Nariño
Envían a la cárcel a presunto cabecilla de las disidencias que estaría vinculado a ataques terroristas en Nariño
Se trata de Fidencio Arley Maya, quien haría parte del frente Franco Benavides.
La Fiscalía General de la Nación imputó Fidencio Erley Maya Tapia, uno de los presuntos líderes del frente Franco Benavides, una de las estructuras más activas del autodenominado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc, por su presunta responsabilidad en un atentado con explosivos que dejó como saldo una víctima mortal y varios heridos, en un enfrentamiento con el Ejército Nacional en la zona rural de Cumbitara, Nariño, el pasado 22 de septiembre.
Maya Tapia enfrenta cargos por los delitos de concierto para delinquir agravado y terrorismo, luego de que la investigación de la Fiscalía, en conjunto con la Policía Nacional y el Ejército, confirmara que el presunto cabecilla fue responsable de la manipulación y lanzamiento de artefactos explosivos en el contexto de ese enfrentamiento armado. Como resultado del ataque, una mujer perdió la vida y dos soldados profesionales del Ejército Nacional resultaron gravemente heridos.
El proceso judicial fue adelantado por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales, quien logró establecer la responsabilidad de Maya Tapia en los hechos a través de pruebas recolectadas durante la operación. Además de los explosivos, las autoridades incautaron tres teléfonos móviles y una suma de cinco millones de pesos en efectivo, durante la captura de Maya Tapia, efectuada en una vivienda del barrio Belén, en Cumbitara.
Como parte de las medidas judiciales, un juez de control de garantías determinó imponerle a Maya Tapia una medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, donde permanecerá mientras avanza el proceso en su contra.
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El ataque en Cumbitara se enmarca en el creciente clima de violencia que azota a los departamentos de Nariño y Cauca, especialmente en las zonas rurales, donde las disidencias de las Farc, como los frentes Franco Benavides y Carlos Patiño, han intensificado sus acciones. Estos grupos ilegales continúan su disputa por el control de los territorios ricos en recursos, particularmente en áreas vinculadas al narcotráfico y al cobro de extorsiones a la población civil y a las autoridades locales.
En el caso específico de Nariño, la violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con constantes enfrentamientos entre las estructuras armadas ilegales y las fuerzas de seguridad. En lo que va del año, ha aumentado la actividad del frente Franco Benavides, especialmente en la zona de Cumbitara, un municipio clave debido a su proximidad con la frontera con Ecuador, lo que convierte a la región en un punto estratégico para el tráfico de drogas y el control de rutas ilegales.
La presencia de estos grupos disidentes no solo genera desplazamientos masivos de poblaciones rurales, sino que también ha llevado a un aumento de ataques contra la infraestructura del Estado, la Fuerza Pública y los civiles. La utilización de artefactos explosivos, como en el caso de Cumbitara, ha sido una de las tácticas más recurrentes en la región, lo que refleja el creciente nivel de confrontación armada en el suroccidente del país.
En este contexto, la captura de Fidencio Erley Maya Tapia representa un paso importante en los esfuerzos del Estado para desarticular a las organizaciones criminales que operan en estas zonas. Sin embargo, las autoridades han advertido que la lucha contra las disidencias de las Farc, el ELN y otras estructuras armadas sigue siendo un desafío complejo, dado el entorno de violencia que persiste en los departamentos de Cauca y Nariño.
Este caso se presenta como un nuevo ejemplo de la continua problemática que enfrentan los habitantes de estas regiones, quienes viven con el constante temor de ser víctimas de los grupos armados ilegales, que no solo afectan su seguridad, sino también su bienestar y el desarrollo de las comunidades.