Nación
Escándalo: ‘Los Informantes’ denuncia con pruebas que Inpec pidió libertad del monstruo Luis Alfredo Garavito
Por medio de una carta, el exdirector de La Tramacúa solicitó revisar la posibilidad de darle libertad condicional al recluso, considerando su buena conducta.
El programa Los Informantes de Caracol Televisión reveló que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) pidió la libertad condicional de Luis Alfredo Garavito, el confeso asesino y violador de al menos 200 niños y niñas en distintas zonas del país.
Garavito cumple una pena de 40 años de cárcel, rebajados a 24, por crímenes que en realidad le costarían más de 1.800 años en prisión. pero que debieron ser conmutados. No obstante, y de acuerdo con una carta firmada por César Fernando Caraballo, ahora exdirector de la Penitenciaria de Máxima y Mediana Seguridad de Valledupar, más conocida como La Tramacúa, merece la libertad condicional.
Así lo reveló el programa de investigación periodística, dirigido por la periodista María Elvira Arango, al mostrar una carta que envió Caraballo el pasado 14 de mayo a Camilo Manrique Serrano, juez primero de ejecución de penas y medidas de seguridad de Valledupar, en la que pide que “se estudie y verifique por parte de su despacho, lo concerniente a la concesión o no del subrogado de libertad condicional en favor del PPL referenciado”. Se refiere a Luis Alfredo Garavito.
De acuerdo con el documento, la solicitud la hizo Caraballo para cumplir con las órdenes impartidas por la dirección regional Norte del Inpec en ese sentido. Encima de esa comunicación, el funcionario, que fue separado de su cargo dos semanas después, adjuntó una cartilla biográfica, un certificado de conducta y una resolución expedida por el Consejo de Disciplina del centro de reclusión, que evalúa lo concerniente a la conducta del recluso.
Un juez negó la petición porque Garavito no ha reparado a sus víctimas.
El historial de Garavito
El también conocido como La Bestia fue capturado el 22 de abril de 1999 y cumple su condena en La Tramacúa de Valledupar desde entonces. En ese penal también han estado delincuentes reconocidos por la opinión pública como Rafael Uribe noguera, asesino y violador de Yuliana Samboní o el fallecido John Jairo Velásquez, alias Popeye, el jefe de sicarios de Pablo Escobar.
Sus crímenes los cometió en distintas zonas de Colombia, incluso en otros países como Venezuela y Ecuador, según la Fiscalía General de la Nación, que lo describe como el “segundo homicida en serie del mundo”.
Todos los crímenes los cometió en menos de siete años, según la confesión que dio en 1999. Según Garavito, el primer crimen de ese tipo que cometió, fue en 1992, en Jamundí, Valle del Cauca, cuando se acercó a un niño, lo acarició y lo asesinó.
“Nunca he tenido relaciones homosexuales”, le respondió en ese entonces a María Lily Narango, fiscal octava de Armenia, quien lo escuchó referirse a todas las atrocidades que había cometido y le pregunto por su vida sexual. “Pues como le explicara, lo normal sin dejarme llevar por desbordamientos, sin salirme de los límites”, dijo La Bestia.
“Después estuve en Bogotá. Allí seguí cometiendo los mismos hechos. Fueron como cuatro niños, en un barrio que se llama La Victoria. Cada ocho días maté uno, siempre que tomaba licor”, añadió con frialdad ese hombre, que acabó con la vida y los sueños de cientos de menores de edad. En ese entonces, pidió perdón a Dios y a la sociedad por lo que hizo, pero ninguna de sus palabras valía ni vale más que lo que le hizo a tantos menores.
Por esos motivo, causa preocupación que un hombre de tal peligrosidad pudiese quedar en libertad e irónicamente, por solicitud de la institucionalidad, el Inpec.