con los paramilitares, que aunque es un ejercicio que tuvo deficiencias, marcó un camino importante. Si las Farc quieren entrar a la democracia, tienen que entender que las mayorías toman las decisiones.

SEMANA: ¿Tiene sentido ese referendo cuando ya la Corte Constitucional ha avalado procesos clave de la implementación como la ley marco de la JEP?

P.V.: Claro que hay que hacerlo y tiene sentido para modificar otros aspectos. La corte salvó a los terceros de la obligatoriedad de ir a la JEP, pero las Fuerzas Armadas quedaron sometidas a esa justicia, que además no cuenta con jueces imparciales. Adicionalmente, las normas de la JEP presionan para que la gente confiese delitos para evadir castigos, lo cual podría terminar afectando el nombre de las Fuerzas Armadas. Frente a la representación política, insisto en que no deberían llegar a la política personas que hayan participado en delitos de lesa humanidad. Eso hay que cambiarlo.

SEMANA: ¿No cree que, con el balance del ‘fast track’, la sensación de que el Estado no logró cumplir lo acordado y de que hay gente que quiere echar los acuerdos para atrás puede promover que desmovilizados se conviertan en disidencias?

P.V.: A los disidentes de las Farc les tiene que quedar claro que les va a caer todo el peso de la ley. Los criminales consideran que hay que pagarles para que dejen de matarnos. Es que el acuerdo de paz es una extorsión al Estado. Nos están diciendo que si no les damos lo que pidieron, entonces van a seguir matando. Eso es inaceptable. A las Farc hay que hacerles ver que es una oportunidad única, que van a tener todas las garantías de reinserción, pero con justicia mínima.

SEMANA: ¿No es una exageración creer que Colombia puede terminar como Venezuela?

P.V.: Cuando nos critican por esta afirmación dicen que en Colombia no tenemos rentas petroleras. Pero nos podemos parecer en la destrucción de las instituciones y en que las políticas que se están tomando destruyen el sector privado y terminamos dependiendo por completo del Estado. El Salvador es un ejemplo de eso. Todo quedó tan amarrado a los acuerdos de paz de ese país que llevó a que posteriormente las guerrillas gobernaran y a que aumentara el índice de homicidios.

SEMANA: ¿Haría alianza con Germán Vargas? ¿Con qué personas estaría dispuesta a compartir tarima?

P.V.: Nosotros creemos que la primera alianza sería con los partidarios del No, con los ciudadanos que no votaron el plebiscito y con los que están arrepentidos. Si al señor exvicepresidente le parece que los acuerdos fueron un error, debe hacerle esa claridad al país, y si lo hace así, bienvenido.