Estas son las conmovedoras y sorprendentes historias de cómo reaccionan los militares en combate: la mayoría es valiente y dispara, unos pocos lloran o hasta se hacen sus necesidades

Si hay algo de lo que los colombianos se sienten orgullosos, es de sus Fuerzas Militares, que están integradas por hombres valerosos que están dispuestos a dar su vida por la Patria. Uniformados que son altamente preparados en diferentes áreas para enfrentar al enemigo, con tal de salvaguardar la vida de millones de personas.

Lucir la bandera de Colombia para un militar es todo un orgullo y/o un sueño. Por eso, son considerados unos héroes sin capa, llenos de valentía y coraje.

Sin embargo, como en toda profesión, los militares suelen enfrentar momentos difíciles, rudos, en donde la vida de cada uno se pone en riesgo. Se trata de los combates armados, en los cuales las Fuerzas Militares suelen salir victoriosas.

Combates en lo que detrás de cada uno hay historias conmovedoras y sorprendentes, teniendo en cuenta la reacción de cada militar en medio del fuego cruzado, independiente de los años de experiencia.

SEMANA habló con el mayor (r) Jorge Castillo, quien recordó duros momentos mientras estuvo al frente de un pelotón y llegaron a tener de frente a subversivos, derivándose duros combates armados.

“En un combate que nosotros tuvimos en Arauca, eran soldados profesionales que llevan nueve años de experiencia, algunos eran de la región de Santander, otros de la región de Norte Santander, es decir de Cúcuta, todos tenían el mismo entrenamiento. Algunos habían tenido experiencias en combates. Ese día tuvimos un combate de encuentro con el Décimo Frente de las Farc en Arauca, en ese momento. Recuerdo que de los 25 hombres que llevaba, entre seis y ocho se quedaron quietos, en el piso totalmente asustados, no sabían qué hacer, esperaban órdenes”, empezó narrando el mayor (r) Castillo.

De acuerdo con el mayor (r) Castillo, a pesar de las órdenes que les daban los superiores, los militares no reaccionaban y, por el contrario, algunos actuaron de distintas maneras en medio de las balas.

“Otros soldados dejaron el armamento y salieron corriendo detrás de los guerrilleros. Que no es común, pues cómo van a combatir si no tienen sus armas. Otros cuantos hicieron una maniobra de envolvimiento y siguieron con el combate. Al final de este ejercicio resultaron como dos soldados perdidos. A otro soldado lo encontré detrás de un árbol llorando, suplicando que por favor quería hablar con la mamá. Otro soldado, después de la emoción del combate, se dio cuenta de que se había hecho sus necesidades encima”, agregó en entrevista con SEMANA.

Otra historia que recordó el mayor (r) en SEMANA fue una que vivió junto a sus hombres en el río Mira, en el departamento de Nariño. Contó que desafortunadamente algunos militares cayeron en un campo minado y, a pesar de que sus cuerpos había resultado afectados producto de la explosión, no todos se habían percatado de los daños en sus extremidades.

“Recuerdo tanto que unos soldados cayeron en una mina y perdieron sus miembros inferiores y ellos no sentían nada. Es decir, ellos no sabían que estaban heridos. Normalmente, pasa que cuando se está herido en la cabeza, en los hombros, o donde sea; uno no sabe que está herido hasta que se ve y siente el shock. En algunos combates lo que pasa es que a usted le puede meter dos o tres tiros y lo único que al final termina sintiendo es un frío y lo cuentan muchos de los que han estado así (...) Por la energía del combate, por la furia del combate, por esa adrenalina que le da el cuerpo, usted sigue combatiendo y piensa que está completo, bien, porque la mente es mucho más fuerte en ese momento, que el mismo cuerpo”, aseveró.

En tal sentido, el mayor (r) declaró que en muchos de los casos la reacción de los militares en medio de un combate depende de la adrenalina que esté experimentando en ese momento cada uno. También destacó que por más años de experiencia, el miedo siempre estará latente.

“Es el miedo a la muerte, es la adrenalina. Sin embargo, los mejores soldados, por ejemplo, los que ya han sido fogueados en esos combates y siempre son destacados, ellos pasan a un grupo especial. Los grupos especiales en Colombia son las Fuerzas Especiales y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que también ya tienen un nivel más alto en cuanto a estos temas psicológicos”, aseveró el oficial (r).

Por otra parte, el mayor (r) explicó que es más fácil estar en un combate atacando, cuando se toma por sorpresa al enemigo.

“Es diferente cuando a uno lo toman por sorpresa o cuando el enemigo lo está esperando, porque eso se vuelve un desorden completo (...) en esas situaciones es muy difícil tener el control de todo, sobre todo el control emocional. Y al final del combate pueden terminar soldados a 200, 300, metros, perdidos; hay soldados que ni siquiera aparecen y lo mismo le pasa a los grupos terroristas y a cualquier Ejército del mundo”, añadió.