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“Eso es chantaje emocional”: sicóloga clínica infantil habla en SEMANA de las denuncias contra American Garden; hay más testimonios
Una profesora que trabajó en el jardín infantil, también entregó su versión a SEMANA.
Las denuncias de seis familias en SEMANA contra la Instituciónn Educativa American Garden han causado conmoción. A esta casa periodística siguen llegando pruebas que tienen los papás de los testimonios de sus hijos.
Una de las mamás envió una conversación con su pequeña. En ella se escucha claramente cuando le cuenta que la profesora que ya fue retirada de su cargo en la institución, usó la fuerza física para controlarlas.
“Miss Teisha las levantó de los brazos y la hizo quedar ahi en el suelo. Les dijo: quédate ahí, ustedes se quedan acá donde los bebés. Yo me quedé jugando con las fichas. Otro día me metió en otro salón”, le dice la niña a sus papás.
La pequeña, confesó que impedía que otros compañeritos jugaran sentándolos solos en un lugar apartado para que vieran como se divertían los demás.
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“Estaba en el parque girando. Mis Teisha le dijo: no, para. Siéntate y vas a mirar a los niños jugando con las fichas”, se oye.
La mamá de esta niña, contó en SEMANA que ella le ha manifestado miedo de ir al jardín argumentando que la regañaban mucho. Además, perdió la calidad del sueño y se despertaba asustada hasta ocho veces en la noche.
“Un día mi hija estaba con mi esposo en el carro y le contó: no me gusta ir al jardin porque hay una Miss que me encierra. Miss Teisha me encierra con niños que no conozco cuando me porto mal”, relata.
De inmediato llamaron a a la directora de la institución en la que está desde los 22 meses y le contestaron que todo es un invento de la niña y que hace parte de su imaginación.
Con la duda sembrada, la familia decidió buscar a otras mamás para que hablaran con sus hijos. Los niños confirmaron las versiones. Incluso, cuenta esta mamá que su hija llegó con un morado en la barriguita y que al llamar al jardín le dijeron que era la tinta del pañal.
“Otro día llegó con las uñas y los dedos limados que no podía ni abrir las manitos. Se excusaron con una actividad de texturas”, dice a SEMANA.
La versión de los encierros en salones, fue verificada por una mamá que vio el video de la cámara de seguridad del jardin. Según indica, allí se nota como Teissha Ariza usa fuerza excesiva con la niña.
“La coge de los dos antebrazos, la suspende en el aire, mi hija parece forcejear y a la fuerza la lleva al salón. De la nada, mi hija no estaba haciendo nada. Se le nota la sevicia. No la soltó, la ingresó a un salón durante tres minutos y no sé que pasó”, cuenta entre lágrimas.
Según relata, el video lo vio acompañada de las directivas y coordinadoras del colegio. Envuelta en llanto, desespero y frustración preguntó.
“¿Por que lo hacen con mi hija que no estaba haciendo nada?”, cuestionó.
La conjeturaron de las directivas es que tal vez estaba en el baño con la docente. Esta mamá, envió un derecho de petición a American Garden para tener en su poder el audiovisual y desde la institución se lo negaron.
Otra de las denuncias, cuenta como una niña, estudiante en esa Institución desde los 2 años, tuvo un cambio de personalidad.
“Pasó de ser una niña tranquila y juiciosa. De destacarse a nivel académico, social y cognitivo, según sus notas y las mismas profesoras, a mostrar enojo, tristeza y gritos sin parar”, dice la mamá.
Cuenta en SEMANA que la niña llegaba a la casa con pellizcos y morados en las piernas.
“Hablo con la profesora y me dice que no sabe nada, que la niña en el jardín es feliz. Pero en la noche del 16 mi hija me dice que quiere contarme algo, pero se arrepiente. Esa noche se orina en la cama, después de controlar esfinteres hace mucho tiempo”, indica.
Al otro día, la niña se decide a hablar y coincide con lo que se escucha en el audio de su compañerita. Miss Teissha las toma fuerte de sus brazos y las sienta con brusquedad en el piso. Según relata esta madre, la pequeña no le dijo antes porque la maestra le decía que sus papás se enojarían con ella.
Cabe destacar, que la docente reconoció lo que hizo.
“Sí lo hice, sí la cogí de los brazos, la miré con enojo. La próxima respiro y me controlo más para no descargarme con la niña. La senté en el piso y le dije que la encerraría en un salón”, afirma la mamá que le confesó Ariza cuando se acercó a verificar lo sucedido personalmente en el jardín.
Otra familia, en su versión indica que su hija pasó de ser una niña que dormía sola en su cuarto y con la luz apagada a sentir temores, expresar tristeza todo el tiempo, evitaba hablar y contestar preguntas y siempre lloraba camino al jardin.
“Hubo un retroceso en las habilidades ya aprendidas. Nosotros nos llegamos a preguntar si era una niña depresiva. A la niña le costaba dormir. A veces solo lloraba y lloraba”, indican.
Luego descubrieron, gracias a que la niña habló, que además de sobrepasarse en fuerza, Mis Teissha la ridiculizaba delante de sus compañeritos.
“A mi hija le negó agua en la clase de inglés, como la niña se puso a llorar, la señora empezó a remedarla y a hacerle bullying delante de los amiguitos”, indica.
La molestia en estas mamás, también es porque según cuentan, en American Garden en diversas ocasiones cambiaron de profesoras y salones a sus hijos y no les avisaron.
Eso le ocurrió a uno de los niños que en la semana del 15 de enero, según cuenta su mamá, lo cambiaron de aula. En la noche del 16 el niño se orina en la cama, manifiesta que tiene miedo a la oscuridad y que no quiere ir al jardin.
“Mamá no me dejes solo, ¿cierto que tú no me vas a dejar solo y me vas a cuidar?”, le pregunta a su mamá.
Un día, mientras veían el programa infantil baby shark en un capítuo llamado ´ladrones y policías´ el hijo revela lo que está viviendo.
“Mamá, a mi en el colegio me secuestraron y me encarcelaron con una compañerita como a baby shark en un cuarto oscuro y no me gusta”, dijo.
Esa fue la mayor alarma que llevó a los padres a confrontar a las directivas del jardin que negaron el hecho. Por eso, decidieron llevar al niño con una profesional.
“La sicóloga nos dijo que hubo una situación, un encierro en un sitio oscuro, que el niño tiene bloqueada esa memoria y está tratando de sanar”, indicaron dejando claro que sacarán a su hijo de la Institución.
Esa misma medida, de llevar a su hija a otro centro educativo, la tomó una mamá que según cuenta, la llamaban “exagerada” por cuestionar constantemente a las coordinadoras de la institución por detalles que no le gustaban.
Por ejemplo, un día vio como a un niño con Asperger, lo aislaban de los demás compañeros y lo dejaban solo durante las actividades. Otro día que fue a pagar los almuerzos, notó como una profesora sacudía con mucha fuerza a una pequeña.
En otra oportunidad, dice a este medio, dejó a su hija feliz en el jardín. Según relata, a los pocos minutos recibió una llamada de la profesora del curso contándole que la niña estaba inconsolable.
“La dejé en el ascensor con una profesora, la puerta se cerró en mi cara y la niña estaba feliz. No sé que le hicieron ahí adentro. De ese día en adelante me decía que por favor no la dejara cuando la llevaba al jardín. Hacía todo por no ir, me decía que le dolía el estómago, la cabeza”, señala.
La chiquita, también asoció lo que vivía con una película que vio.
“Estábamos viendo Rapunzel y mi hija me dice. Es que Miss Martica es como la bruja de Rapunzel. Ela me dice todo el tiempo que si me porto mal, me va a dejar en un salón encerrada sola, así como Rapunzel en la torre”, declara.
Según esta mamá, su hija somatizaba lo que vivía en American Garden.
“Iba al al jardin y se me enfermaba. Le daba fiebre y allá me decían que eso era normal. Además, mi hija me dice que la asustaban con payasos”, confiesa.
La conversación con esta mamá y SEMANA se dio vía teléfonica mientras conducía con su celular en altavoz. De repente, se escuchó a la niña decir.
“Mamá, yo ya no voy a llorar más en ese jardín”, ahí terminó la conversación.
Otro relato fue el de una profesora que trabajó más de 5 años en American Garden.
“No me sorprende las denuncias. Me sorprende el grado de maltrato, pero esto iba a pasar”, dijo la docente.
Aunque deja claro que no todo en el jardin es negativo, que nunca vio maltrato físico, que no todo el personal es malo y que hay niños con gratas experiencias, vivió cosas que la llevaron a renunciar.
“Mi trabajo hizo mucho ruido en el jardin y fue incómodo para mis colegas y las directivas, las cosas que pasaban yo no las normalizaba. El maltrato también es gritar, amenazar, zarandear y que el adulto no quiera hacerlo de otra forma”, indicó.
Señaló que no estaba de acuerdo con sobornar a los niños quitándoles el postre para que se portaran bien o mucho menos, dejarlos sin recreo.
“No estoy de acuerdo con que le digan a un niño: si no te sientas, no te doy esto o aquello. Inaceptable dejar un niño sin jugar, dejarlo a parte en una mesa, gritar para que los niños coman en silencio porque así es en Europa, no hay juego libre sino direccionado. Si el niño corre libre, no puede”, dijo de lo que no le gustaba.
Decidió renunciar por la presión, pues según dice, su trabajo se media por la excelencia de los niños que por ejemplo, eran denominados problema si a la niña le gustaba el fútbol o a un niño el ballet.
Tuvo estrés laboral, migraña y hasta paralisis facial.
“La presión al profesor es muy dura, absurda. American Garden te paga mejor que en cualquier otro lugar pero a un costo muy alto. Es un lugar absolutamente castrador”, declaró.
Incluso, según cuenta, haciendo montajes artisticos, veia maltrato en gritos.
“Usted es lento, usted no canta, usted no lo hace bien, usted baila feo y hágase atrás”, señala y agrega que hasta vio a profesoras con spray de agua que echaban en la cara de los niños para que no se durmieran.
Lo estricto también se aplicaba en el arte. Según cuenta, el cuerpo humano solo se podía de color piel.
“A una niña no la dejaron salir al descanso porque pintó un cuerpo de colores”, cierra aterrada.
SEMANA contactó a Maria Camila Papagayo, sicologa clínica infantil del proyecto “saber educar” y escritora de un libro llamado “¿Qué hago con la crianza?” de intermedio editores. Al ponerla en conocimiento de los casos y denuncias de los niños, aconsejó, siempre creerles.
“Los niños cuando expresan conductas en contra de ellos, siempre hay que creerles, porque no hay ningun niño que se invente que lo van a agredir y que es victima de maltrato. Antes de los 5 años usan la fantasía para asociar a la vida real. Para ponerle nombre y sentido a lo que estan experimentando”, dice en esta casa periodística.
A la sicóloga también se le cuestionó por el método de la profesora Teissha Ariza de American Garden de pedirle a los niños que no le cuenten a los papás cuando los regañaba.
“Eso es chantaje emocional y es un tipo de castigo que es la amenaza. No hay nada que a un niño menor de 6 años le preocupe más que la relación vincular con sus cuidadores, con sus papás. Están apelando al miedo más grande de los niños que es perder conexión con sus figuras paternas. Esto genera un silencio y evitar que los niños hablen por miedo a esa consecuencia”, opina Papagayo.
Maria Camila no recomienda que los papás eduquen con formas de castigo como “si no comes, no vamos al parque”. Invita a una crianza respetuosa y conciente.
Los denunciantes de este caso coinciden en que los niños han tenido retrocesos en los aprendizajes básicos como no orinarse en la cama, dormir solos o tener miedo a la oscuridad.
“Los cambios en los niños en su comportamiento nos dice que está pasando algo. Retrocesos en los procesos básicos como orinarse en la cama, miedo a la oscuridad, dormir con los papás, no quedarse con alguna persona, quererse quedar con los papás, cambios en el sueño o en la alimentación. Todo esto nos puede alertar de una situación de maltrato o problemática de su desarrollo socioemocional”, cerró.
¿Qué dijo el jardín?
SEMANA buscó insistentemente una respuesta oficial de la institución mediante correos, llamadas y mensajes en sus canales oficiales. Según argumentaron, la línea telefónica del jardín presentó fallas. No obstante, el viernes 26 de enero este medio se acercó a las instalaciones y allí sí hubo una respuesta escrita. Insisten en que la razón de ser del jardín es el cuidado y bienestar de los menores.
Aceptaron que el hecho ocurrió y que “estuvieron involucrados dos docentes y dos estudiantes durante el horario de juego y de descanso, en donde una de las profesoras las alza de manera inadecuada para prevenir situaciones de conflicto”.
Además, por su política y principios separaron a las maestras de sus funciones e impulsaron procedimientos disciplinarios. “Ambas docentes ya no pertenecen a la institución”. Alegan, pese a las pruebas obtenidas por SEMANA, que activaron de manera inmediata el protocolo de atención informando a la Secretaría de Educación del Distrito y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y que esta es una situación “atípica en la comunidad”.
La Secretaría de Integración Social confirmó que la próxima semana harán una visita de inspección y vigilancia al jardín.