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Exclusivo: el impactante testimonio de Claudia Aguilera, la esposa del fiscal Marcelo Pecci, asesinado en Barú; así ayudó a identificar a los asesinos
SEMANA revela en exclusiva el testimonio de Claudia Aguilera, esposa del asesinado fiscal antimafia Marcelo Pecci. Su relato ante la Fiscalía es desgarrador. Cuenta que logró identificar al asesino.
En medio de la tristeza y el dolor por el brutal asesinato a sangre fría de su esposo, el fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci, en una playa de Barú, en Cartagena,Claudia Andrea Aguilera entregó su única declaración a la Fiscalía y regresó a su país. El testimonio es desgarrador. Cuenta cómo se conocieron, la corta historia de amor que se rompió por las balas, por qué eligieron como destino a Cartagena y un detalle clave para resolver el caso: Aguilera reconoció a uno de los asesinos, a quien ya había visto en el hotel en que se hospedaron.
SEMANA revela en exclusiva la declaración juramentada de la esposa del fiscal antimafia, quien en medio de la crisis sacó fuerzas para detallar los hechos que rodearon el asesinato de Pecci. Este testimonio se conoce días antes de que empiece el juicio contra Francisco Luis Correa, señalado como uno de los cerebros del crimen, el único de los cinco capturados que no aceptó cargos. Sus compinches confesaron y fueron condenados a más de 25 años de prisión.
Se trata de una declaración que entregó en Cartagena, en la seccional de la Fiscalía en Bolívar, en donde arrojó tal vez la principal pista para hallar a los sicarios.
“Yo miré unos videos del hotel y miré al sujeto nuevamente. Es el mismo tipo que yo vi, son las características de esa persona. Luego miré también un video de donde embarcan las lanchas y los jet ski, y es el mismo sujeto. Lo reconozco porque es de contextura delgada, atlética, de buena constitución física, moreno y vestía con ropa oscura, una bermuda y sombrero de ala corta. Es el mismo que le disparó a mi esposo”, dijo con contundencia la periodista Claudia Aguilera.
Los asesinos
La esposa del fiscal Pecci se refiere a un hombre que le pareció sospechoso y que había visto días antes del homicidio arreglando un cielo raso en el hotel donde se hospedaban. Y no le queda duda, fue uno de los sicarios.
“De mi estadía en el hotel (...) me causó curiosidad que había unos sujetos arreglando el cielo raso, ellos estaban allí todo el día y veían a qué hora salíamos, uno de aproximadamente 45 y 55 años de edad, de contextura gruesa, de estatura baja. El otro era más joven, de contextura atlética, de aproximadamente 1,80 de estatura, y tenía una especie de rastas cortas en el cabello”, declaró Aguilera, apenas unas horas antes de abandonar el país.
Embarazada, con pánico por el asesinato de su esposo, totalmente sola, retornó a Paraguay, dejando una de las principales pistas sobre la mesa, pues a partir de ese detalle empezaron los exhaustivos seguimientos de las autoridades. Recogieron cientos de horas de videos en los que filmaron al supuesto obrero, que resultó ser un asesino, y a sus compinches, que luego fueron capturados.
La dura declaración en poder de SEMANA se convierte en la crónica de una historia de amor finalizada a tiros. Aguilera les contó a las autoridades cómo conoció a su esposo, cómo la conquistó, los detalles de sus últimos días en Cartagena y en Barú, y hasta por qué escogió esta ciudad como el destino en el que nunca esperó encontrarse de frente con la tragedia.
Quizá el episodio más doloroso de la declaración fue justamente cuando de su voz salió la narración como testigo presencial del asesinato de Marcelo.
“A eso de las 9:40 él me dice que nos vayamos. Le estábamos dando la espalda a la playa, él se levantó de la silla, y se puso delante mío, se estaba sacudiendo la arena, fue allí cuando escuché los disparos, levanté el rostro y vi al hombre con el arma de fuego, el sujeto era un joven entre 20 y 30 años de edad, ropa oscura, camiseta y pantaloneta, tenía un sombreo, era de contextura delgada, pero atlética, tez morena”.
La historia es triste. La pareja Pecci Aguilera no solo estaba recién casada, hacía poco se habían enterado de que iban a ser papás. Por ser ella una periodista y presentadora famosa en su país, minutos antes del homicidio dieron entrevistas y entregaron la buena nueva a los medios de comunicación.
“Él fue por las toallas y cuando regresó le conté que de mi canal me estaban haciendo una entrevista por el embarazo, se puso conmigo a responder la entrevista, nos preguntaban sobre cómo le íbamos a poner y demás detalles del bebé, después Marcelo se metió al agua de nuevo”, contó en la declaración. Y agregó: “Publicamos unas fotos que nos tomamos el sábado, anunciando el embarazo, el mejor regalo de bodas es la vida llevándote al mejor testimonio de amor”.
Claudia Aguilera se tomó el tiempo para contar cómo fueron esos días en Cartagena y en Barú, cada detalle era importante para la investigación. Es la historia de una pareja de enamorados, contó sus rutinas, paseos por la playa, restaurantes románticos, la costumbre de Marcelo de levantarse temprano y separar con toallas las sillas en primera línea frente al mar.
“El día 9 de mayo de 2022, salimos a la playa a eso de las tres de tarde, allí estuvimos tomando el sol, nos metimos al mar, nos tomamos fotos. Ese día yo publiqué unas fotos del atardecer, en el texto puse ‘Último atardecer en Barú’, porque ya al otro día nos íbamos al mediodía”, explicó.
Y como un presagio de lo que estaba por venir, les contó a las autoridades: “Yo siempre que iba a publicar algo le consultaba, porque él no tenía redes sociales, entonces le decía que si lo podíamos hacer o si se sentía expuesto. Él me decía que no”. Precisamente, las redes sociales se convirtieron en sus verdugos. Al momento de la captura de los criminales, tanto la Fiscalía como la Policía confirmaron que los delincuentes no solo los siguieron a cada sitio que visitaban, sino por sus redes sociales, en las que iban dejando pistas con cada publicación. Las cámaras de seguridad de la ciudad dan cuenta de cómo los sicarios los seguían a cada paso.
Así nos conocimos
“La primera vez que yo supe de Marcelo fue en el 2016, por un video de una entrevista de un operativo en Ciudad del Este, me lo pasó un corresponsal. Era un operativo que Marcelo había hecho contra el narcotráfico”. “En septiembre de 2020 él me escribió al WhatsApp, me dijo que le gustaba mi estilo, que admiraba mi forma de presentar y mi trabajo, me dijo que estaba a disposición por si se requería una nota periodística. De allí en adelante él veía mis estados de publicaciones informativas de mi trabajo y reaccionaba o me hacía comentarios”.
Incluso contó cómo se fue consolidando la relación hasta el momento en que le pidió matrimonio. “Desde finales de noviembre él se quedaba en casa de mis padres conmigo, empezamos a hablar de matrimonio, nosotros venimos de familias muy conservadoras, surgió el tema de casarnos. El día 30 de diciembre fuimos a cenar al hotel La Misión, fue allí donde me propuso matrimonio y me entregó un anillo de compromiso. Empezamos a organizar todo”.
“En marzo empezamos a hablar con el médico para ver la posibilidad de viajar. Ante la respuesta positiva, él (Pecci) me decía que no fuéramos lejos por el viaje pesado y que fuera económico. Las propuestas eran Bariloche (Argentina), norte de Brasil, Punta Cana (República Dominicana) y Colombia. Yo miré en redes fotos de playas y me llamó la atención Barú. Quería conocer Cartagena”, el destino de la tragedia. El resto de la historia está contada. El homicidio se tomó las primeras páginas de los medios de comunicación por lo que implicaba la muerte del fiscal antimafia y por el reconocimiento de la periodista Claudia Aguilera.
Su testimonio fue clave, pero también la reacción inmediata de la Policía y la Fiscalía, que, en coordinación con autoridades paraguayas, desenredaron el crimen y en tiempo récord capturaron a los asesinos, ya en Medellín. Pero a esta historia de amor y crimen le falta un capítulo que está por escribirse y las autoridades ya avanzan con pasos ciertos. ¿Cuáles son las redes de delincuencia mafiosa transnacional que estuvieron detrás del hecho? Está por conocerse.