Entrevista
Exclusivo: “No me arrepiento de nada”, habla el abogado Diego Cadena desde la libertad
SEMANA conversó, en exclusiva, con el abogado Diego Cadena luego de recuperar la libertad por vencimiento de términos. Sigue en juicio y la Fiscalía advierte tener probados varios pagos a testigos.
El abogado Diego Cadena recuperó la libertad esta semana por vencimiento de términos. Pero la investigación en su contra por presunta manipulación y soborno a testigos, en el caso que llevaba como uno de los defensores del expresidente Álvaro Uribe, sigue viva. Aunque se encuentra nuevamente en libertad, ahora tendrá que explicar ante los tribunales señalamientos tan graves como la supuesta entrega de dinero a testigos, como el exparamilitar Carlos Enrique Vélez, con quien, a juicio de la Fiscalía, habría asumido el compromiso de darle 200 millones, de los cuales, presuntamente, le entregó 48 millones.
Cadena habló en exclusiva con SEMANA. Desmiente esos millonarios aportes, y los denomina “viáticos”. Dice que el monto fue mucho menor y que no hubo nada irregular. Esto dijo el abogado de cara al proceso penal que enfrenta, el cual tiene audiencia preparatoria el próximo 22 de octubre.
SEMANA: ¿Qué opina de la decisión de la jueza al dejar que continúe el proceso en su contra defendiéndose en libertad?
Diego Cadena: Se hizo justicia. Es un derecho constitucional. La jueza falló en derecho, lo hizo a mi favor y tengo la oportunidad de defenderme en libertad.
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SEMANA: Queda libre por vencimiento de términos, pero el juicio sigue. ¿Está celebrando un gol sin que el partido haya terminado?
D.C.: Estamos en igualdad de armas. La Fiscalía descubrió lo que consideró relevante para ellos. Mis abogados consideran que ese descubrimiento fue incompleto y, por eso, se debía posponer la audiencia.
SEMANA: La defensa de Uribe cuenta con varios de los abogados más prestigiosos del país. ¿Por qué llega al caso? ¿Lo contrataron para buscar retractaciones de exparamilitares?
D.C.: No. Tenía que verificar la información que le llegaba al expresidente Uribe. Tema Monsalve, por ejemplo, el señor insistía en que uno de los abogados del expresidente lo visitara y lo escuchara respecto a unas mentiras que había dicho de los Uribe. Fui porque tenía intención de retractarse.
SEMANA: ¿Qué pasó en esas visitas a varias cárceles? ¿Entregó dinero? ¿Manipuló testimonios?
D.C.: Sobre Carlos Enrique Vélez, en La Picota, se encontró con Pablo Hernán Sierra, alias Pipintá. Vélez me dijo que en una visita Pipintá le llevó de ‘gancho ciego’ al senador Iván Cepeda y eso le generó mucha molestia. Argumentaba que ellos habían sido paramilitares y que no tenían afinidad con la guerrilla. Se enfrentaron, casi a golpes. Esa información llega a mí por un preso de La Picota; entonces, visito a Vélez y él me dice que era cierto y que está dispuesto a declarar, pero me pide que le ayude a escribir, porque él lo hacía muy despacio y quedaba muy poco tiempo para que cerraran la cárcel. Eso generó polémica, pero yo estaba transcribiendo lo que él dictaba.
SEMANA: ¿Y los giros a los que se refiere la Fiscalía? ¿Por qué se hicieron pagos a testigos?
D.C.: Siempre he dicho que fueron subsidios, de viajes y temas logísticos. En una segunda declaración, que dijo que era muy importante, Vélez nos dice que sabía de paramilitares que habían sido visitados por Cepeda, y otros que conocían las mentiras de alias Pipintá. Les decimos que los queremos escuchar. Seis meses después, en diciembre de 2017, se hace un giro de mínima cuantía, porque dice que requiere para unos gastos y llamar a personas que no sabe dónde están. Por eso, yo lo llamo viáticos.
SEMANA: ¿A qué se refiere con mínima cuantía?
D.C.: Por respeto a mi defensa, no voy a dar montos. Es una décima parte de lo que ha señalado la Fiscalía que tiene probado. Los testigos son Carlos Enrique Vélez, su mamá, su primo y su hijo. Dijeron que se les había hecho pagos en cuentas bancarias y en efectivo. Mis abogados encuentran que no existieron las consignaciones. Tenemos cómo demostrar que no hubo entregas de dinero.
SEMANA: La Fiscalía insiste en que el hecho de que usted se acerque a un testigo y le entregue un dinero viciaría el caso...
D.C.: No se ofreció para que los testigos mintieran o cambiaran una declaración; él, casi un año atrás, bajo la gravedad de juramento, dijo exactamente lo mismo, no cambió su testimonio, entonces, no sé de qué me acusan.
SEMANA: Se habla de 200 millones. No puede usted decir que es un apoyo humanitario, con eso se compra un apartamento…
D.C.: La Fiscalía tiene probado menos y tenemos cómo descontarle a esa cifra, pero quiero ser respetuoso con mi defensa, porque les prometí no dar detalles de cifras. Pero hay algo importante ante la polémica por una ayuda al señor Vélez. En SEMANA, justamente, él aceptó que tenía un niño enfermo y, por eso, nos pidió ese dinero; la ayuda humanitaria, incluso, quedó registrada en una notaría para darle transparencia.
SEMANA: El caso del expresidente Uribe está a punto de precluir, pero el suyo es distinto. La Fiscalía habla de un compromiso de 200 millones de pesos, eso es delicado...
D.C.: El fiscal Gabriel Jaimes hizo una investigación rigurosa. A mí me imputa la Fiscalía por 48 millones de pesos y me privan de la libertad. Un año después, se habla de cifras inferiores. La Fiscalía va por dos caminos diferentes, pero eso tenemos que probarlo en juicio. La justicia divina tarda pero llega.
SEMANA: El senador Iván Cepeda escribió en Twitter: “Espero que Diego Cadena no se fugue”. Usted le respondió que el que sí sabía de fugas era él. ¿A qué se refiere?
D.C.: Siempre he dado la cara a la justicia. Antes de la medida y de imputarme cargos, salí del país, fui a unas citas de trabajo, y la prensa dijo que me había volado, incluso, mencionaron un supuesto asilo. Volví, presenté un escrito al fiscal diciendo que aquí estoy presto a colaborar y darle la cara a la justicia. A Cepeda hay que preguntarle por qué, coincidencialmente, los testigos Deyanira Gómez y Mercedes Arroyave no están, no aparecen. Que vengan, necesitamos poder contrainterrogarlos.
SEMANA: ¿Se equivocó? ¿Creyó demasiado en esos testigos?
D.C.: No. Porque nunca se hizo nada ilegal. Haber subsidiado unos viáticos no es ilegal. Usted sabe que la Fiscalía paga viáticos de transporte. Para ellos es legal, ¿por qué no va a ser legal para la defensa? El fiscal Jaimes deja claro que no hubo conducta ilegal del expresidente Uribe y mía tampoco.
SEMANA: ¿Se arrepiente de haber formado parte de la tarea de ir a las cárceles y hablar con testigos?
D.C.: No, no me arrepiento de absolutamente nada.
SEMANA: ¿Ya habló con el expresidente Uribe después de quedar libre?
D.C.: Hablo con él con frecuencia. Tiene la plena convicción de que aquí se ha obrado de manera legal. Tanto él como yo creemos que esto es un montaje de la izquierda radical.
SEMANA: ¿Por qué fue tan complicado el descubrimiento probatorio en su caso?
D.C.: Porque el doctor Cancino quería revisar todos los elementos probatorios, y teníamos claro que, si no los entregaban completos, era por algo. Hay una declaración de una exesposa de Carlos Enrique Vélez en la que decía que había sido condenada por unas declaraciones de él, porque ella lo había dejado de visitar cuando él estaba en la cárcel. La hizo condenar a 40 años. Esa prueba, por ejemplo, para la defensa era muy importante. Cuando logramos demostrar esto a la jueza, nos termina dando la razón.
SEMANA: Habla de un complot, pero fue usted quien visitó varias cárceles. Está la grabación de una conversación con Monsalve, con un reloj, también una llamada con Deyanira Gómez...
D.C.: Tenían organizado y desorganizado el montaje. Yo visité a Monsalve el 22 de febrero de 2018. Pero un día antes él le manda un mensaje a Cepeda diciéndole que yo le había ofrecido un montón de cosas. No sé si es que yo vengo del futuro o qué, pero eso es ridículo. Hay algo que recuerdo; cuando le pregunté a Monsalve qué quería, se refiere a Cepeda diciendo: “Es que esa gonorrea me quedó mal, yo tenía una celda con comodidades, con TV, celulares, y ahora me cambiaron a otro pabellón. Entonces, yo no quiero seguirle copiando con sus mentiras”. Esas fueron las palabras que usó Monsalve. Misteriosamente, la grabación fue editada y sacaron lo que no les convenía que el país conociera.