Exclusivo | “Jorge Villalobos me acosó sexualmente pero nadie me creyó”, nueva denuncia de una abogada de San Andresito

Lady Mariana Sterling Gaitán tenía 32 años cuando conoció a Jorge Alberto Villalobos Herrera. Para ese entonces era reconocido en el sector de San Andresito de San José por su éxito frente a la gerencia de El Gran San, pero también por sus múltiples escándalos por presuntos malos manejos de dinero en los centros comerciales que había administrado.

Aún así, Mariana no tenía reparo alguno acerca de Villalobos, pues los dueños de Sabana Plaza (el centro comercial ubicado en la calle 13, junto al sector de San Andresito de san José, centro de Bogotá) estaban emocionados con su arribo. Pensaban que les iba a hacer ganar millones y que iba a posicionar al establecimiento de la misma forma que lo hizo en San Victorino.

“Él llegó el 3 de abril de 2014. Para ese entonces yo llevaba un año trabajando en Sabana Plaza como asesora jurídica”, relata Mariana. “El primer acercamiento con él ocurrió en mi cumpleaños, a finales de abril. El señor Jorge me invitó a almorzar en un lujoso restaurante de la calle 93, cosa que en su momento no me pareció extraña, pues era mi jefe directo”.

Pero de la amabilidad pasó al acoso, según la abogada huilense: “La situación se tornó extraña porque me llevó un regalo y comenzó a preguntarme si yo tenía novio, si salía con alguien y de pronto me dijo ¿le puedo hacer una pregunta indiscreta doctora? Entonces comenzó a interrogarme sobre mi vida sexual, sobre cuántos amantes había tenido, etc. Me sentí muy incómoda y le dije que me parecía irrespetuoso, por lo cual me amenazó con no pagar la cuenta”.

La conversación en el restaurante, aparte de tener una connotación claramente sexual, según cuenta Mariana, también buscaba menoscabar su autoestima. “Intentó manipularme con mi condición de mujer separada. Me decía que seguramente me habían dejado por ser mala en la intimidad. Es un tipo maquiavélico, que busca el talón de Aquiles de las personas para poder someterlas y manipularlas”.

Tras volver a la oficina, Lady Mariana buscó ayuda, pero encontró oídos sordos a su denuncia. “En su momento yo comenté lo sucedido en el restaurante con varios miembros de la junta directiva de Sabana Plaza, pero nadie me creyó. Como yo no tenía una grabación o muestras de que el tipo me hubiese tocado, era su palabra contra la mía. Me sentí sola frente al acoso”.

Explica que prefirió callar y no ir a la Policía, pues varias personas le revelaron que Villalobos era un hombre peligroso, relacionado con matones y que podía hacerle daño. Aunque no tuvo forma de corroborar esos rumores, el temor la hizo abstenerse de cualquier acción legal.

Al no acceder a las pretensiones sexuales de Villalobos, el trabajo de Mariana se convirtió en un infierno.

“Desde el episodio del restaurante se transformó en una persona tosca y grosera conmigo en público, pero cuando se acercaba a mi mamá, que era la tesorera del centro comercial, le decía ‘A mí me gusta mucho Mariana y yo sé que un día me voy a casar con ella’. Eso a pesar de ser un tipo ya casado y de ufanarse de su relación todo el tiempo”.

Mariana dice haberse sentido acorralada, humillada y temerosa con la sola presencia de Jorge Villalobos cerca de ella. Lo peor es que su trabajo la obligaba a mantener contacto directo con él.

“Me molestaba mucho tener que reunirme o hablar personalmente con Jorge, porque su actitud y sus miradas eran siempre muy morbosas. Sentía que me desnudaba con la vista y no tenía reparo en demostrarlo. No quería quedarme nunca a solas con él”.

“Yo le tenía miedo, pavor, porque sabía que era un depredador sexual. Quería salir corriendo”.

Relata que no era la única víctima del publicista en dicho trabajo. “Fui testigo de los múltiples maltratos que Villalobos le profesaba a varias personas del centro comercial, entre ellas la secretaria, la tesorera, los celadores y las empleadas de servicios generales”.

Aparte del trauma generado por los meses de presunto maltrato y acoso de Jorge Villalobos en su contra, luego vino lo que Mariana considera como “la venganza del gerente”.

“El 16 de abril de 2015 yo fui a su oficina para que me firmara la renovación de mi contrato de prestación de servicios. Me trató de manera displicente y me dijo que estaba en una reunión y que más tarde me lo firmaba. Lo que sucedió es que nunca firmó el contrato y terminé trabajando varios meses sin paga”.

Lady Mariana Sterling inició además una demanda en contra de Villalobos y otros dos sujetos, esta vez por hurto calificado en mayor cuantía, por hechos ocurridos dentro del mismo centro comercial pero no relacionados con lo narrado en este reportaje.

No volvió a saber nada de Jorge Alberto, hasta que el pasado 13 de abril de 2021, cuando se enteró a través de SEMANA de nuevos casos de supuesto acoso sexual, laboral e incluso una presunta violación a una mujer venezolana, dentro del restaurante Trankilo, en Cajicá.

En ese momento decidió romper su silencio y contactar a las otras víctimas, así como al colectivo Público Cajicá, que ha agrupado los múltiples testimonios en contra de Villalobos.

“Como abogada y como persona, estoy segura de que fui víctima de acoso sexual y laboral por parte de Jorge Villalobos”, afirma de manera contundente Mariana.

Si bien el miedo al sujeto y sus posibles “amigos” no ha desaparecido de la cabeza de la abogada ni de las otras víctimas, ahora cree que confrontarlo directamente es el camino para evitar que sigan presentándose nuevos casos de vulneración a las mujeres por parte de Villalobos.

“Yo cuento esta historia porque fui víctima y creo que es hora de que se haga justicia en contra del señor Jorge Alberto Villalobos Herrera, y no temo denunciarlo con nombre propio. Quiero que las personas a las que también acosó o violó lean el relato de mis hechos y salgan a contarle al mundo, con valor, para que este monstruo sea castigado”, puntualizó.

En revista SEMANA seguiremos buscando contacto con el señor Villalobos para conocer su posición frente a esta y otras denuncias que hemos publicado en nuestro portal web.