Judicial
Envalentonado y protegido por el minDefensa, el general Mauricio Ospina cortó a la prensa y se escudó en lo que dijo el Gobierno
El comandante del Ejército Nacional sigue sin entregar explicaciones de fondo sobre por qué ordenó hacer seguimientos al profesor de inglés de su esposa.
Diferentes medios buscaron al comandante del Ejército Nacional, general Mauricio Ospina, para que entregara su versión sobre el uso del aparato de inteligencia y contrainteligencia militar para hacer seguimientos al profesor Leonardo Colmenares, quien le dictaba clases de inglés a su esposa.
El oficial esquivó a la prensa solamente para tomar un helicóptero militar en el Museo de la Fuerza Aeroespacial, refugiándose en las palabras que en la mañana de este miércoles dijo el ministro de Defensa, Iván Velásquez, en donde prácticamente avaló el actuar del general.
Por ese respaldo del ministro, el general Ospina la única mención que hizo al caso fue que iba a esperar el resultado de las investigaciones.
“Ya el señor ministro se pronunció y respetuoso de la institucionalidad, la ley, de todo, esperamos a que hagan la investigación y nos pronunciamos”, dijo el general Ospina.
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Justamente el silencio del comandante del Ejército contrasta con la justificación dada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien, pese a las pruebas de seguimientos a un ciudadano, lo justificó al afirmar que “No creo que haya una orden ilegal del comandante del Ejército”.
De igual manera, justificó el ministro de Defensa la orden del comandante del Ejército así: “Cuando él pide la verificación de quién es la persona que ingresa al Cantón Norte, es un tema simplemente de seguridad, el reconocimiento de quiénes pueden estar en un entorno que podría generar eventualmente algún riesgo para el comandante del Ejército e inclusive para las instalaciones”.
El propio afectado de los seguimientos, el profesor Colmenares, arremetió en contra del general Ospina. “Me querían desaparecer (...) o me iban a matar”, dijo el profesor.
Entre sus estudiantes estuvo Lorena Ospina, esposa del comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina. Con ella terminó entablando una amistad. Por ese vínculo con la esposa del general, al profesor le crearon un expediente falso, como si se tratara de un integrante del frente Carolina Ramírez, de las Farc de Mordisco, y así pudieron usar la más avanzada tecnología de las Fuerzas Militares para ubicarlo mediante el rastreo de su teléfono celular.
Por su parte, el profesor explicó cuál fue el motivo de la reunión o reuniones con al esposa del general. “Saludarla, no más, eso fue todo”. Dijo que a raíz de eso comenzó a notar situaciones extrañas en su entorno. “En los sitios donde yo trabajo, con mis estudiantes, siempre veía a gente rara alrededor mío, siguiéndome de día y de noche, y sin saber por qué”.
“Tengo mal genio, una rabia tremenda de ver a este señor mandar a hacer estos seguimientos, es peligroso. Están atentando contra mi vida (...). Son bandidos con poder”, relató el profesor en entrevista con SEMANA.
La víctima de los seguimientos ordenados por el general Ospina aprovechó para enviarle un contundente mensaje. “Ya sabemos que usted envió gente de contrainteligencia para que me hicieran un montaje, un falso positivo. Usted no es un general, conozco su historia. El Ejército está en manos de un bandido, un criminal (...), no le tengo miedo, usted es un peligro para el país y para todos nosotros, no me importa si me manda a asesinar. Amo Colombia, no me iré de mi país nunca. Tiene que renunciar. Usted le está haciendo un daño gravísimo a nuestro Ejército Nacional. Los buenos somos más. Seguiremos con esto. Retírese, supuesto general”.