Nación

Esta fue la noticia por la que Pablo Escobar mandó a asesinar a Guillermo Cano

El famoso periodista fue uno de los más acérrimos enemigos del Cartel de Medellín hasta su asesinato en 1986.

17 de diciembre de 2021
GUILLERMO CANO
Guillermo Cano Isaza fue director de El Espectador por 36 años | Foto: LOPE MEDINA

El 17 de diciembre de 1986, hace 35 años, fue asesinado a las afueras del edificio de El Espectador su director, Guillermo Cano Isaza. El hombre que estuvo a cargo del periódico más antiguo del país durante 36 años fue víctima de la violencia impuesta por el Cartel de Medellín y, por supuesto, de su máximo líder, Pablo Emilio Escobar Gaviria.

Durante la década de los ochenta, Cano siempre fue ‘la piedra en el zapato’ de Escobar, incluso logrando por sus reportajes y columnas en El Espectador que el Congreso despojara al narcotraficante de su inmunidad parlamentaria en 1983. Allí empezaría la desgracia para el narco.

Sin embargo, para llegar hasta ese punto Cano y su equipo debieron trabajar arduamente en la búsqueda de información que comprobara lo que meses antes el ministro de Justicia del gobierno de Belisario Betancourt, Rodrigo Lara Bonilla, había dicho en contra de Escobar: tenía nexos con el narcotráfico.

El 25 de agosto de 1983, El Espectador sacó a la luz una noticia de 1976 en la que el protagonista era Pablo Escobar, así como su primo Gustavo Gaviria Rivero. En aquella época el mismo periódico había informado sobre la captura de un grupo de narcotraficantes a los que las autoridades les encontraron un total de 39 libras de cocaína durante un operativo en el municipio de Itagüí, en el departamento de Antioquia.

Ese fue el inicio del fin de la treta que Escobar tejió para hacerse pasar ante la opinión pública y en las narices de los congresistas de esa época por un simple terrateniento. Sin embargo, Guillermo Cano estaba dispuesto a desenmascarar del todo al capo de la droga colombiana, por lo que las investigaciones relacionadas con su captura en 1976 no cesaron durante los meses siguientes a la publicación de agosto de 1983.

Con ayuda de su mano derecha, el periodista Fabio Castillo, el director de El Espectador ahondó de tal forma en las pesquisas judiciales existentes en contra de Escobar que pudo obtener incluso algunas copias de la decisión judicial que certificaba que Pablo Escobar había sido capturado in fraganti en un caso de contrabando de cocaína, además de un intento de soborno a la autoridad.

No obstante, en los meses siguientes, ya con las pruebas suficientes para acusar a Escobar de narcotráfico y sacarlo del Congreso de la República, ningún ente político ni judicial se atrevía a tocarlo.

Por eso, en uno de sus textos publicados en la columna Libreta de apuntes, Cano decidió contraatacar la pasividad de las autoridades colombianas preguntando: “¿Dónde están que no los ven?”, en clara referencia a la ceguera selectiva que habían tomado los altos mandos políticos y judiciales en Colombia frente al caso del narco.

Finalmente, dos meses después, el Congreso le dijo adiós a Escobar, despojándolo de su inmunidad como parlamentario. Acto seguido, Gustavo Zuluaga, juez de la República, dictó una orden de captura en contra del líder del Cartel de Medellín, ya que en las investigaciones que se hicieron de su arresto en 1976 se hallaron pruebas sobre el papel de Escobar en el asesinato de los dos agentes del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) que lo habían capturado.

Así inició la guerra de Pablo Escobar contra el Estado colombiano, con Guillermo Cano como uno de sus principales contendores. Sin embargo, tanto su escrito de 1983 como las investigaciones reveladas meses y años después, lo convirtieron en un blanco del Cartel de Medellín, que un día como hoy, hace 35 años, apagó la luz del periodista, que siempre le declaró la guerra al narcotráfico y al delito desde la pluma. Paz en su tumba.