Denuncia
Exclusivo | Fabián Sanabria, el terror a puerta cerrada y las estremecedoras pruebas de la Fiscalía
SEMANA tuvo acceso, en exclusiva, a las audiencias de imputación y solicitud de medida de aseguramiento contra el profesor Fabián Sanabria por presunto abuso sexual contra el joven Steeven López, en su casa en La Candelaria, en el centro de Bogotá. Los detalles son escalofriantes.
“Usted, señor Sanabria, procede de manera violenta a bajarle el pantalón al joven Steeven. Lo pone boca abajo y le coloca una de sus piernas entre el cuello y la espalda para inmovilizarlo (...) Se acuesta encima del joven haciendo presión sobre su cuerpo y frotándole el pene en la cola mientras el joven Steeven lloraba, para proceder luego a penetrarlo vía anal con su miembro viril”.
Cruda, y no podía ser de otra forma, la descripción con la que la fiscal Gina Paola Jiménez, de la Unidad de Delitos Sexuales, narró al detalle, el pasado 14 de enero, el desgarrador testimonio de Steeven López, uno de los jóvenes que denuncia haber sido víctima de violación por parte del reconocido profesor de la Universidad Nacional Fabián Sanabria. López tuvo una serie de entrevistas con la Fiscalía en las que valientemente entregó el doloroso testimonio, y que terminaron saliendo a la luz, con crudeza, en la diligencia en la que Sanabria fue imputado por el delito de abuso sexual, pero no aceptó cargos.
El testimonio es solo una de las piezas del expediente. La fiscal Jiménez expuso también, entre las pruebas, la historia clínica entregada por la IPS Sies Salud, en la que se encuentra el seguimiento psicológico de la presunta víctima de violación. En este documento hay una referencia concreta de los hechos investigados. Steeven hace alusión detallada y señala con claridad a Sanabria, de quien, asegura, “lo agredió sexualmente de manera violenta”. Asimismo, aparece, como prueba, el informe pericial de psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal, fechado el 26 de octubre de 2021.
Vea aquí los apartes más importantes de la audiencia.
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SEMANA conoció en su totalidad el testimonio, que resulta descarnado y doloroso: “El joven Steeven manifiesta que no quiere que lo bese, por lo cual usted lo aprieta con su mano en la boca y trata de besarlo, mientras él forcejea evitándolo. Nuevamente intenta besarlo, pero ante la negativa del joven se llena de ira y lo abofetea, lo inmoviliza nuevamente tomándolo por la boca con la fuerza, haciéndolo sangrar, luego lo recuesta en la cama y se sube encima del joven”.
En ese momento de la diligencia, a Sanabria, vestido con camisa blanca, se le nota incómodo. Toma un vaso de agua, hace un gesto con la boca, se toca las gafas y se acomoda de nuevo para escuchar el testimonio en boca de la fiscal Jiménez. Lo más crudo de la narración ocurre cuando la fiscal, como lo obliga su cargo, describió el brutal hecho que hoy tiene a Sanabria sentado frente a la justicia: “Toma una correa para golpearlo en la cola; pero, como el joven coloca las manos para evitarlo, usted se enfurece y comienza a golpearlo fuertemente con la correa en el cuerpo, en especial en las piernas, la espalda y los brazos, en múltiples oportunidades, imponiendo así su superioridad y reduciéndolo físicamente. Frente a esto, el joven seguía manifestándole que se quería ir y que ya no le importaba el empleo”.
“No contento con esto, usted se acuesta encima del joven haciendo presión sobre su cuerpo y frotándole el pene en la cola, mientras el joven Steeven lloraba, para proceder luego a penetrarlo vía anal con su miembro viril; momento en el que coloca una almohada en su cabeza, haciendo presión para que no pueda levantar la cara de la cama, tratando de asfixiarlo y diciéndole que no continuara llorando y que no fuera a gritar. Cuando termina de penetrarlo, simplemente usted se levanta, sale de la habitación, situación que es aprovechada por el joven para vestirse rápidamente, tomar su hoja de vida y salir de su lugar de residencia”, concluyó la narración.
En ese momento de la diligencia, el abogado de Sanabria, David Restrepo Naranjo, toma la palabra y controvierte la manera en la que se exponen los hechos, calificando como “lacónica” la intervención de la Fiscalía; insinúa que el sustento o los argumentos no eran claros. Esos fueron los alegatos de la defensa.
La fiscal Jiménez enciende su micrófono, dice que no cambiará de decisión y se mantiene en la posición clara de imputar a Sanabria por lo ocurrido. Además, hace una advertencia ante la jueza para que Sanabria se abstenga de realizar cualquier tipo de declaración, manifestación o apreciación relacionada con los hechos materia de la investigación en cualquier medio de comunicación, redes sociales, canales virtuales y semejantes.
SEMANA indagó en el listado de videos del canal de YouTube del profesor Sanabria y parece que hizo caso omiso a la advertencia de la Fiscalía. Hace tres semanas, publicó un video titulado Contra la censura, que al cierre de esta edición contaba con más de 12.300 reproducciones. Allí Sanabria confiesa estar viviendo “días horrendos refugiado en su apartamento”, en donde ha releído dos novelas: Desgracia, del escritor sudafricano J. M. Coetzee, en la que un docente se enfrenta al escarnio público tras ser señalado de presuntamente incurrir en abuso sexual.
La otra obra es La mancha humana, de Philip Roth, que cuenta la historia de Coleman Silk, un viejo catedrático de una pequeña universidad de Nueva Inglaterra, que se ve obligado a jubilarse cuando sus colegas lo acusan de racista. Sanabria insinúa que todo es parte de una persecución por pertenecer a la comunidad LGTB o por ser un pensador de izquierda. “Han puesto en peligro mi integridad psicológica y moral, incluso física. Son responsables de lo que me pase”. Curiosamente, no niega lo ocurrido, sino que dice que es evidente que los relatos “prescribieron por fecha y por tener incapacidad de mostrar pruebas fácticas que corroboren las acusaciones”.
Los correos en el expediente
SEMANA tuvo acceso también a mensajes que le habría enviado por correo electrónico Sanabria a López y que forman parte del expediente. Uno de ellos, con fecha del 23 de septiembre de 2013, recibido a las 9:35 de la mañana, está firmado como “Fabián Sanabria, director general del Instituto Colombiano de Antropología e Historia”.
“Aquí tiene Steeven, esta purga de mi corazón, para que me reconozca un poco más. De un extremo a otro, cabalgando a medianoche. Desesperado: ¡Tú, hermoso niño! Vamos, ven conmigo. Ven que quiero jugar nuevos juegos contigo”, se lee en uno de los mensajes. Y en otro aparte dice: “Oh fantasma de mi vida, en el rincón de aquella ventana danza tu sombra, vas y vienes por ahí y tu silueta tímida y sensualmente te delata. Nuevamente dejaré mi puerta entreabierta. Suave y muy lento llegarás a mis pies y allí descansarás, en la alborada proseguirás tu huida”.
Estos mensajes, los informes y lo narrado por la Fiscalía pertenecen al voluminoso expediente. SEMANA informó que la Procuraduría visitó hace pocos días la sede de la Universidad Nacional porque la veeduría de la institución no ordenó pruebas ni avanzó en la investigación, pese a tener un cúmulo de denuncias contra Sanabria. Por eso, la Procuraduría pidió copia del expediente. A las afueras de la sede, un grupo de personas protestaban a esa misma hora, bajo la lluvia, con pancartas que tenían un mensaje claro: “Yo sí te creo”. La pregunta es: ¿La justicia le creerá a Steeven López?