NACIÓN
Envían a la cárcel a cinco presuntos integrantes del Cartel del Huevo que tiene en jaque el comercio en Tuluá
Estas personas serían responsables de extorsionar a comerciantes.
Cinco presuntos integrantes del denominado Cartel del huevo fueron capturados y enviados a prisión luego de que la Fiscalía General de la Nación así lo solicitara ante un juez de control de garantías de Tuluá, Valle del Cauca.
Se trata de Diego Fernando Angulo Riascos, Yefry Alexander Angulo Riascos, Ángela María Patiño Cárdenas, Sara Michell Angulo y Juan Andrés Trujillo Casas. Según la Fiscalía, “estas personas serían responsables de extorsionar comerciantes de huevo contra quienes habrían realizado atentados con armas de fuego; lanzamientos de artefactos explosivos para presionar el pago de dineros y limitar el comercio del alimento”.
Cabe destacar que durante las diligencias de registro y allanamiento ordenadas por la Seccional Valle del Cauca, y realizadas por servidores del Cuerpo Técnico de Investigación y la Policía Nacional, Yefri Alexander Angulo Riascos fue capturado con orden judicial; por su parte, Diego Fernando Angulo Riascos fue notificado en centro carcelario del proceso en su contra. Por estos hechos, la Fiscalía les imputó a los procesados cargos por delitos de extorsión agravada y concierto para delinquir agravado.
En operativos paralelos fueron capturados en flagrancia Ángela María Patiño Cárdenas, Sara Michell Angulo y Juan Andrés Trujillo Casas. Estas tres personas fueron imputadas por los delitos de fabricación, tráfico, porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos.
¿En qué consiste la guerra del huevo que tiene aterrorizada a Tuluá?
Autoridades alertaron sobre el Cartel del huevo el pasado mes de abril, cuando se empezó a vivir una situación alarmante en el municipio de Tuluá, centro del Valle del Cauca, donde la banda criminal coaccionaba a los expendedores para pagar por distribuir el huevo en plazas de mercado, y también presionar a las grandes empresas para que depositaran un impuesto sobre la producción. Quien no accediera a estas peticiones era asesinado.
“El denominado cartel del huevo es una organización criminal liderada por alias Pipe y Caregallo, ambos recluidos actualmente en la cárcel de Picaleña, en Ibagué. Antes se llamaban banda la Inmaculada y ahora se hacen llamar la Oficina de Tuluá”, explicó el coronel Nelson Dabey Parrado Mora, comandante de la Policía Valle.
Producto de este entramado de extorsión, al menos tres expendedores de huevos fueron asesinados y grandes cadenas avícolas decidieron cerrar sus sedes en Tuluá. Lo paradójico es que quienes tienen en jaque al mercado llevan más de siete años privados de la libertad, con penas superiores a los 36 años por delitos de extorsión y homicidio.
En su momento, el personero delegado de derechos humanos de Tuluá, José Martín Hincapié Álvarez, aseguró que dicha situación no es nueva en el municipio. “Esto ha ido evolucionando a través de actividades de extorsión, de intimidación, en las que no se permite la venta de estos productos ni que ingresen a la comercialización en la zona urbana, solamente a través de determinados actores; y se les exige una suma de dinero a los ciudadanos que comercializan, o solamente se puede hacer la venta a través de determinadas personas”.
El coronel Parrado reconoció que desde 2012, cuando apareció la Oficina de Tuluá como producto de un reducto de los Rastrojos, la ciudad ha sido protagonista de varios carteles de acaparamiento de alimentos. “Se iniciaron afectando la cebolla larga entre 2018 y 2019; ampliaron la extorsión a estos comerciantes con productos como cilantro y tubérculos. En 2022, y como estrategia para ampliar sus actividades ilegales, deciden realizar amenazas a mayoristas de huevo”, señaló.
Esta banda criminal ha dinamizado las extorsiones en dos posibles categorías: en una clásica local, aplicada a trabajadores y comerciantes en la plaza de mercado con exigencias de cuantías menores; y otra, orientada a macroextorsiones en grandes compañías. Por esta situación, los homicidios en Tuluá durante los últimos cinco años sobrepasaron la barrera de los 542 casos.