Judicial

“¿Este es el Gobierno del cambio?” Hija de Jorge Enrique Pizano, exauditor de la Ruta del Sol, se va lanza en ristre contra la Presidencia de Petro

María Carolina Pizano hizo una fuerte denuncia por el caso de la megaobra que se vio inmersa en graves hechos de corrupción. Al sol de hoy no han pagado las deudas que tenían con Jorge Enrique Pizano.

Redacción Semana
24 de junio de 2024
jorge enrique pizano
JORGE ENRIQUE PIZANO GERENTE DEL ACUEDUCTO ACUEDUCTO AGUA Y ALCANTARILLADO DE BOGOTA BOGOTA 3 ABRIL 2009 FOTO DANIEL REINA ROMERO REVISTA SEMANA | Foto: Daniel Reina Semana

Una fuerte denuncia hizo por medio de su cuenta de la red social X María Carolina Pizano, hija del ingeniero Jorge Enrique Pizano Callejas, exauditor del proyecto de la Ruta del Sol II, y uno de los principales testigos del caso Odebrecht en Colombia.

En un post reseñó que se han presentado varias denuncias y quejas en contra de Darío Laguado Monsalve, actual agente liquidador de la megaobra, que se vio inmersa en el escándalo por el pago de sobornos de la multinancional brasileña para quedarse con la obra de infraestructura en el norte de Colombia.

Pese a que Laguado –asegura María Cristina– se había comprometido a pagarles lo que “le debían” a Jorge Enrique Pizano por su trabajo, hasta el sol de hoy no ha cumplido nada. “Ha sido denunciado por meses y la Presidencia actual Gustavo Petro engavetó todo. ¿Este es el Gobierno del Cambio?”.

Ruta del Sol II
Ruta del Sol II | Foto: Colprensa

Desde el año 2015, Jorge Enrique Pizano Callejas presentó varias advertencias sobre irregularidades en la ejecución del proyecto de obra vial, asegurando –desde su cargo de auditor– que se estaban presentando millonarios sobrecostos y contratación injustificada.

Igualmente, puso el dedo en la llaga sobre el presunto movimiento de sobornos para beneficiar a Odebrecht. El 8 de noviembre, Pizano falleció en su casa en el municipio de Subachoque, en Cundinamarca, en extraños hechos que son materia de investigación.

En los últimos meses el caso dio un giro radical cuando el juez tercero de conocimiento de Funza, Cundinamarca, rechazó tajantemente la solicitud presentada por la Fiscalía General para cerrar la investigación, ordenando que se siguiera con las pesquisas para establecer los hechos que rodearon la muerte del ingeniero.

“La proposición de la Fiscalía General no cumplió con demostrar fehacientemente la causal invocada”, aseveró el juez en la audiencia celebrada el pasado 8 de marzo. “Se determinó que no hay lugar a precluir la actuación por el deceso del indiciado. La Fiscalía únicamente demostró que Alejandro Ponce de León murió por haber ingerido líquido de una botella que contenía cianuro de potasio que se encontraba en el escritorio de la habitación de su progenitor”.

En este sentido, el togado consideró que no es clara la forma como llegó el cianuro a la mencionada botella de agua saborizada y la supuesta compra de las pastillas con este químico. Igualmente, se aseveró que se omitió por completo el hecho de la continua presencia de personas en la finca de Jorge Enrique Pizano.

“Existen dudas sobre la muerte por causas naturales de Jorge Enrique Pizano Callejas, sumado a una serie de inconsistencias en el recaudo y manejo probatorio y evidencia de vital importancia en el presente caso”, manifestó el juez de conocimiento. “Existen serias falencias y contradicciones de algunos testigos, por tanto, existen hipótesis que la Fiscalía no abordó para esclarecer los hechos”.

En el análisis del caso, el juez hizo un fuerte llamado de atención sobre los argumentos de la Fiscalía General en la solicitud de preclusión registrada en noviembre pasado. “Si bien se trata de una causal netamente objetiva, y bastaría con demostrar la muerte del indiciado, fue la misma Fiscalía la que, a través de su postulación, pretende justificar cómo Jorge Enrique Pizano Callejas, quien falleció días antes de su hijo Alejandro, termina siendo el posible autor de una conducta que tipifica como ‘homicidio accidental’, viéndose en la necesidad de construir una serie de indicios que consideró probados, para de allí concluir que el único al que se le puede atribuir la conducta era a Pizano Callejas”.

En la lectura del resuelve, el juez manifestó: “Quedó suficientemente claro que la hipótesis elegida por la Fiscalía es solo una posibilidad dentro de la alta gama de probabilidades que resultan igualmente válidas para la averiguación del responsable de la muerte de Alejandro, y que este no despejó. En el recorrido del análisis probatorio, encontró este despacho ciertos pasajes de la investigación en condiciones de incertidumbre y de informaciones incompletas: vacíos y dudas a los que el ente acusador debe darles respuesta”.