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Exclusivo: los audios que evidencian que un policía anticipó la muerte de 3 jóvenes en Sucre
En las grabaciones hay mensajes contradictorios que encaminan hacia un presunto caso de falso positivo.
SEMANA tuvo acceso a las pruebas que reposan en el expediente que vinculan al coronel Benjamín Núñez de asesinar a sangre fría, presuntamente, a tres jóvenes en zona rural de Sucre. El cruce de comunicaciones entre los uniformados da cuenta que las víctimas, señaladas de matar a un policía, estaban condenadas a la muerte.
Los audios en poder de SEMANA reconstruyen dos momentos trascendentales en la investigación. El primero es la muerte violenta de un patrullero al interior de un establecimiento comercial del municipio de Sampués, crimen cometido en el marco del plan pistola que impuso el Clan del Golfo.
El segundo es el plan candado que activaron los cuadrantes que rodeaban a esa población para dar con el paradero del homicida. En ese operativo cayeron Carlos Alberto Ibáñez, Jesús David Díaz Monterroza y José Carlos Arévalo, que minutos después fueron víctimas de un supuesto falso positivo que habría cometido el comandante operativo de Sucre.
Pasadas las 5:15 de la tarde del 25 de julio se escuchó en la central de radio de la Policía Nacional un mensaje que estremeció a todos los receptores: “901 propio”, señal utilizada por la Fuerza Pública para dar cuenta de que uno de los suyos fue asesinado. En esa semana, el código se multiplicó en los departamentos de Chocó, Antioquia y Córdoba.
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Tras conocer la noticia, un hombre de la institución informó cómo estaban rodeados para atender la emergencia en la zona y dio una indicación para el resto de los compañeros: “Vamos a estar [disponible para el servicio] cuadrantes acá en Sincelejo y [ninguno] con bajar la guardia”, fueron las palabras que afirmó, camufladas en códigos internos.
Más tarde, unidades de Infancia y Adolescencia tomaron el radio para anunciar que tenían bajo el poder a los supuestos responsables del homicidio, ahí estaban los tres jóvenes con vida. Los sonidos que se emitieron desde el lugar de los hechos, por medio del equipo de comunicaciones, son estremecedores. Una mujer tomó la vocería.
“Quieto, quieto ahí… al piso”, les gritó a los muchachos. En ese relato también se escuchó a un miembro de la Fuerza Pública anticipar la tragedia que hoy tiene a la institución en crisis: “Mátalo, mátalo, mátalo, a esos hijueputas, mátelos”, dijo el hombre. Después de esa petición, hubo un silencio sostenido.
La patrullera volvió a aparecer para dar la ubicación exacta donde estaban: “Central, central, en toda la Y de Chochó, toda la Y. Los dos cruces sobre la vía”. Otro hombre le aseguró que iba en camino: “Ya le llego, ya le llego, mujer”. De ahí en adelante, habría comenzado el crimen contra los tres jóvenes, quienes llegaron baleados a un centro médico de la capital del departamento.
Ocho uniformados fueron separados de sus cargos, entre ellos el coronel Benjamín Núñez, sobre quien pesa la responsabilidad y a quien dos patrulleros acusaron como el autor de un brutal asesinato. Las declaraciones de estos policías son claras al señalar que el coronel disparó y, con voz de mando, advirtió que él respondería.
Actualmente, el coronel salió del país desde Cartagena y con destino a Panamá, pero se encuentra en México. Su familia aseguró que no pretende huir de la justicia, solo espera garantías de seguridad para enfrentar el proceso mientras debe sortear situaciones de riesgo, que dejó consignadas en un documento en el que asegura que los delincuentes en Sucre ofrecen hasta 50 millones de pesos por su cabeza.
Para la Justicia Penal Militar no hay duda de que los hechos revelan un grave caso de homicidio, en circunstancias que se alejan de la función de la Policía. Por eso remitieron el expediente de 1.000 folios a la Fiscalía, que hasta el momento advirtió que trabaja en la recuperación de pruebas de cara a tomar decisiones.