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Exclusivo: SEMANA revela el dosier de Violeta y su novio alias Pirry, el temido cabecilla del ELN traicionado por sus hombres
Alias Violeta se proyectaba para ser una importante cabecilla del ELN, según los informes de las agencias de seguridad.
La tarde del 17 de junio del 2017, Bogotá vivió unas de las peores tardes horror de los últimos años. Una bomba había explotado en los baños de mujeres del segundo piso del centro comercial Andino. Tres mujeres murieron y otras nueve personas resultaron gravemente heridas.
Las investigaciones en su momento arrojaron los primeros resultados, detrás de la acción terrorista había una célula urbana de la guerrilla del ELN, conocida como MPR (Movimiento Revolucionario del Pueblo). De inmediato salieron a la luz pública varios nombres de los presuntos responsables, pero los que se destacaron fueron los de Boris Ernesto Rojas Quijano, alias ‘Boris’, supuesto cabecilla del MPR y Violeta Arango, alias ‘Violeta’, quien, al parecer, era la ideóloga la organización terrorista.
Alias Boris, fue capturado por las autoridades, mientras que Violeta logró escabullirse, gracias a la colaboración de alias Camilo, integrante del ELN, quien luego de que ocurrió el atentado en el Andino, hizo gestiones para sacarla de la capital del país.
Poco a poco alias ‘Violeta’ o ‘la Rola’, como también la conocían dentro de las filas del ELN, fue ganándose la confianza de sus nuevos compañeros, logrando matar dos pájaros de un solo tiro, ganaba protección por parte de la guerrilla e iba ascendiendo dentro de la estructura.
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Dentro de la guerrilla del ELN, como una nueva integrante, dicen los informes de las agencias de seguridad del Estado, Violeta fue entrenada por curtidos guerrilleros en el manejo de explosivos, armas, estrategia de guerra, agitación social, movimiento de masas, entre otros.
Violeta estuvo en dicho frente, Darío Ramírez Castro, durante el 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, hasta el pasado 4 de junio, cuando el Ejército reportó su captura, en la vereda Micohaumado, del municipio de Morales, en el sur de Bolívar.
Violeta Arango, de 29 años de edad, nacida en Bogotá, abogada de profesión de la Universidad Nacional, se hizo amiga de alias Boris, con quien habría planeado el plan para atentar contra el Andino. Su viaje al fondo del ELN habría iniciado luego de esa acción terrorista. Según inteligencia de la Policía, en el 2017 fue trasladada al sur de Bolívar por alias Camilo y Antonia, integrantes del frente urbano, Los Turpiales, y se la presentaron a alias Samuelito, quien fuera integrante de la Dirección Nacional del ELN.
Samuelito, fue quien le abrió el camino a Violeta para vincularse formalmente con la estructura guerrillera. Incluso, en algún momento se evaluó la posibilidad de enviarla a la frontera con Venezuela.
Uno de sus ascensos se produjo en julio del 2018, cuando alias Samuelito murió en medio de una operación de la Policía, generando como efecto, que Violeta fuera encargada de las coordinaciones pseudo-políticas de Los Turpiales.
También habría hecho parte de las comisiones de otros cabecillas del ELN, como alias Aureliano, cabecilla en el área del Nordeste Antioqueño, del Frente de Guerra Darío Ramírez Castro.
Para el 2020, alias Pirry, integrante de la Dirección Nacional del ELN, jefe del frente de Guerra Darío Ramírez Castro, y hombre de confianza de alias Antonio García, ordenó que violeta fuera traslada a su zona de injerencia. Sus afinidades hicieron que Pirry y Violeta se convirtieran en pareja. Ella, dice la inteligencia de la policía, se fue su asesora, le manejaba las comunicaciones y los programas radiales.
Entre los dos tenían un plan, el cual buscaban expandir para generar caos, a través de movimientos de masas. Un agente que estuvo siguiéndole los pasos a Violeta desde el 2017, indicó que el propósito de los dos, era generar actos violentos, utilizando movimientos urbanos, reclutando jóvenes en las universidades y colegios.
Alias Pirry
Sobre Felipe Alcocer Alvarino, se tienen referencias por parte de las agencias de inteligencia, que nació en San Pablo Bolívar, y al momento de su muerte tenía 51 años de edad.
Contaba con una trayectoria criminal de cerca de 25 años, donde se desempeñó como cabecilla del Frente Compañero Tomás, área del Bajo Cauca y fundador de la Compañía Tito Marín.
Alias Pirry, lideraba y articulaba el accionar armado en los departamentos de Antioquia y Bolívar, teniendo bajo su mando 14 estructuras compuestas por cuatro áreas o subregiones, distribuidas en 10 frentes y 4 compañías, con aproximadamente 320 integrantes.
Fue designado por el Comando Central (COCE) del ELN como cabecilla principal del Frente de Guerra Darío Ramírez Castro, luego de la muerte de alias Marquitos en el 2015.
Para el 2018 asumió como cabecilla delegado de la Dirección Nacional luego de la muerte de alias Samuelito. Fue responsable de extorsiones al sector minero en los departamentos de Antioquia y Bolívar, así como de actividades de minería ilegal, siendo su principal fuente de financiamiento, seguida del narcotráfico.
Alias Pirry era de los pocos integrantes de la Dirección Nacional del ELN que se encontraba delinquiendo en territorio colombiano.
Traicionado
SEMANA conoció que alias Pirry fue entregado por personal de su círculo de confianza. La recompensa que había por su paradero de 1.000 millones de pesos, le jugó en contra y quienes ya estaban en desacuerdo con sus decisiones lo delataron. Los informantes el entregaron a las autoridades los sitios que más frecuentaba alias Pirry, lo que facilitó su ubicación, permitiendo que se lanzará a inicios de este mes una mega operación militar en coordinación con la Dirección de Inteligencia de la Policía, en la que participaron cerca de 600 hombres.
Las últimas instrucciones que dio Pirry, fue a Violeta y alias ‘Valentina’, para que se escondieran y lograran escapar para que siguieran con los planes que ya habían trazado, planes que quedaron frenados con la captura de Violeta y Valentina.
Durante las audiencias de judicialización, la juez del caso reprochó el actuar de Violeta, quien decidió escapar de las autoridades cuando se conoció de su presunta vinculación con el atentado en el Andino, y con la actitud agresiva contra los integrantes de la fuerza pública, a quienes no les entregó información, y su plena identificación se logró por medio de huellas digitales.