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Exclusivo | La aterradora historia que viven más de 600 colombianos migrantes detenidos en Texas, Estados Unidos
SEMANA conoció los detalles de una travesía de varios colombianos que huyeron de las extorsiones en Cali y ahora viven un calvario en los Estados Unidos.
El sueño americano para, al menos 600 colombianos, no se ha cumplido. Todos están privados de la libertad y en condiciones inhumanas en un centro de detención en los Estados Unidos, incluso después de tener audiencias con los jueces migratorios. Muchos ruegan por su deportación, que los regresen a Colombia. Esta es su historia.
“Lo que pasa en el centro de detención de South Texas, se queda en South Texas”. Así lo advierten quienes pasaron y sobrevivieron a ese calvario. Las personas privadas de la libertad, por temas migratorios, no pueden mencionar, ni siquiera por teléfono lo que ocurre entre los barrotes. SEMANA obtuvo un testimonio, un dominicano que logró salir gracias a la intervención de organizaciones de derechos humanos.
Este migrante, que reserva su nombre, se convirtió en el principal testigo para cientos de familias que no saben nada de sus seres queridos y que fueron internados en este espacio de “torturas”, sólo por tratar de buscar, en suelo norteamericano, un futuro para sus hijos. Algunos incluso llegaron por situaciones de seguridad, como un grupo de colombianos extorsionados en la ciudad de Cali.
“El trato es de lo peor, es de lo peor. Te tratan como si fueras una mierda, una basura, un trato pésimo. La verdad ahí todo es pésimo, el racismo como, tratan a las personas como animales, no quieren saber nada de migrantes, es un sitio antimigrantes, discriminan demasiado, es algo que yo, no le deseo a nadie”, explicó este testigo.
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El dominicano quiso contarle al mundo lo que ocurre en el centro de detención de South Texas y para llevar el mensaje a todas las familias que esperan noticias, grabó varios audios que fue compartiendo con quienes sabían de su salida del calvario. Los audios se difundieron por WhatsApp y un grupo de colombianos, con familiares en este centro de detención, ahora ruega por ayuda.
“Hay personas enfermas, incluso yo escuché que hasta con enfermedades venéreas. Personas en silla de ruedas, es algo bien feo, en el reclusorio entero debe haber por lo menos 600 colombianos, porque la gran mayoría son colombianos. En el pabellón donde yo estaba éramos 100, había tres dominicanos, como cuatro cubanos y un par de ecuatorianos, el resto colombianos”, se escucha en el audio.
Los colombianos que se encuentran en South Texas, antes hicieron la peligrosa travesía por México, se entregaron a las autoridades, pidieron asilo, presentaron documentos y algunos tuvieron audiencia con los jueces de migración y hasta tienen, en ciertos casos, los permisos de permanencia temporales, pero aun con todo, los mantienen privados de la libertad, explicaron a SEMANA algunos familiares de los detenidos.
“En nuestro caso mi hermano lleva más de un mes privado de la libertad, cuando la situación, después de resuelta la verificación de documentos y el contacto en los Estados Unidos, tarda menos de 15 días. Los castigan por ser migrantes, los cuentan diez veces al día y apenas les dan algunas horas de sol”, explicaron los familiares de los detenidos.
La rutina para estos colombianos arranca a las cinco de la mañana cuando los guardias los levantan. La comida, aseguran, no solo es escasa, sino en condiciones deplorables. Les permiten estar cierto tiempo en los patios y los registros son constantes, además de que les impiden comunicación con los familiares y abogados
“Ahí lo levantan a uno a las cinco de la mañana, a comer una avena sancochada, sin azúcar, sin leche, sin sal, sin nada… un puñito de cereal, a veces incluso lo sacan de la basura y cuando les da la gana lo sacan a uno al patio, vuelven y nos entran como animales, nos cuentan hasta diez veces al día y todo con desconfianza como si el migrante fuera un ladrón, de lo peor, algo bien feo”, señala el testimonio que conoció SEMANA.
El llamado de auxilio que ahora hacen estos colombianos, a través de sus familiares, es que organismos de Derechos Humanos, incluso la Cancillería adelante las gestiones para que verifiquen, por su cuenta, las condiciones en las que se encuentran recluidos y cómo muchos ya tienen, de alguna manera, definida su situación migratoria y permanecen privados de la libertad.