Entrevista
Epidemia silenciosa: el tabaco mata anualmente más de ocho millones de personas en el mundo
En diálogo con SEMANA, el médico internista y neumólogo, Manuel Pacheco, explica las consecuencias del tabaquismo. Asegura que la nicotina puede ser más adictiva que las drogas y que está relacionada con múltiples enfermedades mortales.
SEMANA: El próximo lunes se conmemora el día sin tabaco. ¿Es este otro agente mortal?
Manuel Pacheco: Realmente no solo los problemas de salud fluyen a partir del coronavirus, tenemos otra epidemia silenciosa, si lo queremos decir así, que es la epidemia del consumo del cigarrillo y todos los problemas que se generan derivados de este.
SEMANA: ¿Por qué se oficializa el 31 de mayo como el día mundial sin tabaco?
M.P.: Porque efectivamente se necesitaba hacer visible esta circunstancia que pasa por desapercibida y, a veces, no vemos la magnitud del impacto que produce. Entonces la OMS decide generar un día que se llama el Día del no Tabaco o el Día de no Fumar con el objetivo de concientizar a la población en general sobre los peligros y los terribles daños causados por el consumo del cigarrillo.
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SEMANA: Según la OMS, son cerca de ocho millones de vidas que cobra anualmente del tabaquismo, ¿tiene conocimiento estadístico del impacto del tabaquismo en nuestro país?
M.P.: Sí, tenemos algunos datos, poco alentadores debo decirles. Se estima que en el mundo el tabaco, con cifras oficiales de la OMS, mata hasta ocho millones de personas al año, asociadas directa o indirectamente al tabaco. Un dato interesante es que se estima que el ochenta por ciento de los fumadores del mundo viven en países de ingresos bajos o medianos. Eso da a entender que estos efectos de fumar también se deben a unas condiciones socioculturales agregadas. Es decir, fumar va más allá de tomar del cigarrillo, tiene una cantidad de rutas, desde los social, desde el componente de salud, así como el componente de pobreza y economía. Para Colombia tenemos datos oficiales del Convenio Marco, la OMS, que hizo un trabajo en convenio con la Organización Panamericana de la Salud. Ellos encuentran cifras a 2019 que datan que alrededor de 35 mil colombianos mueren anualmente por enfermedades relacionadas al tabaco. Y se estima que en Colombia, en cuanto a inversión en recursos de salud, pueden estar gastando 17 billones de pesos, casi equivalente a 1,8 % del PIB. Así que la carga para Colombia, para las personas, para la calidad de vida, para los sistemas de salud es muy alta en cuanto a números.
SEMANA: Y si relacionamos el consumo del tabaco con el virus de la covid-19, ¿qué puede decir de la vulnerabilidad que tiene esto frente a este virus?
M.P.: Los primeros reportes de Wuhan, China, donde se iniciaron los primeros casos de la pandemia, nos mostraban que había una alta asociación de desenlaces graves secundarios con muertes e ingresos a cuidados intensivos de pacientes fumadores. A medida que la pandemia se extendió, y que, finalmente, alcanzó todos los países del mundo, encontramos que, efectivamente, la población fumadora tiene un riesgo porque el fumar afecta de alguna forma la capacidad de respuesta pulmonar hacia las infecciones y esto permite que el virus pueda ingresar de una forma más fácil a nuestro organismo y de esa manera la persona puede ser más vulnerable a la infección del coronavirus. Entonces venimos trabajando fuertemente en fomentar todos los espacios para que las personas dejen de fumar y más en esta época de pandemia. Creemos que es una solución importante.
SEMANA: ¿Cuáles son realmente las afectaciones del tabaco?
M.P.: Yo empezaría diciendo que el tabaco es tan efectivo que mata casi al cincuenta por ciento de sus usuarios, siguiendo las instrucciones del fabricante. Entonces, definitivamente, el riesgo de salud es muy grande. Iríamos desde menores a mayores complicaciones, menores el olor y ese tipo de elementos, pero podemos tener desde enfermedades oncológicas, hablando de enfermedades como cáncer, pero no solamente de pulmón, que es el que más se discute. Puede asociarse al cáncer de boca, de lengua, de vejiga, de mama, entonces hay una asociación a una larga lista de enfermedades. Además, se asocia directamente con enfermedades cardiovasculares, ya sea infarto o derrame, ACV, o eventos cardiovasculares; o con enfermedades pulmonares como bronquitis, enfisema y EPOC. Es un solo producto que puede afectar en la mayoría de cuestiones de salud.
SEMANA: ¿Qué opina de las medidas, políticas, desarrolladas por el Gobierno colombiano para evitar, en concreto, el consumo de cigarrillo?
M.P.: Digamos que hay que trabajar en varios frentes, uno de los frentes recomendados mundialmente sí incluye el precio y aumentar los impuestos y trabajar un poco en el control del tabaco. Pero la ley tiene unas bondades que es la ley 1335 de 2009 porque de alguna forma se logró controlar lo que era el consumo público del cigarrillo. Recordarán que hace una época era habitual que estuvieran fumando al lado suyo, o en un evento público, esto se ha ido limitando en la ley antitabaco. Digamos que hay unos puntos que han sido favorables o han tenido un buen desarrollo y han tratado de deshabituar el consumo del tabaco. Lo de la prohibición de la publicidad del tabaco digamos que se ha desarrollado y esos son puntos importantes. Entonces yo creo que la ley antitabaco tiene un espíritu positivo, tenemos que acompañarla y fortalecerla, tratar de llegar a unos lineamientos modernos hacia un país sin consumo del cigarrillo. Obvio es un reto, pero las políticas públicas abrieron un espacio para poder empezar a tener una política más contundente en cuanto al control del tabaco en Colombia.
SEMANA: ¿Es un mito que el dinero del cigarrillo termine financiando el sistema de salud, por la mayor inversión al sistema por las grandes cifras de consumo de tabaco?
M.P.: Esto no es un mito, esto es real. Parte de los impuestos que se tienen por la venta de cigarrillos ingresan a la salud. El problema es el equilibrio de la balanza. Por cada peso que ingresa de impuestos salientes del consumo de cigarrillo, se gastan 4. Es decir, es una balanza que así estén ingresando mucho dinero de impuestos, lo que se gasta es muchísimo más. Esto es un mensaje que a veces han transmitido, diciendo que con los recursos del cigarrillo se financia la salud. sería más fácil que no entraran porque con eso nos ahorraríamos tres por cada peso que ellos están poniendo y entonces los costos nunca van a ser equilibrados. No basta con lo que ponen para reparar el daño que producen.
SEMANA: De lo que pasa aquí en Colombia, ¿cómo estamos en datos estadísticos?
M.P.: En el 2017 el tabaco le costó a la economía colombiana 10 billones de pesos en capacidad productiva perdida debido a muerte prematura, discapacidad y tabaquismo en el trabajo. En cuanto a compromiso por calidad de vida, por supervivencia, se estiman muertes aproximadas de alrededor de 34-35 mil muertes por año asociadas al cigarrillo. De esas personas, más o menos el 45 % son menores de 70 años. Son cifras muy duras, cifras muy difíciles causadas por un elemento identificable como lo es el cigarrillo.
SEMANA: Esto quiere decir que el tabaco es el causante de muchas enfermedades que están dentro de las estadísticas de mayor mortalidad en nuestro país…
M.P.: Es el causante, tiene una relación directa comprobada con infarto, EPOC, enfermedad cerebrovascular, cáncer, entre otras.
SEMANA: ¿Existen tratamientos médicos para controlar la adicción al tabaco?
M.P.: Sí, tenemos tratamientos efectivos para ayudar al paciente al control del tabaco. Se está trabajando con el Ministerio de Salud y asociaciones científicas, la Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía, junto con otras asociaciones científicas del país en la necesidad de fortalecer las rutas de control de tabaco y los programas de cesación de consumo de tabaco al interior de las IPS y EPS del país. El objetivo es que existan clínicas de cesación del tabaco en todas las ciudades del país y que las EPS cubran esa atención individualizada a cada persona. Hay algunos fármacos avalados para controlar la adicción al tabaco, entonces sí hay posibilidades de que usted reciba ayuda por su equipo de salud.
SEMANA: Las personas acuden a otros métodos de fumar o alternativas como los vapeadores, ¿es cierto o involucran los mismos riesgos del cigarrillo común?
M.P.: Debo decir que esto sí nació de un mito, el cigarrillo electrónico, este tipo de sustancias, originarias de China también, fueron producidas con la idea inicial que las personas dejaran de fumar. Pero no ha mostrado ser funcional en ese sentido. En este momento las vías americanas para el control del consumo de tabaco, y la Sociedad Española de Neumología no lo aconsejan, no ha mostrado evidencia que funcione para eso. Por el contrario, sí se ha demostrado que se asocia a diferentes enfermedades. Definitivamente, el pulmón no fue diseñado para recibir humo, vapores, entonces a estos vapores sí se les han encontrado sustancias como metales pesados que también se pueden acumular en el pulmón y causar enfermedades. Es una sustancia de menor daño, pero a veces termina siendo el mismo daño del cigarrillo normal, entonces la ruta no está en el vapeo, está en acudir al servicio de salud en la búsqueda de un tratamiento dirigido.
SEMANA: Unos datos de la OMS revelan que 780 millones de personas en todo el mundo manifiestan su deseo de dejar el tabaco pero solo el 30% puede lograrlo. ¿Qué opina de esta cifra y por qué la gente no puede dejar tan fácilmente el tabaco?
M.P.: Esto revela varias cosas, primero, que es una real adicción, no solo es decirle a la persona que deje de fumar, es un trabajo conjunto, es un cambio que se produce en unos neurotransmisores en el cerebro, entonces realmente hay un cambio cuando hasta bioquímico en la persona que fuma. Segundo, muchas de estas personas que quieren dejar de fumar no acceden a los tratamientos, a veces no encuentran dónde ir, los servicios de salud diría que no han asumido estos tratamientos de una forma dinámica. Muchas personas no encuentran la ruta porque realmente lo primero para entrar a un programa de estos es tomar la decisión de dejar de fumar y a veces dar ese paso es difícil.
SEMANA: ¿Las campañas que se hacen desde las compañías de tabaco, como de poner imágenes en las cajetillas, son mitos o de verdad son resultados que puede provocar fumar?
M.P.: Sí, algunas piezas son muy gráficas o a veces tratan de transmitir el mensaje de una forma muy florida, pero sí son reales. Lo que produce en un corazón o pulmón es real, produce esa descomposición, ese color oscuro. Lo que pasa es que algunas gráficas quedan muy dimensionadas pero los efectos reales sí son los que se muestran en esas cajas.
SEMANA: ¿El pulmón logra desintoxicarse, recuperarse? ¿Cuánto tiempo tarda?
M.P.: Siempre es importante dejar de fumar. Los cambios se empiezan a ver hasta en minutos, en horas. En control de la presión arterial, de resistencia cardiovascular, todo eso descansa un poco cuando dejan de estar expuestos al humo del cigarrillo. Hay cosas que definitivamente se requiere mucho tiempo, pero se estima que después de 10-15 años sin fumar los riesgos de algunas enfermedades graves empiezan a disminuir. Siempre va a quedar un riesgo residual, pero definitivamente sí vale la pena dejar de fumar porque con el paso del tiempo usted empieza a equilibrar sus riesgos al de las personas no fumadoras.