Cauca
Estudiantes de vereda Dominguillo, norte del Cauca, reciben clases bajo el sol porque no tienen aulas
Los alumnos salieron a protestar para exigir una infraestructura digna.
Una situación lamentable viven centenares de niños, adolescentes, jóvenes y docentes de la Institución Educativa Técnico Agropecuario de la vereda Dominguillo, en el municipio de Santander de Quilichao, norte del Cauca.
La institución está ubicada en el sector del Llano, donde ha estado ubicada desde su fundación; sin embargo, la infraestructura anterior fue demolida porque representaba un riesgo para la población estudiantil.
La promesa hecha por las secretarías de Educación departamental y municipal fue que las obras de remodelación se harían a la mayor brevedad. No obstante, dichas reparaciones hasta ahora no han llegado, lo que obligó a la comunidad y directivas del colegio a disponer improvisadas carpas para que los estudiantes puedan recibir las clases.
Esa medida improvisada ha condenado a muchos alumnos a recibir clases bajo el sol y a la merced del agua cuando llueve. Ana Victoria Castillo, estudiante y contralora del Institución Educativa Técnico Agropecuario de Dominguillo, manifestó que este miércoles realizaron una protesta simbólica “porque queremos hacer valer nuestros derechos como estudiantes”.
Y agregó que: “No tenemos aulas, la mayoría de estudiantes reciben clases en unas carpas improvisadas. Exigimos el cumplimiento inmediato de la construcción de las aulas escolares”.
Ante esta situación, muchos estudiantes han presentado problemas dermatológicos por la constante exposición a altas temperaturas. De no ser atendida esta problemática, alumnos y profesores harán una protesta en la vía Panamericana, que comunica al municipio de Santander de Quilichao con Popayán.
En esa misma región del país se conoció en los últimos días una grave denuncia ambiental que involucra un megracriadero de marranos en el sector de cabecera Dominguillo.
De acuerdo con la denuncia, desde la finca La Península están vertiendo desechos de los animales a una quebrada que luego desemboca en el principal río de la vereda, lo que ha generado una contaminación sin precedentes.
En la zona abundan moscas, malos olores y el río con un color diferente al que venía presentando en las últimas décadas.