Judicial
Exclusivo: magistrado Francisco Farfán es señalado de acoso laboral. Su equipo habla de “maltrato sicológico” y ataques a la “dignidad humana”
SEMANA revela la carta que enviaron los abogados que trabajan con el togado en la Corte Suprema. Se trata del jurista acusado de entregar información confidencial en el caso Gnecco.
Un documento firmado por el equipo de trabajo del magistrado Francisco Farfán llegó a la oficina del magistrado César Reyes. En este, los abogados piden a la alta corporación que se abra un proceso contra quien ha sido su jefe por años. La razón que alegan es contundente: maltrato laboral.
En la misiva, los miembros de la corporación aseguran que, tras los hechos revelados por los medios de comunicación que cuestionan al magistrado Farfán, su jefe les pidió el pasado 19 de octubre a todos que le entregaran su carta de renuncia “sin que mediara razón o motivación al respecto”.
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Los abogados agregan que entregaron las cartas, pero, hasta el momento, nadie les ha dado respuesta. Y eso ha significado una enorme angustia para todos ellos. Además, el magistrado Farfán ordenó una compulsa de copias a la Fiscalía para que se investigue si miembros del despacho tuvieron alguna relación con las conductas objeto de la controversia.
Como se sabe, el magistrado Farfán fue acusado de haber entregado información confidencial del caso Gnecco, el clan político que está siendo investigado por compra de votos. El magistrado ordenó la interceptación de las líneas de varios miembros de esa familia y, en una de esas llamadas, Cielo Gnecco aseguró que el mismo togado les había contado que esa medida había tenido lugar en su contra.
“José, es que Francisco Farfán (...) mandó un mensaje que te dijera que el teléfono, al tuyo, están copiando todo”, dijo Cielo Gnecco en la llamada.
Por cuenta de ese escándalo, en el despacho del magistrado se ha vivido un infierno, según registran en su carta sus subalternos. “Hemos sido objeto de un total y absoluto maltrato sicológico de parte del magistrado”, señalan los abogados.
Y agregan que este maltrato “atenta flagrantemente contra nuestra dignidad humana, honra y buen nombre, pero especialmente contra nuestra integridad mental”.
Aseguran ellos que se sienten señalados por actos que son ajenos a sus conductas y viven un panorama de “incertidumbre y desasosiego”.
Farfán les ha dicho que él debe evaluar individualmente las cartas de renuncias, y para los abogados eso ha creado un ambiente de desconfianza ante ellos. Además, advierten que ven constantemente cómo se quiere desviar ese escándalo en unos servidores judiciales que tienen una amplia e intachable trayectoria.
“Solicitamos que se tomen las medidas para que cese el acoso del que hemos sido víctimas”, piden a la alta corporación y aseguran que está en juego su estabilidad mental.
Una vez publicada esta nota, un grupo de miembros de ese despacho enviaron una comunicación a SEMANA en la cual rechazan que exista maltrato al interior de su grupo de trabajo. Explican, además, que las renuncias protocolarias son un mecanismo rutinario en los cargos de nombramiento y remoción como el que ellos tienen.
SEMANA también conoció el decreto por medio del cual, ese mismo día en que se radicó la carta, 24 de octubre, también el magistrado Farfán había declarado insubsistente a dos de los firmantes y les había aceptado la renuncia a otros dos.