Nación
Etnocidio: así calificó el presidente Petro a las violaciones sistemáticas de niños y niñas indígenas en el Guaviare
A pesar de las frecuentes críticas en contra de la actual dirección del ICBF, en cabeza de Concepción Baracaldo Aldana, el Presidente ha confiado en que una investigación de parte de la entidad logre avances en el tema.
Este sábado el presidente Gustavo Petro calificó como “etnocidio” los casos de violación sistemática de niños y niñas indígenas ocurridos en regiones de la selva amazónica, como el departamento del Guaviare.
Las declaraciones se dieron en un encuentro con líderes y lideresas del Suroeste Antioqueño, que se realizó en el municipio de Jericó en Antioquia.
El camino de prostituir los hijos
El Mandatario aseguró que en muchos casos estos abusos y violación sistemática de menores, no se han dado de manera clandestina, sino con la complicidad de las propias comunidades.
Esta “no es una actividad clandestina hecha contra la misma familia, la misma comunidad, sino que se han alcanzado, de ahí la sistematicidad del problema, niveles de complicidad de la misma comunidad, que no ve otro camino que prostituir a sus propios niños para obtener comida” aseguró.
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¿Por qué etnocidio?
El etnocidio se define como una forma de destrucción de la cultura de un pueblo, particularmente se habla de etnocidio para referirse a la liquidación de las culturas indígenas.
De acuerdo con Petro esto actos no corresponden solo a un delito que el Código Penal establece, refiriéndose al abuso y la violación de niños y niñas, sino que es también un etnocidio que está acabando con culturas como la de los Nukak Makú, el último pueblo andante de la selva amazónica.
Además, Petro habló de que esta realidad produciría una eventual destrucción periódica de las propias culturas indígenas. “Colombia ha visto imposiciones sobre lo territorial, sobre lo local, destrucciones reales que no solamente pasan por las cosas físicas, sino que pasan por la destrucción de las culturas”.
Y añadió: “Cuando muere una cultura, se habla de un etnocidio. El etnocidio no tiene que ver con muertes de personas. Tiene que ver con la muerte de las culturas”.
Investigación por parte del ICBF
El pasado viernes el presidente Gustavo Petro ordenó el envío de una comisión especial del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, y de la Presidencia de la República, para atender las distintas denuncias de violencia sexual contra menores de edad en el departamento del Guaviare.
“He pedido que una comisión del ICBF y de la Presidencia se desplace inmediatamente al Guaviare y atienda las denuncias de violaciones a menores de edad. Este horror lleva años estimulado por la impunidad. Se iniciarán todas las investigaciones, incluso por la omisión de funcionarios” declaró desde su cuenta de Twitter.
Investigación a militares por delitos sexuales contra menores
Más de 100 militares están siendo investigados por explotar sexualmente a niños y niñas en el Guaviare, a cambio de comida y dinero.
El propio presidente Petro ha asegurado que son 118 los que están siendo investigados por estas conductas, que harían referencia a los últimos tres años, en una zona de tolerancia de San José del Guaviare, capital del departamento del Guaviare.
“Desde el 2019 se inició una investigación en la fiscalía sobre 118 miembros del ejército por violaciones en San José del Guaviare. Espero hayan avanzado lo suficiente para tomar las medidas pertinentes” aseguró Petro, que además añadió “¿Hay una dignidad de la Patria? ¿Hay una dignidad de la madre tierra? Sí y mil veces sí. La dignidad de sus mujeres y de sus niñas que nadie debe mancillar”.
La denuncia particularmente estaría relacionada con indígenas de las poblaciones Jiw y Nukak y al menos un militar estadounidense estaría involucrado en los hechos.
La investigación periodística ‘La ley de la selva’, que fue llevada a cabo por la cadena de televisión Univisión y encabezada por el periodista Gerardo Reyes describe con detalle este problema.
Justamente Reyes le contó a SEMANA su percepción sobre esta difícil situación: “Allí existe la creencia cultural, dentro de estas comunidades indígenas, de que las niñas después de que tienen la menstruación, ya gozan de libertad sexual y los padres no intervienen en eso. Ahí ya empieza el choque cultural, porque eso en la ley colombiana es violación, pero para ellos es libertad sexual”