Semana: ¿Qué le dicen en las amenazas que ha recibido?
José Freddy Restrepo: Ha habido dos tipos de amenazas. Unas que han llegado de tiempo atrás con sufragios o mensajes de texto al celular, en donde me insultan y me dicen que no me vuelva a meter en lo que no me importa o que si me creo muy valiente. Y las otras, más recientes, son panfletos de las Águilas Negras en los cuales me amenazan junto a otros directivos de Asonal Judicial, diciendo que somos infiltrados de la guerrilla y nos disfrazamos de fiscales. Dicen que nos van a matar.
Semana: ¿Qué tipo de casos maneja usted?
J.F.R: Yo soy fiscal delegado ante tribunal y mi función es investigar a los fiscales, jueces y procuradores en actos de corrupción o situaciones de irregularidad. Pero en muchos casos hemos encontrado fiscales o jueces que fueron comprados, por lo que hemos descubierto de manera constante que detrás de esos actos de corrupción están grandes bandas criminales, narcotraficantes poderosos o gente que tiene un poder específico. Entonces, cuando yo golpeo al juez o fiscal, el que lo corrompió quiere tomar represalias.
Semana: ¿Recuerda un caso concreto?
J.F.R: El año pasado capturamos a un juez que había dado domiciliarias, libertades y traslado a miembros de una banda desde las cárceles de máxima seguridad a municipios pequeños donde prácticamente el control es nulo. Y estos procedimientos los había hecho a través de tutelas que no habían sido repartidas y él decía que le habían llegado por reparto y por eso procedía. Sin embargo, encontramos que en 30 casos no era así. En este caso trabajaba Alcibiades Libreros (el fiscal asesinado en Cali) y nos dimos cuenta que las personas que él capturaba este juez las dejaba libre. Entonces yo me encargué de echarle mano al juez y Alcibiades a los de la banda. Al golpear al juez, también se golpea a parte de la estructura.
Semana: El fiscal Alcibiades llevaba procesos contra las bandas delincuenciales La Montaña, de Palmira, los Vaqueros, de Cali, Rastrojos y narcotraficantes. ¿De cuál de estas estructuras hacían parte las personas que ese juez dejaba libres?
J.F.R: Esos nombres de bandas no los tengo identificados, pero sí encontramos que en muchos casos la justicia estaba corrompida.
Semana: ¿Cuántos proceso lleva actualmente?
J.F.R: En este momento tengo unos 150 procesos. No son muchos, porque la carga laboral de nosotros no es tan grande como la de otros que tienen 800 procesos, pero la mayoría de casos de nosotros (categoría magistrada) son de connotación. Hay casos de contratación, corrupción de alcaldes, etc. Yo generalmente no capturo solo al juez, sino a los demandantes, abogados y a personas involucradas que suelen ser una banda delincuencial.
Semana: ¿Usted conocía de las amenazas contra el fiscal Libreros?
J.F.R: De eso hablamos varias veces. Él me pidió apoyo porque yo soy directivo de Asonal y yo le decía que estaba pidiendo seguridad para mí y no me habían dado. Esos temas los comentábamos con varios jueces y fiscales que igualmente están siendo amenazados en Cali, pero en ningún caso responde ni la Fiscalía, ni la Unidad Nacional de Protección (UNP). La Fiscalía argumenta que solo da protección en casos en los cuales se compruebe de manera fundamentada las amenazas, y es muy difícil que alguien se aparezca y diga: mire yo soy el que estoy amenazando. Eso no suele ocurrir. Entonces al no tener prueba fundamentada queda a cargo de la UNP, que argumenta que es la Fiscalía quien nos debe dar protección.
Semana: ¿Cuántos jueces y fiscales están amenazados en Cali?
J.F.R: Hasta el año pasado estábamos en 12 funcionarios amenazados en Cali. Pero hay otros que reciben las amenazas y no reportan.
Semana: ¿Usted ha tenido esquema de seguridad en algún momento?
J.F.R: Yo tuve hace diez años cuando investigaba un caso contra un exfuncionario de nivel nacional, porque recibimos amenazas y seguimientos al comienzo de la investigación. Tuve un esquema por tres meses, pero en realidad no era técnicamente un esquema, sino un carro con un conductor. Después de eso jamás he tenido seguridad.
Semana: ¿Cuánto lleva en la Fiscalía?
J.F.R: Voy para 26 años.
Semana: ¿Siente más miedo ahora?
J.F.R: Completamente. Cuando uno recibe un mensaje amenazante se pone paranoico. Uno no sabe si salir o no, si ir a la audiencia o si no. Es una tensión muy brava. Pero cuando ya pasa el tiempo uno baja la guardia, pero no se sabe cuándo alguna de las amenazas se hará efectiva.
Semana: ¿El asesinato del fiscal Libreros les golpeó las ganas para seguir investigando a este tipo de bandas?
J.F.R: Esto fue un golpe en doble frente. Un golpe en cuanto a la acción criminal de los delincuentes que nos demuestran que las amenazas se pueden cumplir y eso obviamente asusta. Es un golpe a la moral, a la vocación de servicio y muchas cosas, pero también es un golpe del Estado, porque hemos pedido apoyo en muchas ocasiones. Infortunadamente cuando nos quitaron la condición de alto riesgo nos dejaron expuestos. Es como un segundo golpe saber que el Estado no protege a sus funcionarios.
Semana: ¿Cree usted en la versión entregada por la Fiscalía donde se señala que el asesinato del fiscal Libreros fue solo por robarle la cadena?
J.F.R.: Nosotros en Asonal y con compañeros de la Fiscalía hemos hablado y pensamos que todavía es muy prematuro llegar a esa conclusión. Yo creería que es una hipótesis, pero desde el punto de vista científico hay varias hipótesis y toca hacer una labor seria para descartarlas. Esta hipótesis del robo no desvirtua lo otro (amenazas), porque muchas veces ocurre que los criminales contratan un ladrón para que roben y al mismo tiempo maten. Y uno en una banda podría contratar un ladrón para tratar de desviar la investigación.
Semana: ¿A usted qué es lo que no le cuadra de la hipótesis del robo?
J.F.R: El hecho duró once segundos. Es extraño que el ladrón no llegue por la ventanilla del conductor, porque si alguien va a robar una cadena, lo más sensato es que se vaya por la ventanilla del conductor, donde tengo acceso al objetivo, tiro la mano y cojo la cadena. No llego por el otro lado, donde queda más complicada la cosa. Yo pienso que debe avanzarse más en la investigación.