REDES

Esta es Mercedes, la abuela que no votará por ‘Zurriaga’

Ana Mercedes Plata, de 85 años, es furor en las redes sociales. Semana.com la encontró en un barrio de Villavicencio.

José Guarnizo, periodista de SEMANA
11 de junio de 2014
| Foto: SEMANA

Ana Mercedes Plata -analfabeta, 85 años de edad- sabe que es más efectivo darse a entender con chistes que con frases elaboradas.

Ahora cuando está sentada en la sala de la casa en la que vive en arriendo, esta abuela suelta una de esas ocurrencias que la convirtieron, de la noche a la mañana, en una celebridad de las redes sociales.

“Mi sueño es entrevistarme con un oculista. Figúrese que me conseguí la vez pasada 380.000 pesos para que me operaran y me pusieran un lente en el ojo izquierdo. Pero qué va, al final quedé como la ternera ‘Colombianita’, o sea, mamando, porque no veo”.

Ana Mercedes paga 200.000 pesos de arriendo en una vivienda de interés social que se quedó en obra gris, en uno de los tantos barrios populares que dibujan el paisaje brumoso de Villavicencio. A esa ciudad llegó a los 12 años de edad. Durante aquellos días recorrió fincas y trabajó como empleada del servicio.

Años más tarde, Ana Mercedes o ‘Mechas’, como la llaman sus amigas, logró un empleo como aseadora en la Gobernación del Meta. “Era lo que se conseguía porque yo no sé leer. Ya después me volví viejita y me pensionaron. Vivo con un mínimo”, dice.

Casi todos los días, esta mujer de arrugas pronunciadas y un acento decididamente santandereano se va para la miscelánea de su amiga Liliana González. Allá va a hablar de sus penurias, de su nieto que se fue a prestar servicio militar, de su hija Yolanda que se gana la vida haciendo remiendos, pegando botones, arreglando cierres. Y también conversa de política.

Liliana, viendo la particular manera que tiene Ana Mercedes de tomarle el pulso a la realidad nacional, decidió hacerle un video que hasta la tarde de este miércoles había sido compartido 123.624 veces.

En la grabación, Ana Mercedes dice que ella no va a votar por ‘Zurriaga’, refiriéndose a Óscar Iván Zuluaga. “Porque él dice que a los viejitos y a los pobres arruinados como yo, si no tienen plata no tienen casa. Y el otro man dice que sí, que nos dan a los pobres arruinados casita baratica. Y por eso voy a votar por ‘JuanPa’, ¿por ‘JuanPa’ es? Bueno, ¡por ese otro!”.

Pero la parte más cómica del video, si se quiere, es cuando Ana Mercedes cuenta cómo ha defendido ante su familia el voto. “Voy a votar por ‘JuanPa’ aún cuando mi sobrina está retratada con ‘Zurriaga’. Y mi hija puso una vaina en…en…¡la maricada esa que le hacen con el dedo pa’ allá y pa’ acá! (se refiere al celular). Y mi sobrina se puso muy brava porque ella va a votar por ‘Zurriaga’. Pero ‘Zurriaga’ tiene unas cosas que no nos van a ayudar a los viejitos como yo, que tengo 85 años”.



Con esa declaración y sin quererlo, Ana Mercedes se convirtió en la antagonista de la actriz Olga Lucía Martínez, quien protagoniza un comercial de apoyo a Zuluaga. Ambas reventaron las redes sociales con comentarios a favor y en contra.

Olga Lucía, a quien en Twitter llaman “la loca de las naranjas”, interpreta en la pieza publicitaria a una tendera indignada que habla golpeado y arroja con virulencia una naranja al final de su parlamento. Las dos mujeres representan el sentir de dos polos opuestos, que en todo caso provienen de una misma base social ahora dividida, ferozmente, por sus preferencias electorales.



Liliana González, sin embargo, dice que a Ana Mercedes nadie le pagó por decir lo que dijo en el video. “Fue espontáneo. Yo la grabé y lo subí en mi Facebook porque consideré que esa sí era una forma de hablar claro”.

Ana Mercedes Plata nació en Rionegro, un municipio del sur del departamento de Santander. “La verdad, yo no tuve infancia. A mi mamita le quitaron la finca y se quedó sola en una casa de tablas con 18 hijos, entre los que estaba yo”, cuenta. De épocas tan remotas, Mercedes recuerda que debía caminar cinco horas junto con sus hermanos, tocando puertas de finca en finca, para que les regalaran plátanos.

Los días de Ana Mercedes hoy transcurren entre la cama y la calle. “Yo me dedico a mi pensión. Paso medio día acostada en la camita y medio día parada. Sólo veo el noticiero, esperando a que salga ‘JuanPa’ para mirarlo un ratico. Y ya luego me pongo a esperar a que oscurezca, a que sean las 6 de la tarde para acostarme”.

¿Y por qué se duerme tan temprano? Para explicarlo, Ana Mercedes vuelve de nuevo con un chiste.

“Un señor se fue para la iglesia a confesarse, y le dijo al cura:

-Me acuso, padre, de haber abusado de una mujer.

-Ay, Jesús credo, Ave María, ¿y cómo fue capaz de eso? —le preguntó el sacerdote.

-Padre, nada, la casa estaba sola, ella sola, yo solo. Así como aquí, yo solo, usted solo, la iglesia sola…

Y arranca ese curita a correr como alma que lleva el diablo. Eso es lo que me pasa a mí, por eso me acuesto tan temprano, porque… la casa sola, usted solo, yo sola, ¿ve?”, dice Mercedes, en medio de una carcajada.

Si esta mujer tuviera en frente al presidente Santos está segura de que le diría, “¡Huyyyyy qué papazote!”. Pero ya un poco más en serio, dice que le hablaría de las necesidades de los viejitos como ella. “A mí me está llegando poquitico sueldo porque hace muchos años saqué prestados dos illones en el banco. Figúrese usted, con ese culebrón en el Banco Popular me veo muy colgada, estoy más colgada que salchichón de tienda pobre”, dice.

Ana Mercedes no le pide al Gobierno que le regale una casa. “A mí no me gusta que me entreguen todo mamaíto, no. Pero que sí al menos me vendan una casa bien baratica, mejor dicho, que la pueda pagar con una cuota de 200.000”.

Ahora bien, ¿cuál fue el rollo con la sobrina? ¿Por qué discutieron por el voto? La respuesta de Mercedes es que en la familia de su hermano todos van por ‘Zurriaga’.

“Cómo le parece que cuando mis hijas iban a visitarlos, no salían a saludarnos. El que salía era Tony, el perro. Y ahora mi sobrina sale retratada con ‘Zurriaga’, dándoselas de muy café con leche, y poniendo videos en esa cosa que le hacen con el dedo pa’ allá y pa’ acá, como humillándolo a uno. Entonces a mí me dio rabonada y dije, ‘ahhh, ¿con que andando con ‘Zurriaga’? ¡Pues ahí le va!”