Jorge Briceño con Romaña. Guerrilleros de las Farc. Foto:León Dario Peláez.  Ene 99
Jorge Briceño con Romaña. Guerrilleros de las Farc. Foto:León Dario Peláez. Ene 99 | Foto: León Dario Peláez

Nación

Exclusivo: así eran las borracheras de Romaña y Santrich antes de ser asesinados en Venezuela

SEMANA conoció cómo vivían los jefes de la Segunda Marquetalia en el vecino país. Qué comían, con cuáles tragos se emborrachaban y hasta qué golosinas pedían que les llevaran desde Colombia.

11 de agosto de 2022

La muerte de los cabecillas de la Segunda Marquetalia en territorio venezolano sigue siendo un misterio, aunque las autoridades colombianas han entregado su hipótesis sobre que se trató de una vendetta entre mafiosos.

El europeo que lleva más de 10 años trabajando como infiltrado

SEMANA conoció el relato de un sujeto que asegura que participó en el operativo, en donde un comando de cazarrecompensas ubicó y asesinó al despiadado Romaña. El informante entregó detalles de cómo fue su relación con Henry Castellanos, alias Romaña, uno de los más sanguinarios exjefes de las Farc, antes de que fuera asesinado.

Sus palabras son directas: “Yo estuve con Romaña casi un año haciéndole creer que era un narcotraficante”. Este sujeto, quien pidió que se le mantenga en reserva su identidad, dijo que su trabajo era hacerse pasar por mafioso, como se lo habían pedido servicios de inteligencia como la CIA, la DEA y el Grate, este último, un grupo especializado antiterrorismo de la Dirección de Investigación Criminal Dijín.

Según su relato, para lograr llegar a Romaña tenía que tender relaciones con excombatientes de las Farc como alias Dumas y alias Chaverra, quienes tenían acceso al temido integrante de la Segunda Marquetalia.

De acuerdo con su relato, él y Romaña tuvieron contacto por diferentes medios a lo largo de un año, en los que incluso se quedó en varias ocasiones en el campamento que tenía montado el jefe de la Segunda Marquetalia en territorio venezolano.

Whisky, bom bom bum, y pescado, lo que pedían Santrich y Romaña

“Nos recogían los canoeros de la Segunda Marquetalia para llevarnos a su finca en el Amazonas venezolano por el río Cuao”, detalló el informante.

De acuerdo con el infiltrado, el plan que le habían planteado las agencias que los habían contactado consistía en escopolaminar a Romaña, como ocurrió con alias Corea, otro importante de las disidencias de las Farc, capturado por la Policía Nacional.

“Romaña no tomaba, el que tomaba era Santrich. Él siempre estaba con Romaña, entonces para entrarle a una persona, meterle en el agua una pastilla, es más difícil y no se pudo”, reveló. La relación entre los tres (informante, Romaña y Santrich) durante el tiempo que estuvo infiltrado, haciéndose pasar como mafioso, traspasó la relación dealer-cliente.

El informante coincidió con lo que han dicho en reiteradas ocasiones las autoridades colombianas: que los jefes de la Segunda Marquetalia vivían relajados en Venezuela protegidos por el Gobierno de Nicolás Maduro.

“Ellos estaban muy tranquilos. Incluso yo vi campos llenos de yuca, maíz, de todo tipo de esas cosas, y ahí se veían los camiones que decían ‘Gobierno venezolano’ y cargaban cosas para llevarse, estaban superbien”, reveló.

Detalló que, para poder acceder al campamento de Romaña, que tenía varios hombres alrededor y que conformaban su anillo de seguridad, tenía que notificarles que se iba a entrevistar con Mauricio, como se le conocía al cabecilla de la Segunda Marquetalia en Venezuela.

“El nombre de él era Mauricio y por radio salía como R1, y así nos dejaban ingresar”, agregó.

Así ubicaban al infiltrado y se movían los fajos de dólares

En medio de sus borracheras, cuenta el informante, Romaña le presentó a la novia con la que vivía en el campamento de la Segunda Marquetalia. “Vivía con una muchacha negrita, venezolana, que era la novia, y ella se quedó en el campamento de Apure, esperándolo en Lorza”, reveló.

Bon bon bum y whisky

Entre los detalles que le reveló el informante a SEMANA, sobre su relación con los jefes de la Segunda Marquetalia antes de ser asesinados en territorio venezolano, reveló que a Santrich le gustaba el Bon bon bum y el whisky, y contó hasta la clase de pescado que comían en el campamento y cómo se los preparaban.