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Exclusivo: SEMANA revela el testimonio de una mujer que contó los detalles macabros de cómo mataron a alias el Paisa

SEMANA conoció los planes de la Segunda Marquetalia para expandirse en Ecuador y el revelador testimonio de una desertora que cuenta cómo fue la muerte del Paisa, el sanguinario socio de Márquez.

21 de mayo de 2022
Alias El Paisa habría muerto en territorio venezolano
Alias el paisa habría muerto frente a su campamento. | Foto: Archivo particular

Desde la muerte de sus socios criminales, Hernán Darío Velázquez, alias el Paisa, y Henry Castellanos, alias Romaña, se había perdido el rastro del máximo jefe de la Segunda Marquetalia, Iván Márquez, quien está refugiado en Venezuela evitando la cacería que le habían impuesto. Pero en medio de una operación realizada en las últimas horas en Ecuador, con apoyo de autoridades colombianas, no solo se volvió a saber de él, sino cómo viene ejecutando su plan de expansión por medio de una guerrilla latinoamericana con el reclutamiento de personas de diferentes países de la región.

SEMANA revela una explosiva historia que detalla los planes criminales de Iván Márquez, quien, en coordinación con grupos insurgentes en Ecuador, ya había reclutado más de 70 personas en el país vecino, que trabajaban conjuntamente con la Segunda Marquetalia. Una joven que había sido reclutada y huyó del campamento de Márquez terminó contando a las autoridades colombianas detalles inéditos de la manera como murió alias el Paisa. Ella estuvo ahí el día de su muerte.

La mujer, que se voló junto con su novio del campamento, y luego de una travesía de más de dos días pasó la frontera y terminó en Vichada, donde se entregó a las autoridades, decidió buscar protección y convertirse en testigo.

Su declaración, conocida por SEMANA, cuenta detalles específicos de la operación de los criminales al servicio de Márquez y cómo fue asesinado, con una bomba, alias el Paisa, su sanguinario compinche y quien fue uno de los hombres más temidos de las antiguas Farc.

“Sí, él murió el 4 de diciembre de 2021, eso fue frente a su campamento, a las diez de la mañana. Ese día, como todos los días, se realizaban exploraciones a orillas del río para ver que no haya nadie o que hayan puesto alguna bomba (sic). La exploración le tocó hacerla a Lulito”, señala la desertora, refiriéndose al hombre de mayor confianza del Paisa, considerado su sombra.

También ratifica que el campamento estaba ubicado en Venezuela, en el estado Apure, en la frontera con Arauca y Vichada.

El relato continúa y señala que ese día se escuchó una fuerte explosión, “después de que se aseguraron que no había nadie, llegaron hasta donde se escuchó el bombazo y encontraron al Paisa muerto, cerca a la orilla del río. También estaba Lulito. Ellos subieron los cuerpos sin vida a la voladora (lancha) y lo atravesaron hasta donde estábamos nosotros, al puerto del campamento”.

La descripción da detalles inéditos de lo sucedido el día de la muerte del temido cabecilla de la Segunda Marquetalia. “El Paisa tenía todas las piernas destrozadas, tenía un hueco en el pecho, la cara sí la tenía intacta. Alias Lulito también tenía destrozadas las piernas y la mitad de la cabeza. Luego llevaron los dos cuerpos hasta el campamento y en la pieza donde dormía el Paisa, encima de la mesa, los pusieron. Todos se alborotaron y salieron a seguir a los que pusieron la bomba”.

Pero la noticia tenía que llegar al máximo jefe de la Segunda Marquetalia, el compinche y compañero de armas, Iván Márquez. Así, según el testimonio, le llegó la noticia: “Valentina, que era la radista del Paisa, salió a hacer comunicación con Iván Márquez, a informarle que lo habían matado. Armó unas antenas y comenzó a transmitir todo eso por radio”.

Esta es la declaración más importante que han obtenido las autoridades sobre la guerra que sostienen a sangre y fuego las disidencias en la frontera, y que se convirtió en el golpe más duro hasta ahora recibido por los desertores del proceso de paz, dedicados al negocio del narcotráfico.

Para las autoridades resultaba extraño que una joven ecuatoriana hubiera terminado en las filas de la Segunda Marquetalia, y las respuestas a este interrogante fueron las que pusieron sobre la mesa el plan de Márquez para extender su organización criminal en Ecuador, en donde históricamente tenía campamentos la guerrilla de las Farc. Fue ahí donde la reclutaron.

“Eso fue para el 21 de septiembre de 2021, yo me encontraba en Ecuador, junto a mi papá, cuando a mi papá le escribió un político de allá de los Tapinas, una comunidad de Guamote. Él le dijo que quería enviar a personas para estudiar en Argentina, y mi papá le habló de mí. Como yo ya había acabado el bachillerato, el señor le dijo que sí.

Mi papá viajó un domingo por tierra para la ciudad de Bogotá, y de ahí nos íbamos a reunir todos para viajar a Argentina, para estudiar seis meses en la universidad, después nos regresaban”.

Todo era parte de un engaño, del plan de Márquez para reclutar jóvenes de diferentes nacionalidades, ponerlos al servicio de la Segunda Marquetalia y extender sus tentáculos en su plan por crear una guerrilla latinoamericana, sin dejar de lado el negocio criminal del narcotráfico, para eso tenía que entrenarlos y adoctrinarlos en sus campamentos en Venezuela.

 Informes de inteligencia a los que tuvo acceso SEMANA muestran cómo miembros de organizaciones armadas en Ecuador reclutan personas y van hasta Venezuela, a los campamentos de Márquez, donde reciben adoctrinamiento e instrucciones.
Informes de inteligencia a los que tuvo acceso SEMANA muestran cómo miembros de organizaciones armadas en Ecuador reclutan personas y van hasta Venezuela, a los campamentos de Márquez, donde reciben adoctrinamiento e instrucciones.

La guerrilla latinoamericana

El pasado jueves se les dio un golpe contundente a los planes de expansión de Márquez, en las provincias de Pichincha, El Loro, Imbabura y Chimborazo, en Ecuador, cuando fueron capturados ocho integrantes del Movimiento Guevarista Tierra y Libertad, incautado material bélico y documentos doctrinales alusivos a las extintas Farc.

La estrategia de alias Iván Márquez es forjar relaciones y coordinaciones transnacionales orientadas a buscar reclutar “movimientos revolucionarios”, que se habrían desplazado hacia territorio venezolano, donde estarían ubicados los campamentos de la autodenominada Dirección Nacional de la Segunda Marquetalia, para concretar alianzas y recibir instrucciones frente a la conformación de guerrillas con enfoque urbano en territorio ecuatoriano, particularmente en Quito.

Según la información obtenida por las autoridades, se inició la conformación de campamentos de adoctrinamiento denominados “Escuelas de Fe y Política”, en los que integrantes del grupo residual al servicio de su grupo criminal, que estarían operando en la frontera entre Putumayo y Ecuador, serían los encargados de recibir el personal y direccionar el entrenamiento de guerrilleros en manejo de armas, tácticas de guerra, selección de objetivos para secuestrar y métodos de terrorismo urbano, así como la entrega de material bélico y explosivos.

El asunto resulta de extrema preocupación en Ecuador, pues se estarían implementando los viejos métodos de las Farc. En los documentos confidenciales de la operación, conocidos por SEMANA, revelan que “dentro las mismas orientaciones se planteó la ejecución de secuestros en territorio ecuatoriano de altos empresarios como método de financiamiento del ‘movimiento revolucionario’ para la adquisición de material bélico”.

También “se impartieron instrucciones en ideología subversiva y modelos de guerrilla urbana, que se habrían replicado en las provincias de Cotopaxi, Chimborazo, Pichincha, Manabí, Los Ríos, el Oro, Carchi e Imbabura de Ecuador”.

Así fue la fuga

Aunque las investigaciones tenían claros avances de cómo jóvenes eran reclutados en Ecuador y enviados a los campamentos en Venezuela, el valioso testimonio de la joven que se entregó a las autoridades en el Vichada tiene de fondo la historia de una pareja que se hartó de las mentiras con las cuales fueron reclutados, la vida de la guerra y el miedo a morir, y decidieron fugarse, tal como lo contaron a las autoridades colombianas.

“Tomamos la decisión de escaparnos de ese comando, ya que yo estaba obligada a estar en esa guerrilla y quería devolverme para mi casa, Manuel (su pareja) ya llevaba tres años en la guerrilla, yo le dije que me quería salir, entonces él me dijo que nos fuéramos. El 14 de abril salimos de la montaña de Cabuyarito, donde nos encontrábamos acampando. Al mediodía le pedimos permiso a Efraín, quien era el comandante, para irnos a bañar a la orilla del río, allá dejamos abandonada la pistola, el fusil, y nos fuimos. Caminamos hasta las cinco de la tarde, llegamos a la casa de unas personas civiles que nos dejaron dormir esa noche en su casa”. Al siguiente día, luego de pasar por un puerto, estaban en Colombia, entregándose a las autoridades, señala el relato.

Poco se sabía de los últimos movimientos de Iván Márquez, pero lo cierto es que sigue en sus andanzas criminales y, peor aún, extendiendo su estela delictiva más allá de los límites de Colombia. Como ya la hizo en Venezuela, ahora apunta hacia Ecuador, cuya frontera, en su momento, fue permeada por las Farc.