política
Este será el rumbo del Centro Democrático para la primera vuelta presidencial
El partido no tiene candidato oficial. Ha habido renuncias y algunos piden ajustes en la dirección. ¿Qué viene en las próximas semanas?
El Centro Democrático, que hace ocho años fue la principal fuerza electoral en el Congreso y que se creó para hacerle oposición a Juan Manuel Santos en 2014, siente el desgaste y hoy está al margen de la contienda electoral. Con la victoria de Federico Gutiérrez en la consulta del Equipo por Colombia y la adhesión al día siguiente de Óscar Iván Zuluaga a ese candidato a nombre propio, la colectividad quedó a la deriva y en búsqueda de un aspirante que lo represente, una tarea que hasta ahora no ha podido concretar.
El expresidente Álvaro Uribe, en una reunión posterior a ese resultado electoral, reconoció el difícil momento por el que atraviesa el partido. Perdieron curules, pasando de 19 escaños en Senado a 13 con respecto a 2018, y Federico Gutiérrez, el candidato que seguramente disputará la presidencia con Gustavo Petro en la segunda vuelta, no proviene propiamente de las filas del uribismo.
Por eso, en el Centro Democrático nombraron un grupo de cinco líderes para salir a buscar alianzas. Paralelamente, programaron una encuesta para consultar a las bases y que sean ellas las que decidan el rumbo de la colectividad.
En medio de todo ese proceso, que va a cumplir un mes, María Fernanda Cabal, Alirio Barrera, Miguel Uribe, Paloma Valencia y Óscar Darío Pérez se han reunido con Íngrid Betancourt, Rodolfo Hernández, Enrique Gómez y Federico Gutiérrez, entre otros representantes de diferentes sectores. Todos les han dicho que van solos a la primera vuelta.
La simpatía por Gutiérrez es evidente. Cabal, que fue una de las que mostraron cautela con él, al pedir que lo quería conocer mejor, ya se tomó la foto con el candidato. El enlace fue Alejandro Char y el encuentro se dio en Barranquilla.
Algunos dicen que, tras la Semana Santa, se podrían estar conociendo los resultados de la encuesta, pero otros consideran que se debe tener todo el rigor para llevar a cabo ese proceso. De hecho, aún está abierta esa posibilidad y los filtros han servido para que únicamente los verdaderos uribistas voten allí una vez.
Varios vaticinan que el favorito es Gutiérrez. “En la campaña de Fico ya está la mayoría de la militancia y buena parte de la bancada”, reconoció Ernesto Macías. Otros como Gabriel Velasco apoyan la idea de dejar en libertad, a pesar de que él también está con el exalcalde de Medellín.
Aunque la adhesión a Gutiérrez parece más que clara, la colectividad no quiere ponerle el logo al candidato, quien se ha caracterizado por congregar a distintos sectores y hacer una campaña independiente. En últimas, saben que esto sería darle la razón a la izquierda, que lo ha rotulado como ‘el candidato del continuismo’.
Fuentes de la campaña de Federico Gutiérrez le dijeron a SEMANA que, si bien se espera que el uribismo en bloque lo apoye, hay temor por tener que ‘tomarse la foto’ con el partido, pues alimentaría la idea de quienes lo llaman ‘Duque II’.
Algunos consideran que el Centro Democrático se convirtió en una especie de ‘patito feo’ en estas elecciones. Prueba de ello fue lo ocurrido antes de las consultas presidenciales, cuando el Equipo por Colombia no permitió la entrada de Óscar Iván Zuluaga, aunque Gutiérrez siempre la respaldó.
¿Cómo llegó el Centro Democrático a esta coyuntura tan compleja? Son varios factores los que le han jugado en contra. Uno de ellos son las grietas internas que se han evidenciado y que han impactado el proceso electoral.
La gestión del presidente Duque ha sido cuestionada por un sector que siente que el mandatario abandonó algunas de sus bases que llevaron a elegirlo. Con esa idea ha estado un ala uribista más pura, representada en liderazgos como el de Cabal, mientras que otros se han alineado con el mandatario y lo han defendido, como Ernesto Macías y Edward Rodríguez.
“Un sector del partido ha sido el principal enemigo del Gobierno y solamente por resentimiento, porque no los nombraron en el Gobierno”, aseguró Rodríguez, y pidió hacer una “catarsis” y revisar el tema en las directivas.
En el caso de Macías, el senador ha criticado a Cabal y al sector que ella representa, pero también se ha ido lanza en ristre contra Nubia Stella Martínez, directora del partido. “Debería hacerse a un lado, debería salir de la dirección”, aseguró Macías.
Ese sector ha pedido que Martínez dé un paso al costado porque no está de acuerdo con su gestión, aunque otro grueso de los congresistas y el mismo expresidente Uribe la respaldan.
Algunos han aprovechado lo sucedido con la disminución de curules en estas elecciones para cuestionar la dirección. Sienten que hubo pasividad desde la colectividad, mientras que el Pacto Histórico logró recuperar miles de votos. Sin embargo, SEMANA conoció que desde la dirección se han adelantado distintas gestiones para evidenciar la gravedad de lo que sucedió con la Registraduría.
A eso se sumó que los hijos del expresidente Uribe, Tomás y Jerónimo, dejaron su carné de militantes hace unos meses, según integrantes de la colectividad, por diferencias frente al rumbo del partido.
Otra renuncia fue la de la nueva ministra de Vivienda, Susana Correa, que evidencia que las relaciones con el Gobierno no pasan por su mejor momento. En el caso de la funcionaria, se trató de una manifestación en contra de la renuncia que le pidieron al candidato Daniel García Arizabaleta, cercano a la ministra y quien tuvo que salir de la contienda electoral días antes de las votaciones por una imputación de cargos en su contra, por parte de la Fiscalía, por el escándalo de Odebrecht.
Uribe se ha mantenido alejado de todo este proceso y ha defendido la gestión de Martínez. Además, varios recalcan que el Centro Democrático ha sido uno de los partidos más transparentes y que más se ha blindado, teniendo un comité de ética para evaluar a los candidatos y contratando encuestadoras para realizar todos sus procesos de consulta a las bases.
El expresidente salió a las calles a buscar votos para sus congresistas, pero no ha tenido mucha incidencia en la escogencia del candidato al que van a apoyar. Uribe reconoce que el proceso judicial en su contra le ha generado desgaste y ha tenido que enfocarse en su defensa.
Muchos interpretan que la crisis del partido viene desde las elecciones regionales en 2019, en las que la colectividad perdió curules en Antioquia, considerado el fortín y el muro de contención contra la izquierda.
El discurso de la oposición al acuerdo de paz de La Habana ya no es un tema central. De hecho, Federico Gutiérrez ha dicho que con él no funciona esa crítica de “hacer trizas la paz”, porque él sí apoyó el acuerdo a pesar de los reparos que tiene.
“Hoy esos ‘enemigos’, Santos y el proceso de paz con las Farc, ya no están y el discurso del castrochavismo y el miedo a ser como Venezuela se desgastó”, aseguró Rodrigo Sánchez, politólogo de la Universidad Nacional.
El Centro Democrático puede retomar el rumbo. Uribe sabe que se le debe dar un timonazo a la colectividad y se habla que después de elecciones podrían venir cambios. La idea de tener varios líderes a la cabeza ha llamado la atención.
Cuentan con amplias bases y representan el pensar de un gran sector de la sociedad. Los nuevos liderazgos como el de Miguel Uribe o Andrés Forero han llamado la atención, sumado al repunte de Cabal o Alirio Barrera y el protagonismo que ha tenido Paloma Valencia.
Algunos analistas consideran que el partido debe tener un viraje en su discurso, manteniendo las bases que lo han llevado al poder.