“A un gobierno que le faltan cinco semanas no lo voltean a mirar”: Santos

Al cumplirse un año del desarme de las Farc, el gobierno de Juan Manuel Santos ya está en su recta final.

La elección de Iván Duque como presidente, la llegada al Gobierno del Centro Democrático, su principal opositor, y el cambio en las mayorías que ya se ha evidenciado en el Congreso, hacen que el mandatario se esté quedando solo en el final de su mandato, después de ocho años en el poder.

Esta mañana, en una especie de balance de su gestión, el presidente habló en la W con Julio Sánchez Cristo y su mesa de trabajo. Aunque defendió sus decisiones, tuvo tiempo de reconocer los errores que cometió en un gobierno al que le quedan pocas semanas.

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“Nos demoramos demasiado en la negociación. Si tuviera que cambiar algo, yo hubiera hecho una negociación simultánea y no separada”, dijo sobre el proceso de paz, uno de los grandes aciertos que le reconoce la comunidad internacional, pero que a nivel interno ha tenido una férrea oposición.   

Aunque la oposición lo acusa de haberle hecho ‘conejo‘ después de la derrota en el plebiscito, Santos aseguró que “el resultado final fue mejor, porque cuando perdimos el plebiscito lo primero que hice fue llamar a los dirigentes del No para negociar con los que no estaban de acuerdo y resultamos con un mejor acuerdo”.

Aunque muchos creen que lo que está ocurriendo con la ley de procedimiento de la JEP en el Congreso, puede ser una muestra de que mucho de lo acordado con las Farc se puede venir abajo, el mandatario no lo ve así. 

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“Yo no creo que se pueda dar reversa los acuerdos de paz porque la JEP puede tomar sus propias decisiones. Lo que me preocupa son las Farc porque muchos no saben qué hacer”, explicó.

Santos ha reivindicado que gracias a la paz, las pasadas fueron las elecciones más tranquilas de la historia. Además, el ingreso a la Ocde y una de las tasas de homicidios más bajas en 40 años, son algunos de sus principales logros.

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Sin embargo, el mandatario reconoce que no termina su mandato con popularidad. “Los gobiernos tienen su cuarto de hora y se van desgastando, mucho más si solo quedan cinco semanas”, dijo sobre su gestión.

Insistió en que como expresidente no interferirá en la labor de su sucesor. Reiteró que se dedicará a su familia, a la academia y a dar conferencias, una vida alejada de las decisiones políticas de su sucesor. "No voy a intervenir en lo que haga el gobierno de Duque, a él le deseo lo mejor", dijo. 

"Si logramos eliminar la polarización, la realidad comienza a aflorar", finalizó sobre la nube que le hicieron las divisiones políticas e ideológicas a su mandato, específicamente sobre las que él denomina como mentiras y estrategias engañosas.