POLÍTICA
Exasesor político de Rodolfo Hernández rompe su silencio y hace explosivas revelaciones: “Él no quiso ganar la Presidencia, se asustó”
En entrevista con SEMANA, Óscar Jahír Hernández, exasesor político de Rodolfo Hernández, revela los secretos de la campaña y por qué el ingeniero renunció al Senado.
SEMANA: Rodolfo Hernández renunció al Senado. ¿Qué pasó?
ÓSCAR HERNÁNDEZ: Inicialmente, a él le recomendaron que, estando en el Senado, sus investigaciones estarían en manos de la Corte Suprema de Justicia y podrían tardar más. Pero con lo que no contaba era que sus procesos llegaron a la Sala de Juzgamiento y no a la de Instrucción. En ese sentido, avanzaron de forma rápida y eso pudo generarle una sorpresa muy grande en materia jurídica. Por eso, no veo a Rodolfo participando en las elecciones a la gobernación de Santander. De ser así, y como aforado, volvería a estar en manos de la Corte.
SEMANA: ¿Qué pasará con él en lo que resta de año?
O.H.: Podría desaparecer de los medios. El golpe que le acaba de dar el Consejo Nacional Electoral (CNE) a su partido es muy fuerte, especialmente para él y su familia, que estaba manejando la organización. Ese, precisamente, fue uno de los peores errores que cometió Rodolfo: dejar la Liga de Gobernantes en manos de la familia y creer que se podía manejar desde el comedor de su casa.
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SEMANA: ¿Le ve fuerzas a Rodolfo en Santander?
O.H.: No como antes. Hay una particularidad en las campañas regionales y es que hay que salir a trabajar. Él, al principio, llamaba la atención, pero el país y la región conocieron su personalidad. Si hay algo que caracterice a Rodolfo es que él no camina por la región. No saldrá a los municipios.
SEMANA: ¿Qué opina de la pelea de Rodolfo con Marelen Castillo, quien fue su fórmula a la vicepresidencia? ¿Es la historia de una traición?
O.H.: A Rodolfo lo asesoraron muy mal. Le dijeron que podía manejar el partido de forma individual, y sus asesores no fueron capaces de informarle que es un ejercicio democrático de los ciudadanos y ellos tenían que estar en el partido. Marelen sintió que hacía parte de una estructura política, pero era un cero a la izquierda. Eso desdibujó mucho a Rodolfo como hombre y político. Eso le salió mal y le terminó generando un problema que para él es muy grave: la recuperación de los dineros de la votación de la campaña presidencial. Él pidió un crédito bancario y aún hoy está pagando intereses diarios.
SEMANA: ¿Cómo así?
O.H.: Él le pidió un crédito bancario a una entidad comercial por 4.000 millones de pesos y paga intereses diarios. Cuanto más le demoren el pago de los dineros por reposición de votos, tras la decisión del CNE de congelar el partido, más intereses tendrá que pagar. Así que, si el CNE toma una decisión tarde, habrá pagado intereses de 4.000 millones que no tenía proyectados en las cuentas de la gerencia de la campaña. Tendría que pagarlos de su bolsillo y eso le generaría un daño mucho peor.
SEMANA: Usted fue el hombre de confianza de Rodolfo. ¿Cómo fue el acuerdo del préstamo que él le hizo a Marelen?
O.H.: Ella le manifestó que salir a hacer campaña a su lado sería complicado porque su único ingreso era su salario. Rodolfo le respondió que no se preocupara, que le pagaría su salario para que fuera su fórmula vicepresidencial durante los meses que durara la campaña y que, cuando ganaran, ella le devolvería el dinero prestado. Ahora, cuando Rodolfo le cobró a Marelen, ella le respondió que no ganaron. Rodolfo entró en cólera y no le dio la oportunidad ni de hacer un plan de pagos para devolverle ese dinero. Son más de 70 millones de pesos.
SEMANA: ¿Desde qué momento Rodolfo se alejó de Marelen?
O.H.: Desde la primera semana de campaña. Él no se siente cómodo trabajando en equipo. Aprecia la individualidad por el carácter que tiene, siente que con su propia personalidad arrolla. No le gustan las fórmulas. No se sintió cómodo trabajando con Marelen. También hubiera ocurrido con Paola Ochoa o con cualquiera. Ahí están las explicaciones de por qué no se sintió cómodo en el Senado.
SEMANA: ¿Cuál fue el episodio más duro de Rodolfo con Marelen?
O.H.: Cuando le contaron que ella estaba ofreciendo avales del partido en el Valle del Cauca. Eso fue un detonante en plena campaña. Entró en cólera, pero en el fragor de la campaña no hubo espacio para que le pidiera explicaciones. Eso lo alejó mucho más.
SEMANA: ¿Rodolfo gritó a Marelen en el Congreso?
O.H.: El día de la posesión en el Congreso se le acercaron a Rodolfo algunos exmagistrados del CNE para informarle cómo iba la solicitud que había hecho de crear el partido. Marelen entró en la conversación y dijo que estaba muy interesada en saber. El ingeniero se enfadó y le respondió con tono vehemente. Le dijo que ella no tenía por qué interesarse, pues le dijo que no había aportado nada en la creación del partido.
SEMANA: ¿Por todo esto no se los vio juntos en los últimos días de la campaña?
O.H.: No solo por eso. En los últimos días de la campaña, Rodolfo entró en una especie de Triángulo de las Bermudas. Nadie tuvo acceso a él, sostuvo reuniones con personas que nunca estuvieron en la campaña. Él se asustó con la posible victoria que se avecinaba. La segunda vuelta fue un completo desastre para la campaña. Dejó a un lado al equipo de comunicaciones. Entonces, no es raro que se haya alejado aún más de Marelen. En la sede de campaña en Bucaramanga nos prohibieron la entrada, incluyendo a los representantes electos de la Liga. La orden la dio Socorro Oliveros y sus asesores porque no querían que nadie se destacara en la campaña. Pero el tema era destacar al ingeniero.
SEMANA: ¿Rodolfo quería ganar la presidencia?
O.H.: Él manifestaba querer ganar la presidencia, pero la gente empezó a ver que no quería ganar. A veces siento muy en el fondo que se asustó. Si él hubiera querido ganar, tenía todo para hacerlo: 15 días para viajar por el país, recibir los apoyos de los más de 5 millones de votos de Federico Gutiérrez, pero no recibió a nadie. No quiso nada. Cuando uno ve eso, entiende que no quiso ganar. Es el único candidato en el país que se mete en una piscina en una segunda vuelta, en vez de salir a trabajar por su candidatura.
SEMANA: Viendo todo eso, y en su papel de asesor, ¿no le llamó la atención?
O.H.: Se lo decían los asesores, sus propios hijos, pero él manifestaba que necesitaba esos fines de semana para recuperar fuerzas. No hubo nadie que le quitara eso de la cabeza.
SEMANA: ¿Cómo vio el abrazo de Gustavo Petro, recién elegido presidente, y Rodolfo?
O.H.: Fue un error gravísimo de comunicación. El problema no fue la foto, sino el mensaje, una lacónica frase que decía “comenzó el cambio”. La gente se molestó y entendió que él había trabajado de la mano con Petro.
SEMANA: ¿Qué opina de la oposición que Rodolfo le hizo a Petro?
O.H.: Ha sido el peor papel que ha jugado un opositor en el Gobierno en este país. Oponerse un día sí y al otro no desdibuja la imagen de cualquier persona en política. Una de las cosas más importantes que hay que tener es carácter y lo más increíble es que Rodolfo era el candidato que más carácter tenía en la campaña, pero quien menos carácter tuvo para enfrentar a Petro.
SEMANA: ¿Qué tan amigos son Petro y Rodolfo?
O.H.: Rodolfo tuvo cinco reuniones con Petro antes de la campaña y siempre manifestó que Petro era un hombre distante, alejado, que no miraba los ojos, que no hablaba. Rodolfo no lo entendía. Ahí, más que un acercamiento de amistad, creo, hubo demasiado respeto por su rival y contrincante. Hubo un exceso de debilidad de Rodolfo hacia Petro que le está costando políticamente.
SEMANA: Varias personas terminaron alejadas de Rodolfo en los últimos meses, incluyendo los representantes a la Cámara elegidos por la Liga y otros aliados. ¿Por qué?
O.H.: Rodolfo no aprendió a valorar el sentido de la amistad. Quienes estuvimos con él lo hicimos porque creíamos en una filosofía política y en su carácter. Pero, cuando perdió, él sintió que comenzaba una nueva etapa en su vida. Decidió poner punto final y empezar de cero, como lo hizo en su alcaldía. Él dice que todos los traicionan y, por eso, no les da valor a las personas que tiene cerca. Para él es más fácil desechar a la gente y empezar desde cero.
SEMANA: El partido político de Rodolfo lo maneja su esposa, Socorro Oliveros…
O.H.: El partido se le debe a la gente, no a su esposa, tampoco a sus hijos, se le debe a la ciudadanía que confió en él. Si Rodolfo no tiene la grandeza como político de entregarlo al país como su gran legado, el partido está liquidado. No saben cómo trabajar en él. Está dirigido por personas que nunca han trabajado en política y están vueltas un ocho en una oficina porque no saben cómo tratar a las personas.
SEMANA: ¿Es cierto que hay gente que se ha salido del partido porque no toleran a la esposa del ingeniero?
O.H.: El genio de Socorro puede llegar a ser mucho peor que el de Rodolfo. Ella lo ha acompañado en su vida empresarial, pero siempre ha estado en desacuerdo con sus decisiones políticas. Por eso, a todo el mundo le extraña que quien dirija el partido sea la persona que más ha criticado la actividad política del ingeniero.
SEMANA: ¿Es posible que nazca un nuevo movimiento o partido político con todos los rebeldes contra Rodolfo?
O.H.: Se está trabajando en eso. Si me lo pregunta, también estaré dispuesto a acompañar a los representantes y a Marelen Castillo en la conformación de un movimiento que le permita a la gente que apoyó a Rodolfo desarrollarse políticamente. Estoy completamente seguro de que se logrará. Me reuní con ellos en Bogotá y siento que hay muy buen ambiente.
SEMANA: ¿Cuál es la estrategia?
O.H.: Si se llega a aprobar la reforma política, habrá un chance muy grande de generar un partido porque solo se pide el 0,2 por ciento del cociente electoral, 80.000 afiliados a un movimiento que podría convertirse en partido. El mejor favor que le hizo Socorro a los representantes de la Liga de Gobernantes fue sacarlos porque no puede haber nadie en el Congreso sin la representación de una casa política, y Érika Sánchez forma parte de la oposición. Ella no tiene partido y tiene todo el derecho de reclamar ante el CNE una personería jurídica. Hemos avanzado en un 80 por ciento. Ya casi tenemos estatutos. Haremos una convención.
SEMANA: ¿Por qué Rodolfo no incluyó a Marelen y a los congresistas en los estatutos de su partido?
O.H.: Había un descontento en lo personal con ellos. Había agravios, problemas de relaciones personales, y consideraron que el tema de los avales podría convertirse en un negocio para la gente. No querían que nadie manejara avales, excepto ellos: Rodolfo, su esposa, sus hijos y los empleados de la constructora.
SEMANA: ¿Cuál fue el momento más difícil de la campaña?
O.H.: Cuando Rodolfo no quiso ir al debate con Petro en RTVC. Eso marcó un momento de tensión muy grande en el movimiento. Comenzamos a recibir el rechazo de los colombianos frente al posible miedo que le tenía Rodolfo a Petro. Cuando llegó el momento y él decidió no hacerlo, la campaña se desdibujó, se desdibujó el hombre frentero, el candidato que le estábamos vendiendo a los colombianos como un hombre con berraquera. Eso generó una catástrofe en la campaña. No sabíamos con quién tratar ni qué hacer, si hablar con Alfonso Prada, con RTVC, fue como si le hubieran lanzado una bomba a la campaña. Todo el mundo empezó a andar por caminos diferentes; mientras, Rodolfo no marcó línea y desapareció del contexto político.
SEMANA: ¿Hay otros episodios fuertes de la campaña?
O.H.: Cuando el ingeniero apareció en una fotografía en un yate en Estados Unidos con unas mujeres en vestido de baño. Sentimos que a nivel nacional los equipos femeninos se alejaron completamente de la campaña, pero él no dio explicaciones del tema. Es uno de sus mayores silencios. También cuando lo señalaron de cobrar por los avales para la Cámara por Santander. Rodolfo manifestó que las críticas provenían de tres gatos, pero esos supuestos felinos terminaron convirtiéndose en medio país. Hubo algo particular que fue una distorsión en las comunicaciones con el tema del peluquín. Los asesores le recomendaron que tenía que maquillarse el cabello, pero visualmente parecía como si tuviera peluquín. Se parecía a Donald Trump y generó muchas burlas. Hubo una crisis interna por ese tema. También cuando buscó a su vicepresidente. Él entró en un desespero. Marelen llegó por recomendación de Donaldo Ortiz, un médico, amigo de Rodolfo, quien le sugirió acercar su campaña al clero. Y le habló de Marelen, quien laboraba en Uniminuto.
SEMANA: ¿No fue real la versión de Rodolfo de que el nombre de Marelen salió de las redes sociales?
O.H.: No fue real. Se recibieron muchos nombres por redes sociales, pero la recomendación de su amigo pesó más.
SEMANA: Por último, ¿no cree que Rodolfo lo llame desleal?
O.H.: Rodolfo sabe que la política se hace con la gente, pero, cuando usted la suelta, esas personas tienen todo el derecho de continuar con sus sueños. Hablar de deslealtad no tendría cabida. Lo que sí la tiene es el desagradecimiento que ha tenido la Liga con esas personas que construyeron el partido.